En cuanto llegaron a Nueva York, Anna se fue directa a casa en taxi y Vivienne hizo lo mismo.El piso del Upper East Side era suyo y esperaba que Matthew hubiera tenido la decencia de entregar las llaves a sus padres cuando se marchara.Cuando llegó al edificio, el portero la esperaba con la puerta abierta y una sonrisa.- Buenos días, señorita St James. - Buenos días, Davis. - Le saludó, pasando a su lado mientras arrastraba la maleta hacia el ascensor.El hombre se apresuraba hacia ella y ella pudo ver su expresión aprensiva, pero la puerta del ascensor se cerró antes de que pudiera decir nada.Su abuelo le había regalado aquel piso cuando cumplió dieciocho años, pero antes había pertenecido a iconos americanos como Arthur Miller y Marilyn Monroe.A Viv le encantaba aquel piso.Cuando abrió la puerta, todo estaba exactamente como lo había dejado unos días antes. Matthew y ella vivían allí hasta que encontraran la residencia perfecta en la ciudad para ellos, pero seguía siendo su c
Vittorio Gotti.Vivienne permanecía en sus pensamientos todos los días, todo el tiempo.El tiempo que pasaban juntos hacía que Vittorio se hartara de ella. Se despertaba y se dormía con el aroma de su cabello dorado y su piel suave. La necesidad de tocarla lo volvía loco y, maldita sea, aquella boca y aquella sonrisa tenían el poder de desequilibrarlo tan fácilmente.Pero ella se fue y sólo dejó una carta.La leyó en cuanto la encontró, y probablemente la releyó varias veces. Sabía, por supuesto, que en algún momento ella lo dejaría de la misma forma en que llegó a su vida, de repente. Sólo esperaba pasar más tiempo con ella.Ese mismo día, Vittorio y Marco regresaron a Castiglione della Pescaia, su ciudad natal y sede de la bodega principal de su familia. Y también la casa de su madre.- No has renunciado a encontrarla, ¿verdad? - le pregunta Marco, mirándole por encima de sus gafas de sol.El coche los lleva a la residencia de los Gotti mientras Vittorio mira por la ventanilla hacia
Las semanas pasaron lentamente. Vivienne quedó varias veces con Anna, pero no mencionaron el nombre de Vittorio. A veces miraba sus fotos en las redes sociales. Muchas de ellas con su hijo y Marco.Evitaba que le gustaran, no quería acabar siendo descubierta por él e involucrarse más de lo que ya estaba. Tenía otras prioridades en ese momento y Vittorio no podía ser una de ellas.También evitaba a Matthew, aunque él insistía en buscarla casi todos los días, enviándole flores.El anillo de compromiso seguía sobre la mesa, en el mismo lugar que la última vez que lo había visto. Era domingo por la tarde y los padres de Viv la habían invitado a pasar la tarde con ellos en su piso de Central Park.Optó por unos vaqueros oscuros, una camisa de seda blanca bajo una americana de color hueso con rayas rojas y sandalias de tacón marrones. Al salir del edificio, un fotógrafo le hizo una foto y Viv se limitó a sonreír, saludándole rápidamente con la mano antes de subir al coche de la aplicación
Era la primera vez que Vivienne pisaba St James & Barker desde la muerte de su abuelo.Sintió nostalgia en cuanto cruzó las grandes puertas de cristal con el logotipo del despacho. Angélica, la secretaria de recepción, le sonrió alegremente.- Buenos días, señorita St James. - la saludó. - El señor Barker la espera en la sala de reuniones.- Gracias, Angélica. - contestó Vivi, caminando por el pasillo en la dirección indicada. En cuanto abrió la puerta, Vivi se vio sorprendida no sólo por la imagen de Paul Barker allí de pie, sino también por la de Matthew, lo que la hizo respirar hondo y enfadada.- ¿Qué haces aquí todavía? - preguntó, entrando en la habitación y tirando el bolso sobre la mesa.- Buenos días, Vivienne. - la saludó Paul-. - Siéntate, por favor. - Le pidió, indicándole el sillón.- Paul, creía que este asunto ya estaba resuelto. - Contestó ella sin mirar a Matthew. - La última vez que hablamos, como propietario del 51% de este despacho, pedí el despido del señor Allsbu
La rubia se sentía extremadamente ansiosa sólo de imaginar quién podría ser su nuevo cliente. Viv estaba dispuesta a utilizar todas sus armas para sacar a ese cliente de las garras de Matthew. Si él pensaba que ella se iba a limitar a seguir sus órdenes, estaba muy equivocado. Y la mañana siguiente en el despacho bastó para dejar claros sus planes. Caminar por la entrada de la oficina intimidaba a cualquier otra mujer allí presente. Agitó su cuidada melena rubia mientras se quitaba las gafas de sol. Llevaba un vestido negro ajustado con escote corazón, nada demasiado vulgar, pero que dejaba sus curvas bien marcadas. En los pies llevaba un par de zapatos rojos del mismo color que su pintalabios. Nada más llegar a la recepción, se quitó el suave abrigo que llevaba y se lo entregó a Angélica, que no podía apartar los ojos de él. - Buenos días, Angélica. - La saludó, sonriendo encantadoramente a la secretaria. - ¿Ya han llegado Paul y Matthew?Angélica tragó saliva, maravillada por la
Vittorio analiza toda la situación, manteniendo su atención en Paul.- ¿Dónde recomendarías empezar a comprar tierras para una futura producción en el campo? - preguntó mientras miraba a Paul.- Montana tiene grandes tierras para la producción de alimentos, señor Gotti. - Contestó Matthew mientras se entrometía.Vivienne rió suavemente, llamando la atención de Matthew y Paul.- ¿Me recomiendas otro lugar, Vivienne? - preguntó Paul con curiosidad.- Montana tiene unos paisajes preciosos, pero hace demasiado frío para el cultivo de la vid, señor Allsburg. - respondió ella, mirando a Matthew y luego a Vittorio. - Aunque quisiera, tendría que construir una bodega desde cero y eso generaría más costes y mano de obra de los que se pueden compensar comprando una ya hecha. - ¿Y dónde recomendarías comprarla? - preguntó Vittorio con interés.- California o Virginia. La región de Napa es conocida por sus plantaciones y sería interesante tener una allí, cerca de la playa. - respondió ella con fi
- Vitto...", susurra ella, poniendo las manos en su pecho y apartándolo.Él la mira, con la mano en el pelo mientras apoya la frente en la suya.- Eres mi cliente, no puedes besarme así. - dice ella, arrancándole una carcajada.- Es la única forma que conozco de besarte. - Responde él con intensidad, rozando sus labios con los de ella.- Lo que quiero decir es que no podemos tener este tipo de relación. - Dice ella, apartándolo un poco más. - Si voy a ser tu abogado, nuestra relación sólo será profesional. Él se aparta, sale de entre sus piernas y la ayuda a bajar de la mesa.Vivienne se vuelve a poner la ropa y se sienta en uno de los sillones.Vittorio se sienta frente a ella, analizando la situación.- ¿Por qué te has ido? - preguntó una vez más.Viv suspiró, cruzando las piernas.- En varias páginas web aparecían fotos nuestras. - respondió ella. - Soy una persona pública. Y ya estaba envuelta en un escándalo antes de conocerte.Él la miró sorprendido.- ¿Puedes contármelo? - preg
Vivienne entró en silencio en la habitación de Matthew y cerró la puerta tras de sí.- ¿Qué puedo hacer por ti, Matthew? - preguntó Viv, cruzando la habitación y acercándose a la mesa donde estaba sentada, observándolo desde arriba.Matthew la miró de arriba abajo, se fijó en sus piernas cruzadas sobre la mesa y enarcó una ceja.- El nuevo cliente y tú parecéis muy unidos. - Comentó, cruzándose de brazos. - ¿Dónde os conocisteis? No recuerdo haberlo conocido cuando estábamos juntos.- Eso es porque no lo hiciste, Matthew. - Contestó ella. - El señor Gotti y yo nos conocimos en Mónaco durante mi luna de miel.- ¿Quieres decir nuestra luna de miel? - Preguntó enfadado. - Bueno, para que fuera nuestra, tendría que haberme casado contigo. - Comentó con cierto desdén en la voz. - Cosa que, por suerte, no hice. Así que fue mi luna de miel.Suspiró aún más enfadado, levantándose del sillón y recorriendo la mesa.- Parecía muy interesado en ti.Vivienne se echó a reír, moviendo la cabeza nega