•••••••••• Esa mañana durante la hora del almuerzo en la mansión de los Robinson padres: —¡Te dije que arreglaras el problema de esa noticia espantosa que diste, Franklin! —exclamó su madre, Mónica Robinson. —¿Todavía no lo ha hecho? —preguntó su padre. El señor Alexander Robinson. —¡No! ¡Siguen los reporteros de todas partes esperando! —contestó doña Mónica— ¿Qué esperas para actuar como el hombre maduro que se supone que eres? ¿Estás esperando que Nicholas asuma la empresa en tu lugar? ¿Eso es lo que quieres? Franklin mostró una sonrisa burlona. —¿Yo querer eso~?, quizá es él quién lo quiere~ —volvió a ver ese hombre de cabello oscuro rizado a su hermano menor sentado al otro extremo de la mesa. Ese almuerzo familiar de los Robinson de emergencia. Comenzó a llenarse de tensión. ¡NECESITABAN DE LOS HARRIS! Tanto como esa familia también quería seguir en sus negocios por medio del matrimonio de Franklin y Christina. ¡NO PODÍA HABER DIVORCIO! ¡Imposible!
—Sí. Escuché del visitante inesperado —le dijo Jameson, de inmediato a Isabella. Ella, entre los brazos de ese alto hombre castaño, levantó su mirada haciendo contacto visual con él. —¿Sobre Christina Harris…?, la verdad- —Espera. No hablemos de esto aquí —le dijo Jameson, soltando a su esposa y tomándola de la mano la escoltó hasta la sala de la casa. Lilian, fue detrás de ellos y se sentó en un sofá individual de la sala. —Lo lamento Isabella —se disculpó Lilian—. Tenía que decirle a mi hermano, estoy preocupada por ti. Estás embarazada y no deberías- —Gracias… —interrumpió Isabella a Lilian— Sé que lo hiciste con buenas intenciones, Lili. Sabía que Jameson se daría cuenta de una u otra manera —comentó ella avergonzada. Él exhaló y sentado al lado de Isabella en el sofá largo, posó su mano sobre la pierna de ella con cariño, viéndola fijamente a esos hermosos ojos verdes esmeraldas que esa mujer poseía. —Isabella. No quiero que te acerques a esa mujer. Es por tu bien
•••••••••• Al día siguiente, 10: 30 am. En la sede empresarial de Imperial World Travel. —¿Entonces… La dejaste así como así? —preguntó sorprendido, Adrián, luego de que su primo le comente el motivo de haber pasado toda la reunión pendiente "disimuladamente" del teléfono celular. —¡Por supuesto que no! —exclamó Jameson que se encontraba sentado en su silla tras el escritorio, con su codo en el descansa brazos y su barbilla posada sobre el dorso de su mano. —¿Qué hiciste, hermano? —le preguntó ese hombre rubio, curioso. —Envié a un "amigo". Se supone que ella saldría hoy, porque quiso ir sin Lili a la ciudad y verse en un restaurante Italiano con… Con esa Christina. —Wow~ —sonrió Adrián, tomando asiento cómodamente en una de las sillas delante del escritorio de ese CEO— ¿Así que ella anda por ahí, sola, embarazada, y buscando reunirse con la esposa de su ex prometido? ¡Está loca! Jajaja~ si fuera al revés, ella te habría hecho una escena de los diablos~ —se reía Adrián de
"No pensé que ella me fuera a traer a un lugar así, a solas. Ese hombre que nos observa, se ve muy sospechoso y me da incomodidad…" Pensó Isabella sentada a la mesa. Conforme los minutos pasaban, Christina comenzó a quejarse de cómo fue su matrimonio, esos sufridos días desde que supo que se casaría por obligación con Franklin Robinson. Isabella escuchaba atentamente. Llegaron las meseras y comenzaron a servir los primeros platillos del menú que componía ese refinado almuerzo. Sin embargo, Isabella sintió náuseas. El olor de los mariscos en uno de los platillos, le fue insoportable y ella se levantó cubriendo su boca con su mano. —¿Isabella? —le preguntó Christina, viendo cómo esa mujer pelirroja se marchó rápidamente hacia los baños del restaurante. Christina Harris frunció el ceño. « Objetivo 1. Haz que consuma la comida, sus platillos tienen una droga abortiva en una cantidad bastante pequeña, pero la suficiente para dañarla. » ¡FRACASÓ! La primera indicación que
Segundos después de que Christina Harris observara la pantalla de su móvil, notó que era un número privado no registrado. —¿Quién es? —le preguntó ella demandante—. Si no me responde ahorita mismo. Colgaré. —Soy el señor, Richard Thompson. Cualquier "plan" en el que mi hija te haya involucrado. Queda absolutamente cancelado. —¿Qué? ¡¿Está diciendo que ella me metió en problemas y ahora solo huirá?! ¡¿Dónde está Isabella?! —Ella probablemente se regresó con su esposo. Niña, te daré un consejo. Olvida esto y hagamos de cuentas que NUNCA sucedió. Evita involucrarte de más y cometer un crimen que podría arruinar tu vida. Dichas esas palabras, el señor Richard Thompson finalizó la llamada. ¡Christina estaba furiosa! Eso significaba que todo seguiría igual. Su matrimonio decadente y Franklin buscando arruinarlo y seguir a Isabella. "Tengo que hacer algo… No… Aún hay una manera en la que puedo lograr que Franklin… Qué él no me deje~" Pensó Christina sonriendo maliciosament
•••••••••• 6:30pm, el sol bañaba la ciudad pintando el cielo de tonos violetas y rosas, mientras la brisa marina acariciaba las palmeras alrededor de la carretera. Jameson Howard y su primo Adrián, recorrían las bulliciosas calles en su vehículo conducido por el chófer de ese CEO. —Jay, debiste pedir mi opinión antes, no estoy de acuerdo en esta cena con los Thompson. Digo, está bien que citaras a don Richard, ¿pero qué carajos pinta en todo esto tu ex esposa? —le preguntó Adrián, con gesto preocupado a su primo. —Le dije que íbamos a finiquitar nuestro contrato. Por supuesto, don Richard no lo tomó nada bien y rogó por esta reunión, le dije que asistiría, me comentó que Allison estaría presente más tarde, porque quería que su hija escuche su firme decisión final. —¿Y crees que realmente será así? ¿Confías en él?, no creo que envíe a Allison lejos… —dijo Adrián incrédulo. —Después de las pruebas que le envié de la reunión de Allison con Christina y las que conseguí del
—La hice firmar un acuerdo en el que perderá por completo su herencia, fortuna y apoyo familiar si incumple —habló sinceramente don Richard Thompson—. En un plazo de 5 años, venderé completamente mi negocio hospitalario, y usted tendrá prioridad en la lista de posibles compradores. Jameson se sorprendió en gran manera. Pero rápidamente su expresión de sorpresa pasó a ser una seria. —¿Por qué esperar cinco años?, puedo adquirir el hospital Thompson en su totalidad en este mismo momento si así gusta. Podría retirarse cómodamente, señor Thompson. ¡Adrián volvió a ver de inmediato a Jameson, con sorpresa marcada en su rostro! "¡¿Adquisición médica?! ¡Pero Jameson sabe un carajo de… Ah.. ya entendí~" Pensó malicioso Adrián. "Solo buscas deshacerte de ellos, primito. Eres más malo de lo que pensé… Aunque nuestro propio hospital tampoco estaría nada mal~ contratamos a alguien joven que maneje el tema y ya" —En realidad, mi propósito era darle esos 5 años de espera a mi hija Allison.
Franklin conducía su vehículo por la avenida principal, disfrutando de la música que sonaba. De repente, notó por el retrovisor que una motocicleta negra lo seguía de cerca. "¿Es solo mi imaginación…?" Cruzó esa pregunta fugaz por su mente. Sin darle mucha importancia, pensando que podría ser una coincidencia, continuó tranquilamente dirigiéndose a la mansión de sus padres. Sin embargo, después de varios minutos, la motocicleta seguía detrás de él, manteniendo la misma distancia. "¿Quién diablos es?" Pensó Franklin comenzando a sentirse incómodo. "Bueno… Cambiaré de ruta y veré si el tipo me persigue" Con ese plan en mente. Él giró a la derecha en una calle menos transitada. Para su sorpresa… ¡El motociclista también giró! El corazón de Franklin empezó a latir más rápido. Él aceleró, intentando perder al sospechoso, pero la motocicleta seguía pegada a su parachoques. En un intento desesperado por escapar, Franklin tomó una curva cerrada a gran velocida