Bosque Encantado de Hoia-Baciu
Cumpleaños de Velkan y ascenso a Alfa de la manada Guaico
Diez años atrás...
Sara
Un día, solo eso faltaba para que Velkan tomara su lugar como alfa de la manada Guaico, una población mestiza donde los lobos conviven con los vampiros, hadas, ángeles, demonios, brujas y no sé qué más. Yo no estoy segura de que clase de ser sobrenatural es Mara y Katrina, pero sé que tienen su poder aunque yo no sepa en qué clase debo calificarlas o separarlas.
¿Por qué dije que creí que faltaba un día para el ascenso a alfa de Velkan? Bueno, sucede que saqué mal la cuenta y tomé el ascenso y cumpleaños de don machote, como la fecha estipulada que él me dio para marcharme.
—¿Entonces está vez sí entendiste bien? —la voz de Taker, me saca de mi ensoñación—. No saques cuentas de acuerdo a las fechas de tu dimensión porque no te darán igual, nada es similar al lugar de donde vienes, es como si nosotros viviéramos solo a seis horas diferencia, pero lo que cambia es que nosotros aquí existimos y en tu dimensión no.
—Eso lo entiendo y estoy muy sorprendida cómo pueden cambiar las cosas sin darme cuenta —admito—. ¿Esto terminará bien, Taker? Oye, ¿cómo es que sabes que vengo de otra dimensión?
—No digo que nosotros seamos unos completos prodigios aquí —se burla—. Sara, vivo bajo la merced de Aarón, esas chicas con quién vivo no se guardan nada, lo único que lamento es no poder tocarlas como quisiera.
—¿Esto terminará bien, Taker? —ignoro su respuesta anterior—. No sacaré cuentas de acuerdo a mi dimensión, entonces... ¿hoy es el cumpleaños de Velkan?
—Su cumpleaños cuatrocientos y su ascenso a alfa de la manada —responde señalándome hacia donde estaba el ambiente tenso.
Ahí se encontraba el padre de don machote, muy serio viendo a su hijo, el color de sus ojos cambiaban rápidamente y no podía definir un color en específico, sentía mi corazón latir con fuerza porque de la misma manera en que miraba a su hijo, lo hacía conmigo. El miedo se apoderó de mi cuerpo al notar la sonrisa macabra del señor, Taker da dos pasos hacia adelante y Aarón aparece de la nada a mi lado, me giro a verlo y está completamente transformado en un demonio, Mara está a su lado y sus orejas puntiagudas y un color verde claro en su piel, me hacen sorprender, Katrina es una calavera y todos están en modo de pelea.
Creo que nada saldrá bien de esto.
—Traes a la liga de la justicia porque todavía no te controlas, Velkan —se burla el señor.
Una campana sonó a lo lejos, haciéndome erizar la piel, los humanos que quedaban se transformaron en lobos e hicieron una reverencia en dirección a Velkan.
—¡No, no lo alaben que su alfa soy yo! —gritó, Daniels.
Los vampiros, los chicos, Taker... todos, hacían reverencia ante Velkan, miro al cielo y la última luna llena del año, brilló fuertemente, iluminaba el bosque y no había ni una nube que la tapara.
—¡No permitan que él ascienda, destruirá a la manada a su antojo! —se volteaba en busca de algún tipo de ayuda.
—Son las doce —dijo la madre de Velkan con orgullo—. Mi hijo pudo controlar su lobo interior y la diosa Luna le permitió llegar a alfa legendario, después de cuatrocientos años volvemos a tener un lobo de sangre pura.
El crujido de huesos rompiéndose llama mi atención, Velkan comienza a dar gritos de dolor, escuchaba como sus huesos se partían y sus brazos y piernas caían sin movimiento, no se elevaba como lo hizo Cheeses al morir, Velkan estaba en el suelo gritando de dolor y eso me hizo desesperarme demasiado.
—¡Por favor, que alguien lo ayude o haga algo para que no sienta más dolor! —intento acercarme, pero Aarón me detiene, su mano quema mi piel haciéndome hacer una mueca de dolor.
—Perdona, Luna —me suelta—, pero no puedes acercarte, Velkan está recibiendo sus poderes legendarios y si es interrumpido podría morir.
Abro los ojos con sorpresa y asiento rápidamente, vuelvo a ver a Velkan y quedo impactada al ver su pecho levantarse y nuevamente crujir, empiezo a llorar y sentir desespero por no poder hacer nada.
—No llores, bonita, yo estoy bien y si tú lloras me harás sentir inútil por no poder hacer nada para ayudarte —la voz del invasor de mentes era suave, se podía sentir su dolor.
—Lo prometo, no lloraré más —limpio mis lágrimas, y le sonrío cuando sus ojos se encuentran con los míos.
—Así eres más hermosa, mi luna —su voz me partía el alma, pero no le quise demostrar nada más, ya le bastaba con su dolor.
Miro hacia los lados y veo que todos siguen en reverencia sin moverse, el padre de Velkan estaba de espaldas peleando no sé con quién y yo aproveché de acercarme de manera sigilosa a mi don machote.
—Hey —le digo cuando llego a él, me había acostado en el suelo y aunque moría por tocarlo, no lo hice—, todo estará bien, soy la supervisora de tus sueños, amor.
Sus ojos se abren y su respectiva heterocromía, me saludan, solo que esta vez sus ojitos eran de color rojo y negro, mi corazón latía con fuerza y sus hermosos ojos solo me miraban atentamente con alegría.
—Eres la mujer más hermosa y valiente que la diosa Luna me pudo enviar —la dulce voz del invasor de mentes me estaba causando estragos fuertes en mi corazón.
Cierra sus ojos y sus huesos siguen crujiendo, su piel era gris, su cabello estaba creciendo y la forma de su rostro estaba cambiando, colmillos salieron de su boca y su nariz estaba cada vez más alargada.
Su rostro estaba perdiendo su forma humana y parecía más un lobo.
—¡Sara! —fui tomada por Ares desde mi cintura y levantada del suelo—. No es seguro para ti.
El aullido de un lobo se escuchó muy cerca, un relámpago cayó en Velkan y sentí como todo mi ser se desplomó.
—¡Velkan! —grité entre lágrimas.
El padre de los chicos se transformó y varias brujas vestidas de negro aparecieron para estar al lado del señor, el cuerpo de Velkan había desaparecido y el resto de los lobos estuvo en alerta por la aparición de las brujas.
—Debes irte —me dice Taker, los policías empezaron a pelear contra las brujas, pero al matar a una, aparecían más—. No es seguro para ti estar aquí porque todavía la transformación de Velkan no está y te podemos proteger, pero nadie lo hara mejor que tu mate.
Intentan alejarme del lugar, pero las brujas nos rodean y alejan del resto de los lobos, los aullidos y los gritos en otros lados del bosque se escuchaban.
—¿A dónde van? Está forastera no se va de aquí viva —el padre de Velkan me mira con asco.
—Debemos sacarla de aquí como sea —toma mi brazo Ares, me empieza a jalar mientras los demás pelean contra las brujas.
—Llévatela lejos mientras nosotros nos quedamos aquí y le damos tiempo a ustedes para que se marchen —Aarón le informa a Ares.
Antes de volver a decir algo, el padre de los chicos nos golpea con su pata a Ares y a mí, fuimos lanzados por el aire y mi espalda fue golpeada por un árbol, el dolor fue intenso, desgarrador y tan doloroso que no sabría darles una explicación.
—Sara, ¿estás bien? —la voz de Ares me sobresalta, intento levantarme, pero el dolor es demasiado intenso—. Dios mío, Sara... tú no —le sonrío.
—No digas nada, pásame tu mano y ayúdame a levantarme —le pido con dificultad—. Solo es un pequeño golpe en la espalda.
—Velkan me va a castigar cuando vea que te golpearon con fuerza la espalda, Sara —me ayuda a ponerme de pie.
El dolor era fuerte, pero debíamos irnos, no sé cuánto más le faltaba a Velkan para regresar, pero aquí todos estaban luchando para que su ascenso como lobo fuera perfecto.
—¡No te irás, forastera! —el gruñido de Daniels fue fuerte, áspero y tenebroso, Ares intentó correr, pero solo se detuvo a esperar a que llegara el golpe—. Nunca debiste venir aquí y dañar la paz en mi manada.
Ares se pone frente a mí para protegerme, el aullido de Velkan me hace sonreír.
Está listo.
Los lobos le responden el aullido y las brujas empiezan a diestra y siniestra a acabar con todos a su paso, Ares me tomó del brazo por seguridad y en alerta por lo que había dicho su padre.
—Corre —murmura mi amigo y se enfrenta a su padre.
—Gracias —le digo, aunque sé que ya no me escuchaba, empiezo a correr y veo como una de las brujas tenía a Rose, iba a dejarlo pasar, pero no puedo, no puedo dejarla ahí porque ella no tiene la culpa y más que todo porque ella es mi hermana menor.
—Vamos, niña, tú no debiste seguir a los adultos, debiste quedarte en tu casa como un perro obediente —le jala el cabello.
—¡Suéltala! —tomo una piedra y se la lanzo a la bruja—. ¡Déjala en paz ahora mismo!
—El juguete mayor —me ve con malicia, empuja a Rose al suelo con demasiada fuerza, escucho alboroto porque Velkan se acerca y aprovechando que la bruja se distrajo, voy a dónde mi hermana—. ¡Jamás volverás a poner un pie en este lugar!
Y pasó, dijo unas palabras en un idioma extraño, me elevó y algo extraño me atravesó, abrí los ojos sorprendida y el aire había abandonado mis pulmones.
—¡Sara! —el grito de los chicos con dolor, hicieron que empezara a llorar.
Soy una llorona en potencia.
La rama fue sacada de mi y caí al suelo haciendo un estruendo, veo a un enorme lobo blanco acabar con la bruja que me había lastimado, sonrío al ver que se acerca a mí con su forma humana.
—Perdóname por haberme demorado tanto, bonita —la voz ronca y de arrepentimiento me hizo eco en la mente—. ¿Qué hago, cómo puedo curarte?
—Velkan, no pasa nada —me toma entre sus brazos y pone su mano en mi—. No es tu culpa, ella iba a hacerle daño a Rose y no se lo podía permitir.
Sus ojitos se llenan de lágrimas y muerde sus labios hasta romperlos.
—Ahora que por fin había dado contigo y... —se calla por unos minutos—. ¡Luna, alguien, ayúdenme con Sara!
Escuché hablar a Miguel en latín, los pasos acercándose a mí me hicieron dar escalofríos, mi visión se estaba poniendo borrosa y respirar se me estaba dificultando.
—Sara... —el lamento de Mara me hizo llorar.
—¿Así de mal es mi situación? —toso, en un intento de hacerle una pregunta a Velkan.
—No, bonita, tú estarás bien —besa mi frente y me acurruca más a su cuerpo—. Si así tenía que ser mi cumpleaños y mi ascenso, juro por mi vida que no lo hubiese aceptado —me abraza y lo escucho sollozar.
La luna se hizo más brillante y con ella vino la lluvia, un lobo con una hermosa mujer encima de él, se aparecieron frente a mí.
—¿Quién es ella, Velkan? —mi respiración era cada vez más lenta.
—No hay nadie —me dice después de mirar hacia los lados—. Sara, no me hagas esto, por favor.
—Ah, es Yara —sonrío con dificultad—. Me dijo que vino por mí.
—¡No, Sara! —toma mi rostro—. Mi amor, tú no me puedes dejar, por favor.
—Me duele respirar —mi cuerpo titiritaba del frío—, perdóname por no haber sido una chica normal y no haberte aceptado todo este tiempo, pero nunca olvides lo mucho que te amo.
—Sara, no te despidas —lo escucho llorar, lamentablemente ya no lo podía ver—. Mi amor, tú eres mía, yo te reclamé. ¡Dios, Sara, tú eres mi mate!
—Dime que me amas y cambiarás las cosas en tu manada, no permitas que las reglas de tu padre sigan estando en el lugar de las tuyas —le pido.
—Sara...
—Por favor —acaricio su rostro.
—Te amo, bonita y lamento mucho no poder haber venido antes, lamento mucho no poder haberte protegido y lamentaré toda mi vida el no poderte salvar —besa mis labios, sus lágrimas cayeron en mi rostro.
Sonreí, pero ya no pude aguantar más, mi mano cayó al suelo y mi respiración se detuvo.
—¡No! —el grito desgarrador de Velkan, se escuchó—. ¡Sara, no me dejes, por favor!
Lamentablemente Sara ya no podía escucharlo más, su vida había abandonado su cuerpo y Yara, la diosa Luna le había parado el sufrimiento a la pelirroja. Si quedaba con vida, sufriría demasiado por la falta de movilidad en su cuerpo, también le fallaría su memoria y no despertaría por un largo tiempo. Hoy el lobo legendario lloraba la partida de su gran amor, pero él sabía que si ella quedaba con vida, sufriría, hoy no lo acepta y pasarán muchos años hasta que lo logré asimilar, pero el sufrimiento para la mujer que ama, no lo podía permitir.
Yara cumplió el último deseo de Sara y solo ella protegerá el nuevo legado de Velkan.
—No pude lograr quedarme, ¿podrías permitirle a Velkan ser feliz? Dicen que la tercera es la vencida —le pide Sara a Yara.
—Nuestra misión era hacerlo fuerte y te prometo como la diosa Luna que soy, que haré cumplir tu último deseo —le respondió Yara.
—No quiero que sufra más, solo permítele que sea feliz por una vez en su vida —ambas se miran a los ojos.
—Lo prometo, Sara —le da la mano—. Es hora de que te vayas, tu misión en este mundo terminó, lamento mucho que fuera de esta manera, pero el destino a veces es así.
—Está bien, por favor, no dejes solo a Velkan y que está vez su mate y él logren ser felices —una lágrima caía de su rostro, tomó la mano de Yara y juntas desaparecieron entre el bosque y la oscuridad.
Porque cada día tendremos un nuevo amanecer.
Velkan, tú tendrás tu nuevo amanecer, aunque no sea con la mujer que un día deseaste y pensaste.
Así es la vida y hoy te tocó aprender la última lección.
Amar hasta que la muerte los separe.
Voy a contar hasta diez para seguir fingiendo que estoy malherido. Voy a seguir fingiendo que con la aparición de esa mujer extraña, no me siento completamente curado y mis energías han vuelto.Solo no quiero aceptar que es mi nuevo mate.Por la diosa Luna, Sara apenas la perdí hace poco.Su muerte me persigue a donde sea que vaya, su recuerdo me come el pensamiento por las noches y mi cerebro no coordina cuando de ella se trata. Sara no debió morir, yo debí hacer algo por ella, debí buscar la manera de hacerla sentir segura o a salvo, pero en mis narices el día de mi gran cumpleaños y el maravilloso ascenso a Alfa, la perdí. Su recuerdo, su cuerpo
Suspiré unas mil veces y traté de mantener la compostura mil veces más, no por lo que acababa de pasar, más bien por lo que yo acababa de hacer. Reclamé como mía a la extraña mujer y yo mismo me hundí en un problema innecesario con el príncipe llorón del Inframundo.¿Qué fue exactamente lo que hice?—Que bueno que esto fue entrar, saludar e irnos —se burla Ares—. Excelente, Velkan. Tu mate es el íncubo y el ángel caído que está buscando el sádico de tu mejor amigo.Hago una mueca de desagrado.—No tuve elección para ese momento, pero ya la rechacé nuevamente —le digo serio—. Ares, la vida se trata de tomar decisiones desesperadas para momentos desesperados.—Déjame ver si entiendo —suspira y una estúpida sonrisa se forma en su estúpido rostro—. ¿Decidiste marcar a el íncubo de Aaron porque estabas desesperado por el momento o por la chica? Interesante, ¿por eso la reclamaste como tuya?
Pensilvania - RumaniaCasa de la Manada GuaicoAlgunas semanas después...Pensando las cosas detenidamente, esa extraña mujer no sale de mi mente y eso me está desesperando más de lo que quisiera o pudiera admitir. La he mandado a custodiar con mis mejores lobos, los más fuertes, los más asesinos y rebeldes de la manada, pero el problema aquí es el siguiente.¿Cómo es posible que esa extraña mujer no le tuviera miedo a Aaron? Algo aquí no encaja bien y me está molestando.—Alfa, ¿nos escuchó? —pregunta uno de los lobos a quien envié a custodiar a la pelirroja—. La chica no hace nada para llamar la atención, más bien parece ser una marginada por su familia.—¿Viste a su madre? —niega con la cabeza—. ¿Su hermano o su padre?—Al hermano lo vimos intentando robarle a alguien, pero fue detenido por los policías del clan colmillo rojo —me entrega un papel con
Pensilvania - RumaniaAcademia de Ballet Angel'sDías después de la muerte de Parker...AylaNo me considero una mala persona, he tenido más bajones que subidas durante toda mi vida. Lamentablemente tuve un accidente hace algunos años y no recuerdo absolutamente nada. Toda mi memoria es de la que he creado ahora de grande o los que me dijo mi madre, pero del resto todo es en blanco y negro.Mamá siempre me dijo que es mejor lo que no se recuerda. Que si pudimos olvidar, es porque hicimos algo muy bueno o malo.Espero no haber sido una mala hija.
Horas más tarde...VelkanInhalar y exhalar, inhalar y exhalar... y un motivo, no, medio motivo para no arrancarle la cabeza a Aaron. ¿Qué le pasa por la cabeza a ese maldito demonio? Se supone que es mi mejor amigo y no debería ser así.—Condenaste a mi mate, deberías dejarme salir y vivir por ti —protesta Yoraco.¡No la condené, solo estoy confundido!—Yo no estoy confundido, yo quiero a Ayla. Es mi compañera y tú no me dejas tenerla. La marcaste tú, no yo y también quiero marcarla. ¡Quiero que todo el mundo sepa que Ayla es mía! —vuelve a quejarse mi lobo interior.No... ¿cómo puedes ser así?, ¿dónde quedó la lealtad y el amor hacia Sara?Miro a la extraña mujer tambalearse y me cabreo rápidamente cuando Aaron la toca.—¡Suéltala ahora mismo! —gruño, quitando las sucias manos de él, de los brazos de la pelirroja.—Si la soltaba s
La veo sentarse en la cama con cuidado y mirando hacia los lados frunce el ceño, acaricia su cien y su cabello rojizo cae hacia los lados. Su aroma se desprende por toda la habitación y hacen palpitar mi corazón.—¿Qué pasó? —pregunta, con voz suave—. ¿En dónde estoy?Siempre preguntan lo mismo.—Te desmayaste cuando estabas en tu clase de ballet, supongo que tienes mucho estrés —respondo.—Claro, eso pasó —dirige su vista hacia una ventana—. Volvió a caer la noche y no sé dónde estás.—¿Algún problema? —ella me ve y sonríe—. No es que me importe, pero se te nota bastante intranquila.—¿Recuerdas al chico rubio que estaba en mi casa cuando estuviste ahí? —asiento y muerdo mi lengua para no decirle nada—. Está desaparecido desde hace varios días. Lo he buscado por todos los lugares que conozco —me mira con ojos cristalizados—. Es triste no recordar nada y solo lo busqué hasta un cent
La miré una y mil veces más para sacarle lo que tuviera en su cabeza. Quería poder leerle el pensamiento y no simplemente olerla. Quería que me dijera si realmente mi Sara era esa hermana cruel de la que el sirviente de Aaron siente rencor.Aaron...Miro a mi amigo para buscar cualquier explicación posible sobre esto, pero solo se encogió de hombros y me hizo señas para que volviera mi atención a la pelirroja.—Entonces, Ayla. ¿Cuéntame sobre tu mala hermana? —muy dentro de mí, quería que me dijera que ella estaba viva, pero también quería que me dijera que mi Sara, no era esa mujer cruel que me describieron.—No es una mala hermana, solo le ha tocado una vida difícil —suspira—. No es como Parker lo dice, él suele exagerar todo.—Tienes que estar jugando, Ayla —mira a la pelirroja molesto—. ¿Hasta cuándo tú vas a continuar defiendo lo indefendible? Estas personas no saben quién eres. Deja el miedo p
Algunas semanas después...Manada GuaicoNo hubo un día más, para mí, pasaron semanas y posiblemente meses. Mi lobo Yoraco estaba dolido, se sentía solo y engañado. Le prometí un día más con la pelirroja, pero la arranqué de raíz de mis días. Necesitaba como un imbécil y un loco, buscar la respuesta a mi pregunta.¿Esa extraña mujer es hermana de mi Sara?Pido a la luna que no. Porque todo este tiempo he sufrido por la ausencia de mi Sara y aunque la ame, lo que siento por la bailarina es más grande. Mi lobo la reclama y sufre con su ausencia.Me siento una basura por permitirme sentir algo por ella. Debí dejarla con Aaron o que muriera en algún lugar sola.—Sara está muerta, enterrada y los restos de su cuerpo deben ser pocos. Me quitaste a mi luna y la condenaste al infierno. Eres un cobarde —me reprocha Yoraco.Me condené yo mismo a la miseria. Tengo miedo