Capítulo cuarenta y dos: Novios
Contemplo mi escritorio con martirio mientras un enorme puchero se forma en mi rostro. Por mucho que mis compañeros me hayan ayudado, tengo un montón de pendientes. Hay varios clientes que piden trabajar de manera expresa conmigo. Eso me reconforta y enorgullese; pero en momentos como este me martiriza. Cuatro semanas sin trabajar ha sido demasiado tiempo. Solo hice reposo, comí, me aburrí y volví a comer. Mi vientre comienza a abultarse y no sé si es por el embarazo o por lo que he ingerido en las últimas semanas. Al parecer la falta de apetito y de sueño era producto del estrés, porque apenas salí de la clínica, todo volvió a mí con mayor intensidad.
Ni Clinton ni Megs me permitieron siquiera hojear un expediente. Como resultado tengo la pila de archivos en una caja. Por suerte las investigaciones previas están hechas, junto con posibles métodos para procesar los casos. Solo me queda estudiarlos bien, diseñar una estrategia y reu
Capítulo cuarenta y tres: La mejor cita de la historia— Aquí tienes —me tiende un tarro de helado de vainilla. No sé cómo de las ha ingeniado para que sobreviva al viaje. Marzo va quedando atrás y comienza a hacer calor—. Es para los dos, así que debes esperar a que regrese —apenas soy consciente de su beso en mi hombro. El helado me observa con fijeza y grita <<tómame>>.Siento la saliva espesrse en mi boca y relamo mis labios—. Quiero tomarte, pequeño —hablo con el recipiente—. Solo debo esperar a que aparezca Clinton. Unos minutos más —rezo en voz baja—, unos minutos más.Intento pensar en otra cosa mientras continúo escuchando <<Debórame>> <<Saboréame>> <<Ahora>>.Por fortuna, mi chico no tarda en regresar—: He traído crema batida, fruta picada y…— ¿Hay menta? —no le dejo terminar. Tengo una obsesión con la menta en los últimos tiempos.— … menta
Capítulo cuarenta y cuatro: La pareja idealResoplo al mirar el reloj. Ha transcurrido otra hora. Las estoy contando al igual que Nick y mi papá. Johana lleva cuatro horas en el quirófano. Al principio los hombres se movían inquietos de una esquina a otra mientras las mujeres les contemplábamos paradas en un rincón; después de las primeras dos horas, todos fuimos a sentarnos. La mano de Clinton no ha abandonado la mía en ningún momento. En estos instantes soy una especie de ancla para él.Mis padres charlan discretamente sobre temas banales junto a Nickolas. Por otro lado, Megan se empeña en sacarle conversación o discutir —no estoy segura— con Elliot y Crystal; quienes permanecen demasiado tensos a pocos metros de distancia. La situación es ridícula; ella se lo come con los ojos cuando él no le presta atención y él hace lo mismo cuando mi hermana aparta la vista.<< Par de cabezones >>Ladeo la cabeza mientras expulso el air
Capítulo cuarenta y cinco: Nuevo vecinoLlego a mi departamento directo a la cocina. Rebusco un frasco de mantequilla de cacahuete, una botella de agua y me acuesto en el sofá. Cuatro días durmiendo pocas horas en un hotel o en la clínica me tienen con el cuerpo agarrotado.Sacudo mis pies dejando volar a mis tacones. No hay nada como el hogar. Johana continuará ingresada en la clínica hasta mañana. Su esposo se quedará con ella. El resto dormiremos la primera noche entera en días. Luego de la operación de la señora Bratter, se emitió un comunicado especial y la euforia de la prensa se ha calmado un poco; razón por la cual todos hemos regresado a nuestros respectivos hogares.— Hola a ti —diviso la figura de mi mejor amiga.— ¿Qué pasó con la regla de tocar antes de abrir? —me mofo. Ella sigue su camino, ignorándome completamente. Se sienta a mi lado y prácticamente me arrebata la mantequilla de las manos—. ¡Oye! —protesto.— Uhmm, delicioso.
Capítulo cuarenta y seis: Noticias<< En el día doy, hablaremos sobre dos de los apellidos más conocidos en el Estado de California y en el paísvej general: nos estamos refiriendo a nada menos que los Bratter Price. En las últimas semanas —concretamente desde el pasado día de San Valentín— la familia élite de Long Beach se ha convertido en el centro de atención pública. Varios sucesos importantes respecto a lis mismos han sido revelados, convirtiéndose de manera auntomática en Trending Topics en los medios de comunicación y redes sociales.La noticia que ahora oscila sobre las redes sociales, revistas y diarios; ha causado un gran revuelo. Todos lo comentan, muchos se escandalizan… y la verdad, esta periodista no entiende la razón.Si bien nos hizo suspirar el anuncio de la boda entre el famoso príncipe de las Leyes, Clinton Bratter y la top model más solicitada en los últimos tiempos, Crystal Price y además, la convertimos en
Capítulo cuarenta y siete: Invasión— ¡Jodeeeer! —chillo como si hubiese visto un fantasma. Hay alguien en la casa.La puerta del departamento se abre dejando ver a una Megan Davis empapada de pies a cabeza. Con una rapidez impresionante, Clinton me extiende una sábana mientras yo busco desesperada su bóxer. Intercambiamos prendas y nos apresuramos en cubrirnos. En otras circunstancias, la escena me hubiese resultado graciosa.Mi mejor amiga ni siquiera se percata de nuestra presencia; se encuentra empecinada en cerrarle el paso a alguien.— ¡Megaaan! —identifico la voz de Brad.— ¡Vete! —mi amiga está llorando sin control, lo cual enciende las alarmas en mí organismo.— ¡No seas estúpida! —le reclama su novio mientras mi chico y yo seguimos buscando ropa para vestirnos.— ¡No soy estúpida! —replica ella.— ¡Pues deja de actuar como
Capítulo cuarenta y ocho: Un príncipe y un secuestroMe remuevo nerviosa en mi asiento por enésima vez. Me encuentro rodeada de mujeres embarazadas con estómagos enormes. No puedo dejar de mirarlas sin discreción alguna. ¿Yo también me pondré como ellas? Con veinte semanas de gestación mi vientre es notorio pero no muy grande. Sin embargo, he leído que a partir de los cinco meses los bebés comienzan a crecer con mayor rapidez. Me pondré como una vaca, me dolerá la espalda, mis pies lucirán como dinosaurios y con mi problema de la tensión, tendré que hacer mucho reposo y mantener la estricta dieta.¿Es el momento para sentir miedo?— ¿Blair? —mi compañero voltea a mirarme.— Creo que estoy enloqueciendo, príncipe —percibo mi agitada respiración al hablar.— Eh, tranquila, princesa —él me abraza ayudándome a calmarme—. Todo estará bien.— ¡Me convertiré en un dinosaurio! —
Capítulo cuarenta y nueve: Extraña sensación*Clinton Bratter*Renuevo mi pie un poco inquieto mientras bebo un poco de agua en un intento de calmar la ansiedad. La demora del cliente no hace más que acrecentar mi impaciencia.— Si no te conociera, diría que estás nervioso —comenta mi colega con una sonrisa ladeada—. ¿Sucede algo, Clinton?— No me preguntes por qué, Richard —aludo—, pero tengo una extraña sensación en el pecho que no se va y el retraso de nuestro cliente no ayuda.— Hombre, tranquilo —se toma la libertad de palmear mi hombro—. Vienen desde New York y ya han avisado que el vuelo se ha retrasado.— Viajan en un avión privado, Richard —aclaro—. ¿De verdad creíste esa excusa barata?— No lo sé, eso debería preguntártelo yo —rebate mi compañero—. Al igual que tú, trabaja con su novia. ¿Cuántas excusas habéis puesto Blair y tú cuando os encontráis... oc
Capítulo cincuenta: Una princesa equivocadaMi cabeza no deja de girar, la punzada en la nuca es constante; mi estómago se siente pesado y la garganta arde destrozada por los gritos. No sé cuánto tiempo llevo aquí, mi acompañante no luce en una situación muy diferente. A ella la han golpeado; a mí, además de un par de cachetadas, solo me han amordazado.— Ash —mi voz apena se escucha. He destrozado mis cuerdas vocales—. Ashley, háblame, por favor —sigo sin obtener respuesta—. Dime que estás viva.— Lo estoy —responde para mi alivio—. Solo ahorro fuerzas.— ¿Te han herido de gravedad? —indago temerosa. Tengo miedo, mucho miedo.— No. Solo tengo un par de golpes en la cara y creo que el hombro dislocado.