Los días pasaban, y Ava no podía contener su emoción. Su embarazo avanzaba sin contratiempos, y cada día dedicaba tiempo a preparar la habitación de los trillizos, quienes nacerían en un mes. Ella y Dante decidieron mantener en secreto el género de los bebés hasta su nacimiento, por lo que optó por una decoración en tonos unisex.Mientras tanto, Olivia y Alan disfrutaban de su amor apasionado. Cada noche, él se aseguraba de estar a su lado. Esa mañana, Alan se ajustaba el saco frente al espejo mientras le lanzaba un guiño a Olivia.—Esta semana tendré reuniones con clientes de la empresa de seguridad. Intentaré llegar temprano —dijo con una sonrisa ladeada—. Aunque me encanta encontrarte dormida y despertarte a besos.—¡Qué egoísta! Llegas tarde y, además, perturbas mi sueño —bromeó Olivia, haciendo un mohín y desplomándose en la cama.Alan arqueó una ceja y, con una rapidez inesperada, se abalanzó sobre ella, atrapándola bajo su cuerpo.—Ah, ¿sí? —murmuró con un tono provocador—. Per
Mientras tanto, Dante fue avisado de lo ocurrido, sostenía el teléfono en su mano con un gesto tenso. Se pasó una mano por el cabello, soltando un suspiro amargo. Más problemas. Ahora tenía que encontrar la manera de contarle a su esposa sin alterarla demasiado.Veinte minutos después, estacionó frente a su mansión. Subió rápidamente las escaleras y, antes de entrar en la habitación, tomó aire profundamente. Giró la manija y empujó la puerta.Ava estaba acostada de lado, con su respiración tranquila. Dante la observó durante unos segundos, debatiéndose entre contarle o no la verdad de la desaparición de Olivia. Pero era su hermana y si algo le ocurría, Ava jamás le perdonaría que se lo hubiera ocultado. Justo en ese momento, ella abrió los ojos y, al notar la preocupación reflejada en el rostro de su esposo, preguntó con voz alerta.—¿Le pasó algo a la abuela?—No, Ava, la abuela sigue igual.—Entonces, ¿qué pasó? —inquirió con un tono de alarma creciente.Dante se acercó y le tomó la
El ambiente tenso fue interrumpido cuando Hermes llegó con su laptop en mano. Saludó rápidamente y, sin perder tiempo, compartió la valiosa información que había obtenido de las cámaras de seguridad de la ciudad.—Una de las cámaras, a dos cuadras de aquí, logró captar el rostro de Rogelio —anunció con urgencia—. Iba en una camioneta negra, pero lo perdí en la salida de un túnel que conduce a las afueras de la ciudad. Tengo la placa del vehículo.Dexter no dudó ni un segundo. Tomó los datos que Hermes le proporcionó y, con el teléfono en mano, llamó a su equipo.—Quiero a todos mis hombres buscando esa camioneta y revisando cada salida de la ciudad. No podemos perder tiempo.Dante asintió con decisión.—Vamos a la casa. La familia necesita estar al tanto.Cada uno de los hombres abordó su vehículo y se dirigieron a la mansión. Minutos después, los autos se estacionaron en la entrada. Ava fue la primera en asomarse, su rostro reflejaba una mezcla de esperanza y temor.—¿La encontraron?
—Hola, Ángela —contestó Ava perezosa, recostada en su cama, estaba a punto de conciliar el sueño cuando escuchó su teléfono móvil.—Hija, perdóname por ser tan débil. Si algo me llegará a pasar, cuida de tu hermana. Tú eres fuerte y encontrarás la felicidad al lado de alguien que realmente te demuestre amor.—¡Mamá! ¿Qué dices? ¿Sabes que no creo en el amor? ¿Dónde estás? ¿Dime ahora mismo que voy por ti? —se levantó asustada, escuchando la voz quebrada de su madre como si estuviera llorando.—¡Soy masoquista! Como continuamente me lo recriminas. Dejé mi comodidad y abandoné a mi familia por Sergio —hizo una pausa para tomar aire—-. Siempre creyendo en el amor de tu padre, he aguantado engaños y malos tratos. Pero él siempre me convence de que va a cambiar y como una ilusa vuelvo a caer. No me justifico, pero tu papá fue el único hombre al que he amado y amaré hasta la muerte.—¡Mamá! ¿Por qué dices eso ahora? ¿Viste a papá con otra mujer? —expresó con el teléfono en la oreja mientras
Un día después, fue el funeral. En el cementerio, había pocas personas acompañándolos debido a que, por su padre, su madre había perdido muchas amistades. Olivia estaba llorando amargamente aferrada con fuerza a los brazos de su hermana. Ava se hacía la fuerte para no desmoronarse delante de ella.Los llantos de Olivia eran desgarradores, y Ava solo podía abrazarla para que no se cayera.Su mirada se oscureció al ver a un hombre mayor, no muy lejos de ellas. Se preguntaba por qué no se acercaba. Aunque lo odiaba por haber abandonado a su hija y haber cortado todo lazo con ella, no entendía por qué, en ese momento, no mostraba un mínimo de humanidad y se despedía de Ángela.Desvió la mirada hacia el frente, donde su padre caminaba con paso lento hacia el ataúd de su madre, interpretando el papel de viudo dolido. Lo fulminó con la mirada mientras, en silencio, le pedía a Dios fortaleza para no perder el control, Murmuró para sí misma «Como quisiera acercarme y empujarte con todas mis fu
Un mes después, en la facultad de medicina, el director le informó a Ava que no podía entrar a clases porque no había pagado la matrícula de ese semestre.Ella regresó a su casa furiosa y se encontró con su padre, quien estaba tirado en el sofá con una botella de cerveza en la mano.—¿Dónde está el dinero que mamá dispuso para nuestros estudios? —preguntó Ava parada frente a su padre.—Lo siento, hija, hay muchos gastos y ese dinero se utilizó para cosas más importantes —respondió Sergio con indiferencia mientras se rascaba la barriga y veía un partido de fútbol.—¡Me imagino! Para andar de borracho, jugando y con mujerzuelas —respondió Ava, perdiendo el control de sus palabras. El hombre frente a ella lograba sacar lo peor de su carácter—. Recuerda que mamá estipuló que con ese dinero también se deben pagar los estudios de Olivia y míos.Sergio enfureció inmediatamente, se levantó como un resorte y sin darle tiempo a Ava a reaccionar le dio una fuerte bofetada. No entendía por qué su
Greta reflexionaba en silencio, buscando la manera adecuada de decirle a su hijo que había encontrado la esposa perfecta para él. Una joven hermosa, diferente a aquella mujer que, le había causado tanto daño y destruido su imagen ante la sociedad.—¡Dante! Como tu madre, sabes que siempre hago las cosas por tu bien.—¿Qué está pasando por esa cabecita? —expresó él, volviendo a su expresión fría.—Quiero que te cases con la hija de mi difunta amiga Ángela —dijo Greta, con tono serio, buscando captar la atención de su hijo—. Ava, tiene 20 años, sé que es joven para ti, pero vive con un padre desalmado y borracho, que no tiene el más mínimo interés en el sufrimiento de ella ni de su hermana. —Hizo una pausa, observando la reacción de Dante antes de continuar—. Para acceder a los bienes de su madre, debe estar casada durante un año. Ese hombre ha espantado a todos sus pretendientes, y la situación es insoportable, las está dejando sin nada. Tú podrías ayudarla, Dante.—¿Qué crees que soy,
Ava no sabía qué hacer. No podía creer que se habían quedado sin casa. Se estremeció al escuchar una voz suave detrás de ella.—Ava, desde que mamá murió y veo a papá llegar borracho cada noche, me siento como una extraña en esta casa. —Hizo una pausa, mirando al suelo como si buscara fuerzas para continuar—. Después de la escuela, prefería vagar sin rumbo antes que regresar aquí. Al no ver a mamá, siento un dolor tan fuerte en el alma que apenas puedo soportarlo. Ahora Zoe me invita a su casa, y su madre me trata con respeto y cariño, algo que aquí ya no siento —Respiró hondo, como si las palabras que estaban por salir le costaran demasiado—. Después de múltiples conversaciones con Cecilia, he decidido irme a vivir con ellas hasta que termine la preparatoria. Ya pronto seré mayor de edad. Con esto, Ava, quiero decirte que no iré con ustedes.Ava estaba impactada por las palabras de su hermana. Volteó lentamente y, sin pensarlo, la tomó de los hombros y la abrazó con fuerza.—Oli, per