—¿Qué dices? —Exclamó Pablo molesto mientras caminaba de un lado al otro en la oficina.Había enviado a algunos de sus hombres a seguir a su tío. El hombre había ido al hospital, luego se le vio subiendo a una mujer a su coche. Nadie sabía quién era la mujer, las fotografías eran borrosas. —Les pago para vigilarlo y me entregan información a medias. —De lo que sí estamos seguros es de que no se trata de su prometida. Una sonrisa asomó en los labios de Pablo. De seguro su tío tenía una amante, de eso no había dudas. No podía perderle el rastro, podía cometer cualquier locura para dañarlo y no podía permitirlo. Corto la llamada y lanzo su teléfono contra el suelo. Darío había regresado en el peor momento, justo cuando sus planes estaban en marcha. El teléfono de la oficina empezó a timbrar, lo tomo, escucho la voz de su secretaria de fondo. Minutos después la puerta fue abierta, observo al señor Clark junto a su hija, Gabriela, la joven tenía una lengua muy afilada y un carácte
—En unos días lo olvidarás.—Intentaron asesinarme; si no fuera por Darío, estaría muerta. Un nudo se formó en la garganta de la joven; era la primera vez que hablaba de lo sucedido con alguien más. —No fue tu culpa, la ambición de algunas personas los lleva a sacar lo peor de ellas, pero en este momento solo debes de preocuparte por ti y el bebé. Sofía apretó los puños con fuerza, se sentía como una tonta. —Cuando nazca, qué haré, no tengo nada, ni siquiera puedo salir de este lugar. —Tranquila, tiempo al tiempo, Darío está muy ocupado, por ese motivo no ha venido. La joven se rio con sarcasmo. —Me odia, no intentes ocultarlo. —Es un buen hombre, pero al igual que tú, lo traicionaron, no lo olvides, además, el pasado no se puede eliminar. Sofía guardó silencio, el pasado se estaba volviendo una carga muy pesada, acaso su prima también le había tendido una trampa a Darío. —Darío regresó por un solo motivo, podría ser tu mayor aliado. Las palabras de Carlo llamaron la atenci
Después de platicar con su hijo y su nueva prometida, el anciano se dirigió al jardín. Su nieto daría un anuncio importante. Estaba preocupado por Darío, podía notar que no era feliz junto a Linda, pero su hijo era un adulto y sabía lo que hacía. Él solo podía darle consejos y alentarlo a buscar la felicidad. Al ingresar al jardín, observó a Patricia; eso realmente lo molestó. No entendía lo que hacía esa mujer en su mansión, en realidad no la toleraba, era una serpiente peligrosa. —¿Qué hace esa mujer aquí? —replicó furioso. —Es la prometida de tu nieto —habló Cherry, la menor de los Allen. La joven podía notar la mirada de confusión de su padre; obviamente él no sabía lo que estaba tramando Pablo. —Esto no puede ser verdad, esa mujer no es digna de pertenecer a esta familia, no apruebo esta relación o lo que sea. Pablo se molestó al escuchar las palabras de su abuelo, como era posible que se negara a aceptarla en la familia. —Amo a Patricia, ella es mi prometida, m
La mujer se levantó de su asiento molesta, su hijo a veces era realmente complicado.Le había conseguido una novia hermosa, con la cual podía casarse y formar una familia, pero parecía tener clavada a Patricia en el pecho. —No voy a permitir que mi hija siga desperdiciando su juventud —exclamó la madre de Linda. —No se preocupen, hablaré con mi hijo, él se casará con Linda. Linda estaba molesta, se sentía realmente ofendida, le había comprado un obsequio, pero no era un anillo. Darío seguía huyéndole al compromiso, acaso ella no era hermosa. —Debes de terminar con esta relación, hija, no creo que haya futuro en esto. La joven no iba a permitir que la apartaran de Darío, no sería justo para ella. —Yo lo amo y seguiré a su lado. La joven se levantó y fue tras su novio, lo miró bajando las escaleras. —¿Puedo saber por qué me haces esto? Me avergonzaste frente a mi familia. Darío se detuvo, se giró y observó a la joven; parecía estar furiosa. —Linda, esto no es justo para ningu
—Puedo saber qué le hacen a mi novia.La voz de otro hombre llamó la atención de los presentes; los matones de Pablo se giraron. Observaron a Andrew de pie a unos metros de ellos, su mirada fría y rostro serio hicieron a los hombres retroceder.Conocían el temperamento del joven Allen; era un hombre de pocas palabras. —Es enemiga de su hermano, acaso no lo sabe.—Eso no me importa, es mi novia. Si le tocan un solo cabello más, están muertos, me escuchan. Los hombres observaron a los guardaespaldas del joven salir del auto, eran 6 y apuntaban directo a ellos. Andrew se acercó y levanto a la joven del suelo, la cargo en sus brazos y se regresó a su auto. Le envío un mensaje a su guardaespaldas para que eliminara a los hombres; su hermano no podía sospechar de él. Estaba siendo sumamente cuidadoso para no levantar sospechas. Su chófer encendió el auto y empezó a conducir rápidamente. —¿Por qué me salvaste? Eres hermano de Pablo. —Lo sé, no es lógico, pero era amigo de Sofía. To
Sofía sentía que las cosas la sobrepasaban, se sentía culpable de lo sucedido. Acarició su abdomen con cariño, se levantó del sofá y tomó el abrigo, se lo colocó. Hacía algo de frío, y el viento soplaba con fuerza. Sofía avanzó por el pasillo, la encargada de cuidarla se preocupó al verla tomar el pomo de la puerta. —Señorita, por favor, no salga, sabe que es peligroso, el señor se preocupará. —Volveré en unas horas.—Está oscureciendo, puede pasarle cualquier cosa hay afuera. Sofía tomó el pomo de la puerta y abrió, se sentía tan sola en ese momento, la brisa fría golpeó su cuerpo y revolvió su cabello. Avanzo lentamente por la carretera, solo había un lugar al cual quería ir. Solo había un lugar que la haría sentir mejor, la lluvia empezó a caer a torrenciales. Pero eso no le importaba. Darío tenía razón, ella no podía ayudar a nadie en ese momento. Su abdomen estaba abultado, continuó avanzando, se detuvo en el cementerio de la ciudad. Ingresó al lugar, se detuvo frente a
—Linda, es bueno verte —habló Pablo mirando a la joven —toma asiento, gustas un poco de vino.La mujer miró a Pablo con desconfianza, era la primera vez que la invitaba a un almuerzo, eso le resultaba intrigante. Sabía que su futuro esposo no se llevaba bien con su familia, tenían roces. —No puedo negar que me sorprendió tu llamada, puedo saber el motivo por el cual querías verme. Pablo le sirvió un trago a la joven, no podía negar que era hermosa, mucho más hermosa que Patricia. Quería crear algo de tensión en la relación de su tío; obviamente, la mujer ignoraba la existencia de otra mujer en la vida de Darío. —Solo es una formalidad, para charlar, pronto seremos familia, sé que mi tío se casará contigo, obviamente no hay fecha, pero deseo que sea pronto. Linda podía percibir ese tono de ironía en la voz del hombre. —No hay fecha, en eso tienes razón, pero tú pronto te casarás con la ex prometida de Darío, siempre todo quedó en familia. Pablo le mostró una sonrisa a la mujer,
Pablo, regresó a la oficina, estaba complacido, ¿qué le diría Darío a su novia? Las fotografías hablaban por sí solas. Una sonrisa asomó en los labios del hombre; ese imbécil debía de marcharse de la ciudad lo antes posible.Observó a su hermano ingresar a su oficina, se veía muy tranquilo, lo había enviado a llamar, tenía una gran duda clavada en el pecho. Andrew tomó asiento y miró a su hermano fijamente. —¿Qué necesitas? —Cuarto de mis hombres están muertos, eso sucedió anoche. Andrew lo miró de manera desinteresada, como si nada fuera su problema. —¿Eso que tiene que ver conmigo? Miró fijamente a Pablo, esperando una respuesta. Ese imbécil no era tonto, pero tampoco aceptaría la responsabilidad de lo sucedido. Su hermano no tenía pruebas. —Me di cuenta de que saliste tarde de tu departamento, ibas acompañado, eso me causó curiosidad. —¿Me estás vigilando? Desconfías de mí. Preguntó con cara de disgusto. —Simplemente, quería conocer tu versión de los hechos. —No tengo