Pensilvania - Rumania
Academia de Ballet Angel's
Días después de la muerte de Parker...
Ayla
No me considero una mala persona, he tenido más bajones que subidas durante toda mi vida. Lamentablemente tuve un accidente hace algunos años y no recuerdo absolutamente nada. Toda mi memoria es de la que he creado ahora de grande o los que me dijo mi madre, pero del resto todo es en blanco y negro.
Mamá siempre me dijo que es mejor lo que no se recuerda. Que si pudimos olvidar, es porque hicimos algo muy bueno o malo.
Espero no haber sido una mala hija.
Horas más tarde...VelkanInhalar y exhalar, inhalar y exhalar... y un motivo, no, medio motivo para no arrancarle la cabeza a Aaron. ¿Qué le pasa por la cabeza a ese maldito demonio? Se supone que es mi mejor amigo y no debería ser así.—Condenaste a mi mate, deberías dejarme salir y vivir por ti —protesta Yoraco.¡No la condené, solo estoy confundido!—Yo no estoy confundido, yo quiero a Ayla. Es mi compañera y tú no me dejas tenerla. La marcaste tú, no yo y también quiero marcarla. ¡Quiero que todo el mundo sepa que Ayla es mía! —vuelve a quejarse mi lobo interior.No... ¿cómo puedes ser así?, ¿dónde quedó la lealtad y el amor hacia Sara?Miro a la extraña mujer tambalearse y me cabreo rápidamente cuando Aaron la toca.—¡Suéltala ahora mismo! —gruño, quitando las sucias manos de él, de los brazos de la pelirroja.—Si la soltaba s
La veo sentarse en la cama con cuidado y mirando hacia los lados frunce el ceño, acaricia su cien y su cabello rojizo cae hacia los lados. Su aroma se desprende por toda la habitación y hacen palpitar mi corazón.—¿Qué pasó? —pregunta, con voz suave—. ¿En dónde estoy?Siempre preguntan lo mismo.—Te desmayaste cuando estabas en tu clase de ballet, supongo que tienes mucho estrés —respondo.—Claro, eso pasó —dirige su vista hacia una ventana—. Volvió a caer la noche y no sé dónde estás.—¿Algún problema? —ella me ve y sonríe—. No es que me importe, pero se te nota bastante intranquila.—¿Recuerdas al chico rubio que estaba en mi casa cuando estuviste ahí? —asiento y muerdo mi lengua para no decirle nada—. Está desaparecido desde hace varios días. Lo he buscado por todos los lugares que conozco —me mira con ojos cristalizados—. Es triste no recordar nada y solo lo busqué hasta un cent
La miré una y mil veces más para sacarle lo que tuviera en su cabeza. Quería poder leerle el pensamiento y no simplemente olerla. Quería que me dijera si realmente mi Sara era esa hermana cruel de la que el sirviente de Aaron siente rencor.Aaron...Miro a mi amigo para buscar cualquier explicación posible sobre esto, pero solo se encogió de hombros y me hizo señas para que volviera mi atención a la pelirroja.—Entonces, Ayla. ¿Cuéntame sobre tu mala hermana? —muy dentro de mí, quería que me dijera que ella estaba viva, pero también quería que me dijera que mi Sara, no era esa mujer cruel que me describieron.—No es una mala hermana, solo le ha tocado una vida difícil —suspira—. No es como Parker lo dice, él suele exagerar todo.—Tienes que estar jugando, Ayla —mira a la pelirroja molesto—. ¿Hasta cuándo tú vas a continuar defiendo lo indefendible? Estas personas no saben quién eres. Deja el miedo p
Algunas semanas después...Manada GuaicoNo hubo un día más, para mí, pasaron semanas y posiblemente meses. Mi lobo Yoraco estaba dolido, se sentía solo y engañado. Le prometí un día más con la pelirroja, pero la arranqué de raíz de mis días. Necesitaba como un imbécil y un loco, buscar la respuesta a mi pregunta.¿Esa extraña mujer es hermana de mi Sara?Pido a la luna que no. Porque todo este tiempo he sufrido por la ausencia de mi Sara y aunque la ame, lo que siento por la bailarina es más grande. Mi lobo la reclama y sufre con su ausencia.Me siento una basura por permitirme sentir algo por ella. Debí dejarla con Aaron o que muriera en algún lugar sola.—Sara está muerta, enterrada y los restos de su cuerpo deben ser pocos. Me quitaste a mi luna y la condenaste al infierno. Eres un cobarde —me reprocha Yoraco.Me condené yo mismo a la miseria. Tengo miedo
La besé, dulce y tiernamente la besé.La besé como si ella pudiera calmar mi sed. La besé como si el mañana no existiera, pero la prisa no la tenía. No sabía que podía necesitarla tanto, hasta que pude probar sus labios.Eran carnosos, eran especiales, eran únicos y simplemente perfectos.Ella al principio no sabía qué hacer, estaba inmóvil y muy tensa. Acaricié sus mejillas con delicadeza mientras la besaba lentamente, un suspiro se le escapó y eso me alivió.Estaba respirando nuevamente.—Si te incomoda puedo dejar de besarte —murmuré entre sus labios, miré sus ojos mientras seguía acariciando sus mejillas.—Me sorprendiste, no sabía que realmente todo podía detenerse con un beso —olía su miedo, pero su voz se escuchaba avergonzada.Me alejo un poco para verla mejor y su sorpresa me hizo latir con fuerza el corazón.—Voy a detenerme ah
Casa de la Manada GuaicoAaron no entendía que sucedía, ya que lo había lanzado no sé cuántas veces a las paredes de mi casa. No le di la oportunidad de hablar, solo lo ataqué al verlo en mi casa.—¡Te dije que no tocaras a Ayla! —gruñí—. ¡Que no te acercaras y no cumpliste tu palabra!—¡¿Qué mierdas te pasa, Velkan?! ¡He cumplido mi palabra y la última vez que me viste cerca de ella fue cuando estaba con Parker! —respondía con dificultad.—¡Ayla me dijo que le mostraste los sueños dónde matas a Parker! —lo vuelvo a tomar por una de sus alas y lo lanzo contra las escaleras de la casa—. ¡Te pedí que no le dijeras nada! ¡Es mi mate y si llega a rechazarme te mato, Aaron! ¡Juro por la diosa Luna que te mato!Ares y Slack me toman por los brazos mientras Katrina y Mara intentan levantar a Aaron de la miserable posición que tiene.—¡Parker, tráeme al íncubo! —el chico lo mira con miedo y
Bosque Boca del LoboReserva de la Manada GuaicoQuería esperar por Ayla y darle tiempo para ver si ella realmente me había creído lo que le había confesado ayer, pero no. No hubo preguntas, no hubo ningún comentario sobre eso.Solo lo dejó pasar y realmente yo no puedo hacer lo mismo.Esperé por ella hasta verla salir de su clase y aunque le había prometido llevarla a su trabajo, debía ser completamente honesto. Por eso, aunque salió un poco más temprano de la academia de ballet, aún era de noche y el tiempo era perfecto para que ella viera la reserva y a la luna juntas.—Este lugar es precioso —admiraba con emoción el bosque—. Es la primera vez que vengo aquí, creo.Sonrío al verla tan... diferente a lo que vi anoche.—Nadie puede entrar aquí —seguimos caminando con las manos entrelazadas hasta llegar a una cascada—. Esto es parte de mi territorio y nadie en
Casa de la Manada GuaicoUnas horas más tarde...Me di cuenta muy tarde del daño que le había causado a Ayla. La herí lentamente y no lo quise ver. Mejor dicho. No me haré más el imbécil. Realmente estaba viendo cómo hería a mi mate y simplemente ignore que más adelante podía darse cuenta de las cosas. Creí tener el tiempo. Creí poder controlar las cosas, pero no.Lo único seguro que tenemos en la vida es la muerte.Me confié y me creí sabio. Creí que por fin había conseguido la felicidad, pero que equivocado estaba. Borrar sus recuerdos era lo único que podía hacer para tener la felicidad plena. Era completamente obvio que esto pasaría y yo negado siempre con todo lo que se refería a ella, simplemente me fue más fácil fingir que todo era perfecto y jamás lo recordaría.Nadie estaría con la persona que condenó a su hermano.—Velkan, debes calmarte un poco porque la noche será