CarolSentada en la oficina de Carl:—Cómo vas a convencerlo para que regrese sin sospechar que todo esto es raro.—No estoy segura, pero sé que, bajo ninguna razón, puede saber que yo soy el donador.—Como médico no puedo decirle nada, pero como amigo no creo que esté bien que le escondas ese detalle. Ya lo conoces y a pesar de ser una persona tranquila, cuando le tocan el punto incómodo no es nada bonito de ver.Muerdo mi labio porque es cierto, he visto su incomodidad en el trabajo cuando alguien mete la pata y se pone bien feo. Conmigo se ha enojado, pero jamás a ese nivel. Bueno, para todo hay una primera vez y me importa poco, mientras salve su vida vale la pena que se ponga morado.—Puede ser, pero si le digo no me dejará hacerlo, me protege demasiado por su promesa a mi madre —respire—. Tranquilo yo lo arreglaré, haré que vuelva, tú solo avísame cuando todo esté listo.Cuando al fin Carl se convenció y aceptó mi propuesta, procedimos con todos los análisis y dentro de unos día
CarolEl día del procedimiento no voy a negar que estaba muy nerviosa y algo asustada por todo lo que iba a suceder. Mis células fueron recolectadas en una sala de operaciones, para luego procesarlas en el laboratorio de forma inmediata. Una vez que las células estuviesen listas, se suministrarán al paciente a través de un catéter venoso central, lo cual es muy similar a una transfusión sanguínea. Durante este proceso, Matt estaría despierto y por suerte no sentiría dolor alguno. Es un gran paso para nosotros, ya que lo considerábamos como una segunda oportunidad, que la vida nos daba. Para él era como volver a nacer, supongo.Solo había algo que iba a costarme caro y eso era, no poder estar desde el principio en el proceso de Matthew, por el hecho de que estaría recuperándome de la anestesia. Me hacía sentir mal que sintiera mi ausencia, pero algo inventaría. Por supuesto que sentirá que lo he abandonado, pero que hacer, mejor que piense mal de mí a dejarlo morir.El empezar de la op
MatthewTodo el proceso ha sido duro, pero no puedo dejarme caer, pues hice una promesa no solo a Carol sino a Gina también. Pienso en el tiempo de la operación y recuerdo lo enojado que estuve cuando creí que mi conejita me había abandonado, niego con la cabeza, porque realmente soy un imbécil. Como pude considerar que ella podría renunciar a mí, cualquier otra persona quizás sí, pero mi mujer jamás. Todo este tiempo de recuperación ha sido terrible para ella, sé que soy un ser despreciable muchas veces, pero es que me siento tan mal al no poder moverme en libertad, atado a una maldita silla.Ver cómo ella tiene que lidiar con cada cosa, desde los idiotas de mis amigos, los cuales me han desilusionado mucho sin mentir. Me he dado cuenta de que, aunque le hubiese dicho de un inicio, la verdad igual seguiría solo, bueno, no
MatthewEn fin, ella encontró a Rolan y este luego de ser contratado le dio todas las indicaciones para prepararme el gimnasio. Entre ambos lo armaron y alistaron para mí, por supuesto hubo secciones que era necesario ir a un hospital, pues tuve que usar equipos demasiado especializados.Cuando comencé el dolor era casi insoportable y varias veces caí al piso del cual no quería levantarme. Incluso me ponía de peor humor si Carol estaba presente y me veía fallar, por eso le prohibí entrar a verme. La vi tragarse su orgullo y solo decir que si con la cabeza, pero supe lo que le costó cuando escuché sus sollozos en el baño a medianoche mientras creía que estaba dormido. No fue la única que derramó lágrimas, la acompañé ese día a través de la puerta, yo también lloré por ella y por mí. Sin embargo, ese día también me dio valor para agarrar las riendas y sacudirlas con fuerza.Cada día fui recuperando fuerza, reponiéndome, dejando de golpearme contra el piso y luego de largos seis meses, l
MatthewElla se carcajeó y puso el anillo en mi dedo para luego besarnos bajo los aplausos de todos. En ese momento, fue que la muchacha se dio cuenta de la locura que había hecho y ahora se escondía en mi pecho.—Qué pena, no vi que había tantas personas en este lugar.—¡¿Ahora?! Ya es tarde cabeza loca, por cierto, gracias por hacer este fin de año increíble.La abracé fuerte y la sostuve en mis brazos por un buen rato, hasta que decidimos que era mejor volver pronto a casa, el exponerme al frío de la pista y la nieve no era buena idea. Al llegar tomé un baño caliente y ella preparó un té para ambos poder disfrutarlo recostados en la cama, abrazados, viendo una película hasta quedarnos dormidos.Los siguientes meses me puse la cuota bien alta, le pedí a Rolan que pusiera todo su empeño. No tuve descanso en recuperar mi fuerza interna de forma completa y fortalecer mi cuerpo. Me concentré en recuperar mi movilidad en la parte baja, pues no pensaba casarme en una silla de ruedas, eso
CarolRespiro para tratar de pasar el dolor, me doy cuenta de que no voy a lograrlo con el abrigo tan pesado, me lo quité y lo lancé hacia la rama que quiero agarrar, por suerte cae en ella. Vuelvo a retroceder, me detengo a tomar aire, hasta que justo en eso siento un gruñido y fue suficiente para que me mandara a correr, pusiera el pie en el tronco y dando el salto agarrara la rama que buscaba. No me detuve, me aferre a la rama, tome el abrigo, me lo tire como pude al hombro y clavando la navaja continué. Por suerte esta se clavó en el tronco sin problema y arrastrándome comencé a subir hasta llegar al fin a la rama fuerte que me sostendría.Ya arriba miré al piso y por la virgen santa, creo que me dio mareo ver la separación que había entre el suelo y yo. Traté de moverme lo menos posible, aún no me creía que había logrado subir. Luego de revisar que lo que gruño no andaba cerca, me fijé en que el abrigo que le quité al hombre estaba empapado como era lógico, hasta yo aún estaba mo
Matthew—¡Mi Matt, ya llegué! Estoy en casa, ¿dónde estás tú?Nunca entenderé por qué le gusta hacer eso, anunciar que ha llegado y preguntar como loca mi posición. A veces creo que es porque aún siente que puedo desaparecer y quiere asegurarse de estar equivocada. Por eso siempre le contestó aquí estoy mi coneja para demostrarle que no iré a ningún lado. Hoy es un día especial por eso le salgo al paso y la atiendo como una reina. Tomo su cartera y la cuelgo en la entrada para luego retirar sus zapatos y masajear un poco sus pies. Ella me mira muerta de risa y alzando las cejas mientras pregunta que me traigo entre manos. No dije nada, solo la guíe hasta el baño donde la desvestí para luego hacerla entrar en la bañera que tenía ya lista.Viéndola dentro relaj
CarolEstoy feliz, pues al fin llevo un año de relación con Matt sin tener que preocuparme por medicinas o por si cena correctamente o porque no se agote. Bueno seamos sinceros, esos hábitos no los perdería tan rápido de un día para otro, pero me sentía más libre. Sobre todo, ahora que nuestra relación va viento en popa, nos entendemos y nos cuidamos uno al otro. Hay altos y bajos, como su familia, que aún da problemas sin cesar, hasta yo quiero que se ahorquen ya. O como sus negocios que cada vez crecen más causándole estrés, algo que no me gusta para nada y también peleamos por ello. El hecho que esté sano no quiere decir que está al cien por cien, no permitiré que lo logrado se pierda por sus indisciplinas, aun cuando es claro que no es un niño pequeño.Es por eso por lo que lo he obligado a delegar su responsabilidad