Me estoy muriendo de celos, sin embargo me los guardo en lo más profundo. Al final mi plan ha iniciado, no puedo echarme para atrás.
Según Camila, mi mujer ha quedado cautivada por el profesorcito ese nada más verlo entrar, además de la ayuda inconsciente que mi cuñado ha proporcionado para que se reúnan luego de la muestra de Pía en la galería. Al parecer será el nuevo maestro de mi mujer, una excelente pantalla.
Ahora solo me queda esperar a que todo se dé lo más normal posible, que la situación fluya entre ambos para que yo me quede con todo aquello me pertenece y merezco por la vida miserable que me tocó vivir.
La vista desde la ventana de mi oficina nunca se vio tan distinta como hoy. En especial acompañado por mi cómplice, brindando conmigo por lo exitoso del plan.
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No me puedo creer la fortuna d
Los nervios me tienen en un punto totalmente elevado. Hoy comienzan mis clases con Alex, lo que para mí es una situación muy contradictoria en muchos sentidos. Ayer nos pusimos de acuerdo en cuanto a las clases, los horarios y su paga. Luego de prepararme para lo que sería un ataque de macho alfa herido, Marco me dijo que estaba bien y que esperaba que el dinero de Luca valiera la pena para sacar esa sonrisa de mi interior otra vez. Eso es lo más lindo que me ha dicho en mucho tiempo, aún así se me hace insuficiente. Me he puesto un jean azul, una polera blanca de manga corta con un arcoíris en el frente y unas zapatillas bajas. Me sorprendo al pasar por el espejo, hace siglos que no veía mi versión juvenil. Aunque no debo emocionarme demasiado, tengo treinta y dos años encima, eso no se me puede olvidar. Voy al baño para buscar las pastillas que uso para los cólicos menstruales, justo hoy la más desgraciada de las compañías ha decidido aparecer… afortunadame
-Marco, no iremos solos…-No me importa, Pía. No creo que debas verte con él todos los días, tú ya eras buena antes de conocerlos.-Me sorprende tu comentario, considerando que me dijiste un par de veces que la galería aceptaba amateurs y yo no alcanzaba esa categoría.-Pía, estaba molesto ¿sí? Bárbara no me cae bien y que tenga que incluirla en nuestro círculo de amistades me parece desagradable.Esta discusión telefónica me está quitando tiempo valioso, por lo que salgo de la habitación para ir al estudio a buscar mis cosas.-Te libero de ella… - suspiro mientras guardo mis cosas en el bolso donde las traslado para irme a mi clase en terreno -. Quítala de tu lista de amistades, solo yo me relacionaré con ella.-No creo que sea eso lo que quiero…-Entonces, si yo no puedo reunirme con ella sin ti
Alex tiene mi rostro entre sus manos, estamos muy cerca, ha debido inclinarse un poco para que yo pueda alcanzarlo. Cierro mi ojos esperando a que nuestros labios se unan al fin. Todas esas fantasías en mi mente me llevan a imaginar en que será el beso más dulce de mi vida.De pronto, su teléfono comienza a sonar. Eso nos saca del momento, él lo busca y contesta de inmediato. Tras unos segundos, frunce el ceño, se ve tan atractivo así sin embargo me preocupa su gesto.Por instinto comienzo a guardar mis cosas. Ya he descubierto el color que me falta y no necesito seguir parada aquí buscando la respuesta, basta con cerrar mis ojos para pensar en él y obtener mi cielo.-Madre, no te preocupes, en al menos una hora estaré allá. Me voy de inmediato a casa – me apresuro más con todo, meto en el bolso las cosas como sea y cuando cuelga yo ya estoy desarmando el atril -. Lo siento
Marco cree que mi “despampanante destello” se debe a la joya que me esperaba en mi mesita de noche, un anillo pequeño de plata con una hermosa filigrana. Bendita sea la menstruación, que me ha salvado de una noche que no quería tener.Ese beso me ha devuelto a la vida, además de enviarme al infierno. Debo hablar con Luca sobre esto y aprovecharé que debo reunirme con él para afinar detalles, necesita mi aprobación en cuanto a algunas cosas sobre distribución y no sé qué más. Siento que no puedo confiar en nadie, pero esto no es algo que le pueda ocultar a mi hermano, tiene que estar preparado para cualquier consecuencia que mis sentimientos puedan traer.Tras un desayuno en silencio, Marco se marcha luego de un beso en la frente, como es la costumbre desde hace algunas semanas. Me voy a la habitación para buscar lo que hoy será mi declaración de rebeldía
Si me vieran cómo estoy en este momento, fácilmente podrían decir que soy un león enjaulado. La manera en la que Pía me habló me ha dejado mal, jamás se había mostrado altanera, autosuficiente… desafiante. Necesito hablar con Alex de inmediato.Luego de lo que parecen varias horas de esta manera, me decido salir a buscarlo porque caminar ayudará a aplacar mi histeria y así me aseguro de verlo ahora, no cuando tenga tiempo.Al abrir la puerta veo que Mary ya está en su lugar metida en unos documentos que le dejé, por lo que deduzco ya el asunto ha terminado. Paso por fuera de la oficina de Luca, de mi mujer ni luces, pero si hay dos agentes de la policía hablando con ellos. Aunque la patética escena de mi cuñado tomado de la mano de su asistente me revuelve el estómago, me da gusto que tenga una distracción al fin, sin embargo, noto en mí
Acompaño a Pía hasta su auto, al bajar por el ascensor me toma la mano y luego me abraza. Sentirla así me hace volver loco, quisiera raptarla y llevármela lejos de ese desgraciado, que nadie le hiciera daño. Aunque por su actitud conmigo, creo que no sufriría si Marco se divorciara de ella, no descansaré hasta conocer las verdaderas razones que tiene ese loco para lo que planea. Lo mejor que le podría suceder es que ese tipo la deje, yo feliz de hacerla mi mujer y darle el amor que se merece, sin embargo, hay algo que no me cuadra. Pía es una mujer hermosa, inteligente y se nota que es muy cariñosa, entre nosotros no hay nada establecido y me abraza como si fuera su tabla de salvación. Aunque en el corazón no se manda, no logro entender el interés de Marco para dejar a Pía. -Quiero celebrar con una cena cuando termine mi cuadro – me dice soltándome cuando el ascensor se va deteniendo -. -Me parece excelente – caminamos en dirección a la recepción para entrega
En cuanto me marcho en el auto, luego de ver como se despide Alex de mí, siento que dejo algo junto él. Puede ser la sensación de protección, el descubrimiento de que alguien al fin me mira con verdadero deseo o mi corazón, pero algo se ha quedado allí. Pero, aun así, sea lo que sea, sé que queda seguro en sus manos. Trato de volver a la tierra, la galería espera por mí dentro de una hora. Pienso en que mi padre estaría orgulloso de que otras personas vieran mi trabajo, debo hablar con Luca sobre esto. He estado tan embobada con Alex, que he dejado de lado contarle varias cosas. -Alex… qué sería de mi vida si te hubiese conocido antes – me digo en voz alta, tras un suspiro -. Pero en el fondo sé que eso es imposible. Alex bien podría ser mi hermano menor o un primo pequeño, nuestra diferencia de edad es de nueve años y eso puede llegar a pesar en algún momento. Aunque si fuese al revés, estoy segura de que a nadie le importaría, incluida yo. “
Voy de camino a trabajar sin saber exactamente hacia dónde va mi vida. No he logrado abrirme con mi madre y estoy aterrado de lo que pueda suceder. El fin de semana no he hecho más que pensar en Pía, en sus ojos, su alegría y la necesidad de tenerla en mis brazos. Dios, cuanto amo a esta mujer. Y por eso mismo creo que buscaré la manera de alertarla acerca de Marco y contarle que, de cualquier manera, llegaría a su vida ya que, si no era Luca, sería él quien me pusiera delante de Pía. Al salir de la estación miro a todos lados, luego de mi encuentro con Gabriela no me siento seguro en ninguna parte. Siento que en cualquier momento me encontraré a esa loca y, aunque no es de caballero tratarla así, no sé de que manera referirme a una mujer que me dejó por miles de razones válidas para ella, para luego aparecer y decirme que me ama. Llego sin novedades de la loca al edificio, saludo al portero, paso a recepción por mi identificación y me dirijo al ascen