Matthew—¡Mi Matt, ya llegué! Estoy en casa, ¿dónde estás tú?Nunca entenderé por qué le gusta hacer eso, anunciar que ha llegado y preguntar como loca mi posición. A veces creo que es porque aún siente que puedo desaparecer y quiere asegurarse de estar equivocada. Por eso siempre le contestó aquí estoy mi coneja para demostrarle que no iré a ningún lado. Hoy es un día especial por eso le salgo al paso y la atiendo como una reina. Tomo su cartera y la cuelgo en la entrada para luego retirar sus zapatos y masajear un poco sus pies. Ella me mira muerta de risa y alzando las cejas mientras pregunta que me traigo entre manos. No dije nada, solo la guíe hasta el baño donde la desvestí para luego hacerla entrar en la bañera que tenía ya lista.Viéndola dentro relaj
CarolEstoy feliz, pues al fin llevo un año de relación con Matt sin tener que preocuparme por medicinas o por si cena correctamente o porque no se agote. Bueno seamos sinceros, esos hábitos no los perdería tan rápido de un día para otro, pero me sentía más libre. Sobre todo, ahora que nuestra relación va viento en popa, nos entendemos y nos cuidamos uno al otro. Hay altos y bajos, como su familia, que aún da problemas sin cesar, hasta yo quiero que se ahorquen ya. O como sus negocios que cada vez crecen más causándole estrés, algo que no me gusta para nada y también peleamos por ello. El hecho que esté sano no quiere decir que está al cien por cien, no permitiré que lo logrado se pierda por sus indisciplinas, aun cuando es claro que no es un niño pequeño.Es por eso por lo que lo he obligado a delegar su responsabilidad
MatthewToda esta situación me estaba quebrando en mil pedazos. Desde que abrí esa puerta y dejé entrar a Claudia por ella, todo se volvió un caos. Esta solo dijo que debía ver lo que había dentro del sobre que me entregaba y una vez que empecé a leer mi mundo se detuvo. No podía creer nada de lo que había ahí, Carol no haría algo así, me dije una y otra vez.Igual la acusé de todo y nada más la vi marcharse sin pelear, la tristeza en sus ojos me desarmaba, pero las pruebas estaban ahí y ella no se defendía. Casi corro detrás de ella cuando se fue, pero Claudia me sostenía, solo mire su mano y luego hice que me soltara. Jamás volvería con ella, aun cuando puede que Carol me haya traicionado para controlarme, algo que no me queda claro. Dentro de mí siento que mi conejita no es así y que me voy a arrep
CarolJamás esperé que algo como esto pudiese suceder, la verdad es que me despreocupe con todo el dolor de ser traicionada y la felicidad de ser madre. De tonta baje la guardia y deje que me tomaran en pleno día sin hacer nada. Estoy asustada, me han dejado ciega y los oigo decir que ya me tienen. Luego de un largo recorrido, en el que no me muevo siquiera, evitando que me puedan golpear en el vientre, siento que se detiene el carro. Me bajan casi a rastras y entre dos personas me cargan por los brazos. Para al final, solo lanzarme contra el suelo, el impacto duele, por lo cual no puedo evitar que se me escape una queja. Pero acto seguido, me trató de arrastrar y encontrar una pared, para apoyarme a ella y estar más segura. Mis manos están atadas y mis ojos vendados, no sé dónde estoy y tampoco puedo proteger a mi hijo correctamente. Por este motivo me llego a sentir desesperada y lloro, en lo que doblo
CarolEra una cabaña moderna de madera para vacacionar, lógicamente estaba en un bosque. Antes de salir sentí movimiento en el comedor, lentamente me acerqué y las voces del primo de Matt y su tío me llegaron. Algo me dijo que debía escuchar lo que sea que hablaran esos locos pervertidos.—¿Padre cuándo podré disfrutar de esa mujer?—Cuál es el apuro, de aquí no saldrá viva. Debemos mantenerla por esta semana, para que Matthew vea que no mentimos, cuando firme los papeles entregando todo, ahí la mataremos. No necesitamos que un bastardo venga a este mundo a reclamar el dinero.Tapé mi boca y sentí cómo me erizaba de pies a cabeza, estos desgraciados sabían que estaba embarazada.—Claudia hizo un buen papel al convencerlo de dejarla, entonces porque cre
CarolRespiro para tratar de pasar el dolor, me doy cuenta de que no voy a lograrlo con el abrigo tan pesado, me lo quité y lo lancé hacia la rama que quiero agarrar, por suerte cae en ella. Vuelvo a retroceder, me detengo a tomar aire, hasta que justo en eso siento un gruñido y fue suficiente para que me mandara a correr, pusiera el pie en el tronco y dando el salto agarrara la rama que buscaba. No me detuve, me aferre a la rama, tome el abrigo, me lo tire como pude al hombro y clavando la navaja continué. Por suerte esta se clavó en el tronco sin problema y arrastrándome comencé a subir hasta llegar al fin a la rama fuerte que me sostendría.Ya arriba miré al piso y por la virgen santa, creo que me dio mareo ver la separación que había entre el suelo y yo. Traté de moverme lo menos posible, aún no me creía que habí
MatthewMi familia, la que creé y alejé a la vez, lleva cinco días en manos de esos desgraciados. El primer día que me llamaron lo disfrutaron en serio. Sí, desde el primer día me envían fotos e imágenes de ella, se ve tan asustada y frágil. Me mostraron como era un ovillo en un rincón de la habitación donde la tenían. Ella ni se dio cuenta de que le habían tirado fotos, estaba dormida. Me dolió verla amarrada y adoptando esa posición para proteger a nuestro bebé, casi me vuelvo loco.Hace dos días que no me llaman para mostrarme imágenes de ella y me preocupa. Mi Carol, mi mujer fuerte y valiente, ahora está indefensa en ese lugar. Sé que el asqueroso de mi primo no perderá la oportunidad para tocarla y hacerle daño, por eso estoy perdiendo los estribos. Es capaz de matar al niño y no lo sopor
MatthewAl limpiarme el cuello me lo toqué ligeramente en donde sentía cierta molestia y me quejé maldiciendo por lo bajo. El maldito logró hacerme cierto daño, a pesar de su edad tenía fuerza aún en esas manos. Mirando con odio el cuerpo en el suelo no pude sentir lástima como deseaba. Tan solo cerré los ojos y hablé con algo de incomodidad aclarando la garganta.—¡Alan!—Diga usted, señor.—Vamos hacia el bosque, mi mujer está allá adentro, totalmente perdida, necesitamos hallarla cuanto antes.—Pero señor es de noche, al menos esperemos a que amanezca y habrá mayores posibilidades. Además, los hombres de su tío han buscado ya y no han podido encontrar nada, debemos saber qué lados han peinado para avanzar más rápido.—¡Ella está sola, allá afuera, puede pasarle algo!—Lo sé, señor, pero sí ha logrado vivir dos días sin que hallarán su cuerpo, es posible que sea porque ella se está cuidando bien. Confió en Carol, tengo fe en que está bien, es alguien fuerte.Tragué en seco y cerré l