Capítulo LVI: JuramentoLeyna le miró con inocencia y a la vez mostrando una disculpa.—Quisiera recordarte a ti también… —susurró con la voz desgarrada—. Sobre todo a ti, Josh.Josh se sobó la nuca y una punzada le molestó el pecho.—El doctor ya nos explicó que la memoria a corto plazo es más frágil y difícil de volver, quizás por eso no me recuerdas —mintió Josh sintiéndose como un patán.Los ojos azules de Leyna decayeron y sus labios se curvaron hacia abajo.—Desearía no haberte olvidado, lo siento mucho Josh.Josh se separó de borde del escritorio y acorraló a Leyna en la ventana. Sus grandes manos acunaron el rostro delicado de la chica. Besó su frente y luego la atrajo a su pecho, mientras no dejaba de peinar su largo cabello. Ambos se fundieron en un abrazo.A Leyna le dolía no recordarle, y a Josh le dolía mentirle, porque era cierto que él antes del accidente no existía en la vida de Leyna, pero ella no lo sabía.—Bueno —dijo Josh mermando el dolor que le quemaba en sus ent
Capítulo LVII: Un Problema MenosLeyna había comenzado a estudiar la maestría de manera online por lo que ese hecho la tenía muy contenta y entusiasmada. Josh le había regalado un notebook para su uso personal, así pues en las mañanas ella estudiaba de ocho a una de la tarde, y después de almuerzo junto Amelia afinaban todos los detalles de su boda. Además, pronto saldría Hendrik del centro de rehabilitación y los jóvenes habían acordado realizar la boda, justo después de su salida.Ella también seguía con sus sesiones de psiquiatría, pero ahora una vez a la semana.Leyna le había contado a su doctor que comenzaba a recordar la mayoría de sus experiencias y vivencias, las cuales eran complementadas con su presente. La tenían muy feliz, pero su doctor le había enfatizado que estuviera preparada, porque su memoria iba a volver sí o sí.Ella sabía que en cualquier momento su mente iba a desencadenar lo peor, recordando los hechos traumáticos que por su propio bien, se había obligado a ol
Capítulo LVIII: Gilbert Nassau (Parte Uno)Josh se echó hacia atrás en su asiento de cuero, puso sus palmas en su estómago y cerró los ojos.Él deseaba resolver todos los asuntos que empañaban su tranquilidad y su felicidad, por lo que se comenzó a plantear escenarios imaginarios y la solución a ellos para así cuando ocurrieran no lo tomaran desprevenido, pero aquel plan mental no duro nada, cuando el teléfono de su escritorio nuevamente sonó, sacándolo de sus múltiples y caóticos pensamientos. Presionó el botón de voz alta.—Si —respondió Josh de mala ganas.—Señor Bemberg —habló nuevamente su secretaria con esa voz cantarina—. El señor Nassau quiere verle y está aquí.Josh enderezó su espalda y un nudo se le formó en el centro del estómago al escuchar de quien se trataba. Bufó cansado, pero era algo inevitable este encuentro, ya que era su socio más antiguo, por lo que no podía hacerle un desaire.—Dígale que pase —pidió claro—. Y luego por favor nos traes dos cafés y unas galleta
Capítulo LIX: Gilbert Nassau (Parte Dos)Los ojos mieles de Josh reflejaban la verdad.—Ya veo… —Gilbert sonrió forzadamente—. Así que hay alguien. Le romperás las ilusiones a mi niña.—Lo sé, pero no puedo ir contra mis valores ni mis principios. Mi felicidad y mi vida personal están por sobre esta empresa y por sobre todo el dinero que podría generar en esta fusión. Mi padre construyó un imperio y estoy muy agradecido por ello, que lo pienso cuidar a toda costa, pero no sacrificare mi vida por algo material —manifestó Josh—. Y jamás haría feliz a tu hijastra, porque sencillamente no la amo y nunca podría hacerlo. Ya estoy enamorado de alguien más.—En realidad pensé que no amarías a nadie más, después de ella —comentó Gilbert, abriendo una herida que Josh sabía que estaba ahí, pero que solía olvidar.Josh de inmediato se tensó en su asiento. Él se echó hacia atrás, y apretó sus manos una con la otra en una frustración difícil de erradicar. Recordó que eso había sido un capricho de n
Capítulo LX: Gilbert Nassau (Parte Tres)Gilbert Nassau torció los labios y su vista cansada y acuosa se fue al suelo. Meditó unos largos segundos como si estuviera rememorando aquel trágico suceso. Luego alzó su cabeza y ancló sus ojos azulados en los ojos dorados de Josh.—Sigo recordándolo como si fuera ayer… —dijo Gilbert en tono de pesar.—Lo siento si le he incomodado Señor Nassau —se disculpó Josh—. Pero a veces las dudas me carcomen la mente y usted es el único que me las puede aclarar.—No, está bien… entiendo tus inquietudes muchacho, pero eso no significa que no duela. Creo que toda la vida tendré ese remordimiento de no haberme preocupado por mi familia. Los perdí a todos.Josh solo asintió con la cabeza sintiéndose un poco mal al ver a Gilbert tan miserable.Gilbert botó todo el aire que estaba conteniendo sus pulmones y luego volvió hablar para relatar aquel suceso que nunca podría superar. Sus ojos decaídos y su voz triste le delataron.—Esa tarde me llamó la policía —c
Capítulo LXI: AstridGilbert se bajó del vehículo, en el cual se trasladaba. Apoyó su bastón en el piso de mármol y caminó hasta la entrada de su mansión. Astrid, la guapa rubia, salió a recibirle con una sonrisa de oreja a oreja, entusiasmada porque todas las cosas ocurrieran tal como había planeado por años en su mente.Abrió la puerta y lo primero que chilló fue:—¡¿Cómo te fue papá?! —exclamó con una euforia rebozando en sus venas—. ¿Ya hay fecha de nuestra boda? ¿Es en un mes, dos o tres? Ya no quiero esperar. Quiero ser la Señora Bemberg una vez por todas.Astrid solía decirle papá a Gilbert, ya que él, prácticamente le había criado desde que era una niña pequeña.—Vamos dentro —pidió Gilbert con dulzura.La expresión de entusiasmo de Astrid se desinfló al igual que un globo que pierde todo su aire.—¿Sucedió algo papá?—¿Por qué mejor no lo conversamos dentro? —pidió nuevamente Gilbert con una sensación de amargura en su alma.Él deseaba cumplir cada uno de los caprichos de su
Capítulo LXII: Visita InesperadaJosh llegó casi a las diez de la noche con el ánimo por el suelo. Se estacionó sobre el camino de piedras, luego se soltó la corbata y apretó el manubrio con ambas manos, mientras miraba fijamente la casa en la cual había vivido siempre.Pudo notar que una de las ventanas principales estaba con las cortinas abiertas y completamente iluminada. Estrechó su vista y se fijó en una silueta: era su prometida.A simple vista, Leyna estaba riendo y hablando animadamente con alguien, mientras sostenía con ambas manos una taza blanca que supuso que era té rojo, ya que Leyna odiaba el café.Josh por un segundo pensó que Leyna podría estar conversando con su madre, pero entonces un hombre más alto que ella, se dejó ver poniéndose a su lado. Josh irguió su espalda tensando cada músculo de su cuerpo al ver de quien se trataba, pero al mismo tiempo se sobresaltó en su asiento, cuando el celular comenzó a sonar, tuvo que dejar de lado al susodicho.—¡Maldición! —vocif
Capítulo LXIII: Sorpresa y Discusión (Parte Uno)—¡Sorpresa Hermano! —vociferó Hendrik extendiendo sus brazos al aire—. ¡Estoy de vuelta en casa!Josh ni se inmutó en darle un abrazo, sino que mantuvo a Leyna pegada a sus costillas, abrazándola por la cintura. Ella tampoco le soltó, ya que rodeó con uno de sus brazos la espalda baja y la otra mano la puso en el abdomen de Josh.—¿Y tú como saliste? Se supone que yo soy quien vela por ti y por tu seguridad… —cuestionó Josh con el ceño en fruncido al ver a su hermano menor, ya que él era su tutor—. ¿Por qué diablos nadie me aviso?Josh pensó que la clínica de rehabilitación debió llamarlo primero a él para informarle de aquel asunto tan importante, pero al parecer se había saltado protocolos importantes.Hendrik rodó los ojos por tan apático saludo. Dejó caer sus brazos con resignación y volvió apoyar su hombro derecho en el marco de la puerta principal, cruzándose de brazos. Lucía una sonrisa triunfal y vestía como todo un hombre de el