MIAÉl dueño del número celular que guardo en mi billetera. Esta agitado como si acaba de correr una maratón. Lo miro de pies a cabeza y vuelvo a su cara. Lleva puesto una camisa tipo polo azul cielo y un jean azul ajustado. Se ve increíble. Es más alto de lo que imagine.El me mira con una amplia sonrisa en los labios, tiene una dentadura impecable.—Hola preciosa —se dirige a mí, consiente que lo reconozco.—Ho…hola —sonó más como un aullido de perro que como un saludo. ¡No digo más! Que voy a decir, estoy en estado de shock a punto de un ataque cardiaco.Ahora que lo veo de cerca me parece mucho más atractivo. Huele increíble además. Respiro Inspiro hondo, muy disimuladamente para sentir su aroma otra vez. Me encanta.Se sienta a mi lado y me queda mirando fijamente a los ojos. Me extiende la mano y yo la tomo medio temblorosa. Las tiene ligeramente callosas, cálidas y fuertes. Mi mano pequeña se pierde en la suya y me gusta.—Mucho gusto, Joaquín Ferreiro —dice mientras me besa su
JOAQUÍN Por fin es martes, hoy voy a ver a la muñequita hippie. Joder, estoy nervioso o ansioso, no sé, alguna mierda de esas.Estoy impaciente porque termine esta puta clase que ya me tiene desesperado, pero todavía faltan 15 minutos.El profesor saca unas hojas y la entrega a los primeros de la fila para que la pasen al resto de los estudiantes.¿QUÉ? No me jodan, va a hacer un examen justo hoy ¡La puta madre!Agarro la hoja de mala gana, lee todo rápidamente y contesto las preguntas sin problemas, termino el examen y ya llevo 5 minutos de retraso.Joaquín: Viejo, ¿dónde estás? ¿Llego Mía?Frank: En la cafetería ¿Dónde coño estas?, Ellas acaban de llegar. Apúrate que el tiempo es oro. Estamos en toda la entrada.Joaquín: Salgo corriendo, llego en 3 minutos. Salgo como alma que lleva el diablo y corro rápido, en el camino me tropiezo con unos cuantos, pero no me importa. Llegó a la puerta de la cafetería, antes de entrar respiro hondo, me arreglo la ropa y el pelo.Ingreso y la veo
JOAQUIN—Veo que todo te salió bien —dice Frank.—Más que bien viejo, viste lo buena que esta, me agrada —Frank asiste con la cabeza.—No me jodas viejo ¿Te agrada? —pongo los ojos en blanco.—Bueno sí, ME GUSTA —y bastante pienso.—Creo que el sentimiento es mutuo, así que vas ganando —dice.—También lo creo, pero sabes, hay algo que no me termina de cuadrar —digo una vez llegamos a los vestidores del polideportivo a cambiarnos de ropa para el entrenamiento.—Siento que ella esconde algo, no sé si es solo timidez, pero me genera desconfianza.—Son ideas tuyas, es tímida simplemente, además es la primera vez que hablan, dale tiempo para que entre en confianza.— ¿Será? —dudo.—Lo que pasa es que tú estás acostumbrado a las mujeres fáciles, calienta huevos, y Mía se ve que es una chica seria, de su casa, decente —enumera con los dedos.Ella se ve que es todo eso.—Te voy a creer, tampoco la quiero para sacarme ¿Y qué tal va todo con Lara?—Hombre, que te puedo decir… —toca su barbilla
MÍASeguí el consejo de Lara, tomé la iniciativa y le envié un mensaje de texto, salió mejor de lo que pensé. Hoy nos veremos en la U otra vez y tengo una cita real por primera vez en mi vida.Hoy le contaré todo, le diré que tengo una pierna amputada y que uso una prótesis. Si tengo oportunidad lo hago ahora mismo en la mañana. ¡Dios!, estoy tan asustada.Lara me dice que los nervios son normales, porque él me gusta y es obvio que tenga temor de su reacción.Nunca me he sentido avergonzada de mi prótesis, de hecho siempre visto en short y faldas cortas, además es más cómodo. Pero con él es diferente. Entre más rápido le cuente mejor, si decide dejar de hablarme es asunto suyo, él se lo pierde. (Palabras de Lara).Mi padre me espera para llevarme a la u, hoy prefiero ir nuevamente en jean largo, prefiero contarle a Joaquín en vez de que me vea de repente y salga corriendo.—Tengo una buena noticia que darte —me dice mi padre—, te prometí que iba a hacer mi investigación sobre tu carro
JOAQUÍN— ¿Eres de la ciudad? —le pregunto para conocerla en poco más.—Bogotana de pura cepa, vivo con mi padre a las afueras de la ciudad.— ¿Solo tu padre y tú?—Solo nosotros, soy hija única y mamá, murió en un accidente de tránsito —me responde con cara triste, le toco la mejilla y le doy un beso suave en la boca.— ¿Cómo paso?—El otro conducto conducía en estado de embriaguez.Me estremezco.—Lo siento mucho —le digo con sinceridad.—Gracias, ha sido duro perder a mi madre, la extraño todos los días, pero el tiempo ha ayudado a ir sanando las heridas, papá y yo estamos mucho mejor ahora y lo hemos superado juntos.Siento un poco de envidia, de la buena claro, parece que tiene una muy buena relación con su padre, que son muy unidos, también ha superado su perdida, cosa que yo todavía no logro, quizá porque nunca lo he intentado.—Parece que te la llevas muy bien con tu viejo.—Increíble, es el pilar de mi vida. Somos buenos amigos y tenemos muchas cosas en común, compartimos muc
JOAQUÍNNo quiero leer su respuesta. Voy camino a casa, esta vez no pongo música, estoy perdido en mis propios pensamientos. Tengo sentimientos encontrados.Rabia. Me siento engañado.Lástima por Mía. Suena feo, pero es la verdad.Dolor. También por Mía, porque no debe ser fácil para ella vivir así y me duele, me duele porque ella me importa.Mía me importa.Hasta me siento estúpido por no darme cuenta antes, es algo que no se oculta fácilmente, por Dios.Mía me importa.¡Joder! No sé qué hacer. Creo que haberme ido fue lo mejor. Así tengo tiempo de pensar mejor las cosas y saber qué pasos dar.Cuando llego al apartamento, Frank está en la sala esperándome, pero no solo, Lara le hace compañía.¡Joder lo que me faltaba!La miro primero a ella, con rabia, quiero ahorcarla. Seguro ella sabe de la discapacidad de Mía. Solo espero de Frank no sepa nada porque eso sí sería el colmo de mi mala suerte.—Hola, Lara —la saludo a secas, sin beso ni una mierda.Frank me mira con los ojos abiertos
MÍAEstoy en mi clase de rumba terapia. Suena la canción La bicicleta de Carlos Vives y Shakira. Me encanta.El baile fue fundamental en mi rehabilitación, me ayudo con el equilibrio y el manejo de mi prótesis. Me muevo al ritmo de la música, tenemos esta coreografía ensayada así que mi cuerpo fluye al son de pegajosa melodía.Invité a Lara, pero me dijo que no podría porque había quedado en ir al partido de futbol de los muchachos. Me animó a ir, pero no, ni loca. No quiero verle la cara a ese tonto.Joaquín no se ha dignado a escribirme, me dijo que lo haría, así que he respetado su espacio y aguantado las ganas de llamarlo o mandarle un mensaje. Tampoco lo he visto en la U. Ya no estoy segura si lo del “problema familiar” es cierto.Pero a estas alturas, cuando ya toda la U me ha visto de pies a cabeza, estoy segura de que está evitándome, es obvio que se enteró de mi pierna. Me reprendo por haber sido tan cobarde, de no contarle desde el principio. Pero ya no puedo regresar el tie
JOAQUÍNEl bar está en lleno total, pero hay espacio para caminar y bailar. Frank, Lara, el Costeño, su acompañante y yo estamos sentados en una mesa cerca de la tarima.Lara está bella, con un vestido que no deja mucho a la imaginación y mi amigo no le quita las manos de encima, la toma a cada oportunidad. Esto va más serio de lo que ellos dicen.—Tiene buen ambiente —afirma Lara—. Vamos a bailar, Frank —lo agarra del brazo y lo saca a la pista, el Costeño los imita llevando casi cargada a su pareja.Estoy solo, como el llanero. En esto he quedado. Como diría el Costeño ¡Qué tristeza primo!Para no sentirme tan patético en una mesa solo voy a la barra y pido una cerveza. Dirijo mi vista a la entrada y la veo llegar.Me quedo con la botella levantada y la boca abierta. No me dijeron que ella estaría aquí.La veo mirar alrededor y se dirige a la barra, todavía no me ve, estoy de pie en un extremo con poca luz. Se ve preciosa. Tiene puesto un vestido corto negro, botines altos y está ba