El día de Spa llego, Alondra, quien ahora es bien cercana a Vicky, está emocionada, porque Penélope les alquilo un auto y contrato un chofer para que las llevara y las trajera, Vicky está muy nerviosa, es la primera vez que va a un sitio como ese que Alondra alardea tanto. Ella no deja de tronarse los dedos. — Calma mujer, hoy nos divertiremos ya verás, quedaremos más lindas y relajadas, así que sonríe estas con tu amiga Alondra, yo cuidare de ti. Me recuerdas a mi hermana menor, ella murió hace seis años, mi hermanita anhelaba ser modelo, por eso me propuse cumplir su sueño, mírame he llegado lejos, ánimos ya verás que nos irá súper, esta industria crecerá y nos irá muy bien. Vicky le sonríe al ver lo sincera que es su compañera, ella es un soporte en estos momentos, siempre le ayuda en todo, tienen más experiencia en eso, además es hermosa y segura de sí misma. Ahora que sabe que ella también había tenido una pérdida, se sintió identificada, eso la hizo tomar más valor. Al llegar a
— No sé cómo decirte esto, pero después de que Andrés abuso de mi amiga, yo la ayudé a ella, la tuve un tiempo conmigo hasta que por desgracia nos dimos cuenta de que ella había quedado embarazada. Ella se desesperó hasta que un día desapareció, ella huyó de todos aquellos que la conocimos, nunca supe más de ella, como si se la tragara la tierra. Por eso odié a Andrés. Recuerdo cómo fue que la conocí, ella con su esfuerzo llego a estudiar valiéndose de una beca completa a nuestra institución, y por sus altas calificaciones entro a nuestro círculo de estudio, ¡lo recuerdas! — Claro, ella nos ayudó a mejorar en algunas materias, la chica era inteligente, pero aún no entiendo por qué viene a tu memoria esos días. — Amor, hoy me di cuenta de que ella murió y me duele saberlo. —ella se desploma y llora, Morris la abraza para consolarla. — ¡Que estás diciendo, como lo sabes! ¿Cuándo murió, mujer?, ¿hablaste con ella antes de morirse? No entiendo nada de lo que dices, tranquila, no llores
Él la llevaba más corriendo que caminando, entraron al ascensor, no le hablo en todo el camino, ella no comprende que le sucede a él y porque respira precipitado y por desgracia no le podía preguntar, lo observo mientras el ascensor subía, miro que su quijada se templaba, mejor decidió estar tranquila. Al abrir la puerta de la habitación, caminaron hasta estar frente a una puerta, la abre con una tarjeta y entran, cerrando de inmediato la puerta, la acorralo de yuxtapuesto contra la pared, respirando de una manera acelerada en el cuello de ella, quedando ella inmóvil. —Eres mía, grábate eso en la mente. Nadie debe tocarte, solo eres mía. No quiero que te acerques a ese tipo nuevamente. Ella solo aprobó con la cabeza, no sabe a qué venían esas palabras, a ella nadie la había tocado, solo el caballero que evito que ella cayera al suelo. Reflexionó un momento, pero cuando sintió los labios húmedos de él recorrer su cuello, le hizo poner su mente en blanco, nada más, sintiendo aquella se
Ella muy obediente se acercó, sentándose en el sofá frente a él, la miro por un momento, sin maquillaje ella es hermosa, su amigo se puso firme únicamente con verla, si supiera ella, todo lo que le provoca a él con solamente admirarla. —¡Mm! Yo… bueno, no sé cómo decirte esto. —ella lo observó confundida, pasaron muchas cosas por su cabeza, será que hizo algo mal o fracaso en el evento— ¡Para qué te lo platico, mejor te muestro! Le tomo la mano y le saco de la casa, la subió al auto, y lo puso en marcha, ella se estaba asustando, no tenía la más remota idea de a donde iban. Entraron en una hermosa residencial, para la vista de ella, únicamente, castillos visualizaba, como esas de los cuentos de hadas que su madre le contaba al dormirla cuando era una nena. Miro por el cristal de la puerta del auto, cuando de repente él detuvo el auto, en una hermosa casa miro con dudas a Nelson, él se bajó y dio la vuelta para ayudarla a bajarse, quería preguntarle que hacían aquí, pero él no le com
La amargada de Pamela le toco dormir junto a otros borrachos en la cárcel, su comportamiento de diva no va con las autoridades, exigió la llamada a la que todo detenido tiene derecho a hacer, se la concedieron y lo primero que hizo fue llamar a Federico. Quien en este momento está fuera de línea, el cual no contesto porque estaba peor que ella de borracho, maldijo su suerte e insulto al teléfono, exigía otra llamada. Por ley era una sola llamada, la llevaron de vuelta a la celda, se hizo un nudo en una esquina a modo de no llamar la atención de aquellas mujeres ebrias con tatuajes en sus cuerpos, con mala cara. —Esta me las pagas, Nelson, ya verás de lo que soy capaz, a mí nadie me desprecia, y menos tú, los destruiré a ti y esa zorra, sabrán de mí muy pronto. No paro de maldecir durante toda la madrugada y hacer planes malévolos en su cabeza de cómo sería su venganza, hasta que dos mujeres de mal aspecto se le sentaron una a cada lado. Ella se hizo un nudo nuevamente, no quería toca
Después de que analizara el asunto, Pamela se da cuenta de que la única manera de poder acceder a esa fortuna es por otro medio. Nelson ha renunciado por completo a ser el heredero, más que ahora su agencia ha iniciado su vuelo. Ella junto con su madre ahondaron bien el panorama, la verdad que su hija está perdiendo el tiempo con el hijo, es momento de que vuele más alto. La nueva víctima de Pamela es alguien con más poder, ambas llegaron a un acuerdo que era tiempo de que ella sacara sus armas de mujer seductora, es momento de ponerse irresistible para la vista de cualquier hombre maduro. Es momento de convertirse en la amante del millonario señor Morris, padre. Ambas sonrieron maléficamente al imaginarse todo ese dinero en su poder. La madre se encargó de ponerla regia, le ayudo con el atuendo atrayente que debía lucirle a ese viejo millonario, una ropa interior de encaje de color negro, realzando su piel blanca, con medias negras a mitad del muslo, escogió un abrigo color rojo, a
Nelson, después de la llamada de Jorge, se molestó y salió de su oficina, no tenía cabeza para el negocio, se marchó rumbo a su casa, tiene que estar seguro de que ella estuviera bien, maldijo por haber permitido que ella se exponga en las pasarelas. Se bajó del auto aprisa, el corazón le latía rápidamente, quería ver su rostro para tranquilizarse. —¡Vicky, Vicky! ¿Dónde estás? —gritó fuerte cuando entra en la casa, al no verla se preocupó— ¿Vicky, contesta? Ella baja casi corriendo por las escaleras al oír el escándalo en la primera planta, él se da la vuelta, que al mirarla corrió hacia ella y le abrazo muy fuerte, quiere protegerla a toda costa. Ella no sabe por qué él está preocupado, siente el temblor en su cuerpo, Nelson se siente agitado de la rabia que le provoca las amenazas de ese hombre. —Jamás permitiré que alguien te haga daño y te aparte de mí. —ella ni idea de porque esas palabras— ¡Cámbiate! Vamos a ir a comprarte un buen celular y desde mañana comienzan las clases p
Con frustración y molestia, se sentó a la mesa, él sabe que está en territorio Morris y si desea saber lo que ella tiene para decirle, tiene que soportar los formalismos que le imponen, pero su ansiedad de saber sobre Victoria crece. Desea verla, observa que solamente ellos están a la mesa, eso significa que no está en la casa, llego a esa conclusión. —Ahora dime ¿dónde está ella?, seguí tus reglas, hice lo que me dijiste, ¡dime todo de ella! —ni bien habían terminado de comer, la curiosidad estaba acabando con la poca paciencia que posee. —Paciencia Andrés, mi mujer está viendo la manera de decirte las cosas. No es fácil lo que tiene que decirte. —Estoy al borde de un colapso por un carajo, sabes cómo la he buscado por años, quiero pedirle perdón, saben que fui un imbécil con ella. No soporto seguir viviendo con esta incertidumbre. —Siéntate Andrés, lo que escucharas no será agradable a tus oídos. —él se sienta, son inquietantes esas palabras, pero ya está ahí para escuchar lo que