CAPÍTULO 69: VISITA EN EL HOSPITALKatherine apenas puede procesar la noticia de que está embarazada. Su mano tiembla ligeramente al posarse sobre su vientre mientras observa por la ventana del hospital, donde las luces de la ciudad italiana parpadean a lo lejos.Por suerte, no recuerda mucho de lo que sucedió aquella fatídica noche de Año Nuevo. Después de los disparos todo se tornó borroso, como un mal sueño al que no desea volver. Pero la prueba de lo que ocurrió está grabada en su cuerpo: la herida de bala en su hombro, cerrada con puntos que ahora llevará como un recordatorio permanente.Suspira, intentando calmar su mente, y sin pensarlo demasiado, una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.—Un pequeño Anthony… un pequeño Salvatore —murmura para sí, casi con ternura.Debe haberse saltado una pastilla durante el primer viaje a la Toscana. Con el cambio de horario, los nervios y el caos de esos días, seguramente olvidó alguna dosis. Pero ahora eso no importa.—No importa —repite
CAPÍTULO 70: EVASIVAGiulia no parece dispuesta a responder las preguntas de Katherine. Desde que salieron del hospital ella se ha visto demasiado tensa y ha permanecido en silencio. Aun así, Katherine quiere saber a dónde la está llevando, porque es evidente que no están volviendo al viñedo o la otra gran casona en la que estuvo la primera vez.—¿A dónde vamos? —pregunta al fin.—A Roma —dice Giulia sin apartar la vista del camino.Parece que eso es todo lo que va a recibir de su cuñada y ella está demasiado agotada para insistir. Se queda dormida, pero Giulia la agita suavemente cuando llegan.Lo primero que la impresiona es el departamento. Es amplio, moderno, con grandes ventanales que dejan entrar la luz del sol y ofrecen una vista impresionante de la ciudad. El lugar parece diseñado para alguien que quiere esconderse con estilo, lo que no la tranquiliza del todo.—¿Dónde estamos exactamente? —pregunta Katherine mientras camina hacia la sala, observando cada detalle.—En un lugar
CAPÍTULO 71: DISTANCIAHa pasado una semana y media desde que Katherine salió del hospital. Una semana y media viviendo en un lujoso departamento en Roma junto a Lucy, Andrea y Giulia, pero sintiéndose más sola que nunca. Anthony no ha vuelto a contactarla desde aquella noche en la que le dijo: “Cuando vuelvas, tenemos que hablar.”Cada día que pasa, la incertidumbre la consume más. Los pensamientos oscuros se agolpan en su mente, imposibles de detener. ¿Estará arrepentido de haberle propuesto matrimonio? ¿Planeará dejarla ahora que está embarazada? Esas preguntas la atormentan, haciéndola dudar de todo, incluso de sí misma.Nadie más sabe sobre su embarazo. Anthony le pidió que lo mantuviera en secreto, y aunque Katherine está segura de que Lucy estaría encantada con la idea de tener un hermanito o hermanita, no encuentra el valor para decirlo. El miedo de que todo sea una gran mentira la paraliza.Esa mañana, después de enviarle otro mensaje a Anthony —uno más sobre las travesuras d
CAPÍTULO 72: INTERÉS—Cacciatore, lo encontramos —la voz de Alessandro se escucha al otro lado de la línea con un toque de urgencia.Anthony apenas pestañea. Sus dedos aprietan con fuerza el teléfono, como si el dispositivo pudiera transmitirle la intensidad de sus pensamientos.—Envíame la dirección. Iré enseguida.Cuelga la llamada sin esperar una respuesta, sintiendo el latido frenético de su corazón. No es miedo lo que lo invade, sino la excitación de la cacería. Lleva días persiguiendo las sombras de los dos carros blindados que los emboscaron. Cada pista lo había llevado a un callejón sin salida, una frustración tras otra, pero ahora... ahora las piezas del rompecabezas comienzan a encajar.Esta es la primera grieta en la armadura de sus enemigos.Las pruebas aún no son suficientes para incriminar directamente a los Bianchi. Las balas no tenían registro, los atacantes parecían haber desaparecido sin dejar rastro. Pero Anthony no necesita pruebas para saber lo que siente en las e
CAPÍTULO 73: SU PASADOEsa mañana, Katherine se despierta con un malestar intenso. Las náuseas la golpean con fuerza, obligándola a levantarse de la cama antes de que pueda siquiera procesar lo que está sucediendo. Desde su salida con Giulia para recorrer Roma, no ha vuelto a poner un pie en la ciudad. Parece que Giulia decidió que era mejor evitar riesgos innecesarios, y Katherine no se atrevió a preguntar más.Sin embargo, este nuevo malestar no tiene nada que ver con Roma o con la comida.Sale corriendo al baño, apenas logra llegar antes de que su estómago se vacíe. Se apoya en el lavabo, temblando, mientras siente las lágrimas picarle los ojos. Por fortuna, su hija sigue dormida, igual que Andrea. Pero no Giulia.Giulia aparece en la puerta del baño con el ceño fruncido y los brazos cruzados, la observa como si ya lo supiera todo.—No me dirás que algo te cayó mal, ¿verdad? —pregunta con un tono acusatorio.Katherine ni siquiera intenta mirarla.—No es nada —responde, evitando cua
CAPÍTULO 74: EXTRAÑO A PAPÁLa voz de aquella mujer que Anthony aseguró ser su prima sigue repitiéndose en la mente de Katherine. Esa noche apenas pudo dormir, y al despertar, un mal presentimiento le revuelve el estómago, como si su intuición intentara advertirle algo que aún no puede comprender.Al entrar a la cocina encuentra a Andrea preparando el desayuno. El aroma del café fresco debería reconfortarla, pero no lo hace.—Buenos días —saluda intentando sonar más tranquila de lo que se siente—. ¿Dónde está Giulia?—Dijo que tenía algo que hacer, pero volverá en la tarde —responde Andrea sin levantar la vista de la sartén.Katherine asiente y se sienta a la mesa, donde Lucy ya está con un tazón de cereal frente a ella. Sin embargo, la pequeña no parece tener mucho apetito. Juega con la cuchara, haciendo círculos en la leche, en lugar de comer.—¿Qué pasa, mi amor? —pregunta Katherine, inclinándose hacia ella.—No tengo hambre —murmura Lucy sin ánimos.Katherine frunce el ceño. No es
CAPÍTULO 75: DEBEMOS HABLARKatherine sube al autobús con Lucy sin avisar a nadie y con la sensación de que está a punto de cruzar una línea que no debería. Es una locura, lo sabe, pero también siente que es lo correcto. Si le dice a Giulia, seguramente tratará de detenerla con mil argumentos. Y si Dimitri, el hombre que Anthony había puesto para vigilarlas, no se ha dado cuenta de que salió, esto le dará tiempo para llegar a Toscana antes de que alguien intente interceptarla.El autobús arranca y Katherine se acomoda con Lucy a su lado, quien no tarda en dormirse apoyada en su brazo. La pequeña, con sus rizos desordenados y las mejillas aún húmedas por las lágrimas, parece tan vulnerable que el pecho de Katherine se aprieta. Mientras acaricia suavemente el cabello de su hija, su mente corre a mil por hora.«¿Y si esto termina mal? ¿Y si Anthony se enoja o la rechaza?». Las preguntas la atormentan, pero hay algo más fuerte que su miedo: la necesidad de respuestas. No puede seguir vivi
CAPÍTULO 76: EL RETORNO DE UN FANTASMADoce días antes…Anthony siente un nudo en el pecho mientras camina hacia su auto. El funeral de su abuelo apenas ha terminado, pero la rabia dentro de él está lejos de haberse apaciguado. La impotencia de no tener respuestas sobre el ataque lo está enloqueciendo.—Alessandro, sigue buscando las camionetas —ordena con un tono frío y cortante—. No es fácil desaparecer dos vehículos así. Deben estar cerca.—Por supuesto, iré ahora mismo —responde Alessandro con un asentimiento firme antes de retirarse.Anthony sube al auto, pero no arranca. Permanece sentado, mirando el camposanto desde el parabrisas mientras su mente lucha por mantener el control. Con un suspiro cargado de frustración, golpea el volante con el puño. El dolor en sus nudillos no es nada comparado con la furia hirviendo en sus venas.Ese mismo día, Katherine saldrá del hospital, así que Anthony sacude la cabeza, intentando enfocarse. Enciende el motor, pero apenas pone la mano en la