Dos días después de llegar, Noah comenzó el ensayo. Me quedé fuera de la sala estéril mientras se lo hacían. Tardarían más de dos horas, por lo que me fui a la cafetería por un café.
Estaba sentada bebiendo mi chocolate caliente cuando Ryan apareció. Su inmensa figura era fácil de reconocer, sonrió al verme.
—Hola morocha.
—Hola bombón —dije en el mismo tono seductor que él usaba conmigo a solas. Me regaló una sonrisa de lado, de esas que te hacen mojar hasta las medias.
—¿Está bueno?
—Ni te imaginas, por algo son los reyes del chocolate, ¿no? —se estiró y con la yema del dedo limpió un resto de chocolate de la comisura de mi labio y se lo llevó a la boca, en el gesto más sensual que hubiera visto en mi vida.
—Tienes razón, lo má
Luego de las siguientes dos terapias, repitieron los estudios. Dos días después el doctor Dumarc me citó en la sala de conferencias. Ethan me acompañó.—Bien Emily. Repetimos los exámenes, y Noah está absolutamente en remisión. No hay una sola célula de cáncer en él. Tendrá una larga y feliz vida por delante.—¡No puedo creerlo! —dije llevando las manos a mi rostro y dejando caer las lágrimas.—Pues, créelo. Tendrá que llevar controles trimestrales y tomar unos medicamentos por el resto de su vida. Pero por lo demás, no debería tener ningún problema.—Por supuesto. Haré lo que me diga.—Dieta saludable, ejercicio en cuanto su cuerpo se recupere y vida normal.—Bien doctor. No tengo palabras para agradecerle el haber salvado la vida de mi pequeño.&md
—Quiero que tengas la boda de tus sueños mi reina. Todo con lo que alguna vez soñaste —dijo Ethan mientras desayunábamos los dos solos en la cocina.—No quiero un evento masivo. Soy más bien reservada… —respondí en una sonrisa.—Te casas conmigo Emily, no habrá nada reservado en tu vida de ahora en más.—¿Entonces quieres una boda grande?—La más grande que Miami haya visto.—Ethan ¿Puedo preguntarte algo? —interrumpió mi pequeño sumándose al desayuno.—Claro, lo que quieras —respondió el aludido.—Buenos días mamá, ¿cómo dormiste? —dije irónicamente en forma de reprimenda.—Lo siento. Buen día mamá, ¿cómo dormiste? —dijo con una sonrisa mientras me besaba la mejilla y se se
Los preparativos para la boda ocupaban gran parte de mi día. Ethan había contratado un grupo de mujeres para organizar todo, pero me había puesto al mando. Por lo que yo debía decidir, desde el lugar hasta los malditos cubiertos. Y estaba volviéndome loca con tanta cosa.Casi no veía a Ryan, se mantenía alejado de la casa y cuando no le quedaba más remedio que ir, se la pasaba en el despacho con mi novio y luego se metía en el dormitorio de Noah a pasar un rato con él. Pero actuaba como si yo no existiera. Aunque me rompía el corazón se lo agradecía. Necesitaba mantenerme lo más lejos posible de él.Los padres de Ethan y Lily llegaron una semana antes del casamiento. Ambos me recibieron muy bien y estaban absolutamente encantados, tanto conmigo como con Noah, y felices de que seamos parte de su familia.Durante la cena de ensayos Lily se me acercó y me
Playa del Carmen fue el lugar elegido para la luna de miel. Noah se había quedado con Bea, así que no debía preocuparme por él, sabía que estaría bien con ella.El lugar era un sueño. Arena blanca y agua transparente. No fuimos a un hotel, sino a una preciosa y moderna casa en la playa. El blanco inmaculado predominaba por todo el lugar, los pequeños toques de colores, lo daban algunos adornos, cuadros y cojines. Y la vista era inmejorable, desde cualquier habitación podías ver el despejado cielo fundirse con el azul extremo del océano. Un verdadero paraíso en la tierra.—¿Le gusta señora Guerrero? —preguntó mi esposo rodeando mi cintura desde atrás mientras yo estaba disfrutando del aire puro y marino en la terraza de nuestro dormitorio.—Es impresionante… no tengo palabras. Siempre haces todo en grande, Ethan.
Por mucho que me pesara, Ryan tenía razón, las cosas aquí eran muy diferentes. En México, Ethan tenía muchos más enemigos. Gente tan poderosa como él que quería borrarlo del mapa. Y eso nos convertía en blanco fácil a nosotros. Si no podían llegar a él, nos utilizarían para lastimarlo. Por lo que abandonar la finca no era una opción. Razón por la cual no me quedó más remedio que aceptar que Noah tomara clases privadas aquí. Si quería salir a algún lado, ya sea a la maldita tienda de comestibles, debía ir en un auto blindado y rodeada de guardaespaldas, entre los cuales siempre estaba Ryan. Por lo que me resigné a no salir.Lily venía a visitarme y era una gran distracción, ya que me pasaba la mayor parte del día sola y sin tener nada que hacer.Mi esposo me había prohibido que me ocupara de
Me levanté torpemente y comencé a correr despavorida, tratando de alejarme cuanto pudiera de ese lugar y de esos hombres. Siempre supe quién era Ethan, pero Pink tenía razón, no podría imaginar las cosas que era capaz de hacer. El horror y el pánico se apoderaron de mí. Corrí hasta que mis músculos ardieron y solo entonces me detuve por un poco de aire. Apoyé las manos sobre mis rodillas y traté de recobrar el aliento. El llanto no ayudaba en nada y me dificultaba más respirar, vencida me dejé caer con las rodillas sobre la húmeda hierba.Finalmente había visto quienes eran ellos en realidad. Unos monstruos, todos ellos lo eran.Y yo dormía al lado de un psicópata asesino y estaba enamorada de otro diablo disfrazado de ángel.¿Dónde me había metido? ¿Cómo diablos se me ocurrió arrastrar aqu
La fiesta en la finca "El Tesoro" de uno de los socios de Ethan logró distraerme un poco. Las esposas del resto parecían bastante despreocupadas por las actividades de sus maridos. Mientras a mí la imagen del sótano me perseguía cada noche y me despertaba gritando y bañada en sudor.Los días siguientes Ethan andaba como un loco. Alguien había hecho llegar una amenaza a la casa. Un paquete sin remitente con una nota."Felicitaciones por tu hermosa esposa, sería una pena quedar viudo"Dentro de la caja cientos de pétalos de rosas negras.Cuando me contó lo sucedido se me heló la sangre. Solo podía pensar en Noah.—Nadie les hará nada. Te lo juro —prometió mi esposo abrazándome protectoramente.—Si algo le pasara a mi hijo…—Nada pasará mi reina, no lo permitiré &md
Aproveché cada oportunidad que tuve para buscar el famoso libro, cada vez que Ethan salía, yo me daba a la búsqueda, pero no hallé nada. Las clases de Noah marchaban muy bien y cuando llegó el momento de viajar a Miami para su chequeo de rutina, Ethan aprovechó para acompañarnos y así ver cómo marchaban las cosas por allá.Ryan me había dicho que estaba cerrando un gran negocio con un Senador de la República. Y que si lograban atraparlo ahí todo se acabaría. Pero primero tenían que cerrar el trato.La noche que llegamos a Miami, tuvimos que asistir a una fiesta llena de gente poderosa e importante. Y pude ver en primera plana hasta donde llegaban las influencias de mi marido luego de que me presentara a varios políticos y empresarios. Y cada uno de ellos parecía temerle tanto como yo. Aunque sus esposas se mostraban más dispuestas a pasar el rat