Capítulo 135
Isabel estaba decidida a que Yolanda no entraría en su casa bajo ninguna circunstancia, y su enfado era evidente.

—Voy a ir al hospital. —dijo de repente.

—¡Te acompaño!

La astucia en los ojos de Antonia se hizo más evidente. Era claro cuáles eran sus intenciones. Sabiendo que Yolanda era su socia y conociendo bien su carácter, Antonia entendía que, con Delicia fuera del camino, ahora era el turno de Yolanda.

Sin embargo, cuando Antonia estaba a punto de ir con Isabel, esta la detuvo:

—Quédate en casa, no es apropiado que te involucres en estas situaciones.

Parecía que, a pesar de todo, Isabel no quería que Antonia, a quien había criado como a una hija, se involucrara en estos asuntos. Durante años, había tratado de proteger el mundo de Antonia.

—Está bien. —respondió Antonia sin insistir, asintiendo obedientemente.

...

Una vez que Isabel se fue, Antonia observó cómo el coche se alejaba, con una sonrisa triunfal en los labios.

María apareció detrás de Antonia.

—Señorita, he preparad
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