—Cualquiera pensaría que no se trata de una extraña, pero que se puede esperar de personas como ustedes.Erick se estaba impacientando con la visita de Darío, no quería que su ahora jefe malinterpretara las cosas.—Será mejor que se marche, no quiero problemas.—Solo vine a darle una advertencia: si continúas ayudando a Pablo, te convertirás en mi enemigo. Así es como funcionará esto, no creo que quieras estar del lado equivocado.Erick miró a Darío fijamente, soltó un suspiro pesado; hasta cierto punto estaba molesto con su sobrina.Ella era la culpable de todo lo que sucedía, no pensaba ponerse de su lado, ni por un segundo.—Yo ya elegí, que te hace creer que Pablo jugará limpio, no te equivoques, vienes aquí, pareces muy confiado en este momento.—No estoy confiado, simplemente te estoy diciendo lo que sucederá. Lo hago por respeto a mi esposa, a pesar de todo, ama a su familia, pero yo no pienso perdonar a todo aquel que le hace daño. Si vas a esa cita mañana, serás mi enemigo pa
—¿Eres feliz ahora, amor? —le preguntó Darío a su esposa.Quien estaba en el balcón mirando a la nada.—Tengo mucho que agradecerte, ¿cómo lo hiciste? Estaba muriendo de nervios. —Haría cualquier cosa, con tal de verte feliz, moví mis influencias, lamento no habértelo dicho, pensé que te negarías. Como dice Gabriela, tienes un buen corazón y en algunas ocasiones no es bueno. Las personas son tan malas a veces. Sofía colocó su cabeza en el pecho de su esposo y se quedó así por un tiempo.—Lo sé, pero por mi hija soy capaz de cualquier cosa. Él no la ama, simplemente la quería utilizar en mi contra. Ella no es un objeto, es mi bebé y yo la amo y pienso protegerla de cualquier amenaza, incluso si eso significa alejarla de su propio padre por su bien.Darío no dijo nada más, se quedó en silencio acompañando a su esposa; en algunas ocasiones las palabras no eran necesarias. Sofía se repetía a sí misma que no debía de tener ningún remordimiento de conciencia; estaba salvando a su hija de
Darío iba en el auto con su esposa, la veía mucho más tranquila, había pasado dos días desde que le habían dado el resultado de la prueba de paternidad. Todo había vuelto a la calma. Patricia se estaba recuperando a la perfección. Tener algo de tranquilidad por unos días había sido bueno.—¿Cuál es el propósito de dicha reunión? —Bueno, es más como una fiesta para los hombres adinerados de la ciudad, ayuda a que se sierren tratos, convives un poco y puede que consigas socios nuevos. Sofía no sabía mucho, ya que nunca asistía a esos eventos. Su exesposo siempre iba solo. El auto se detuvo a las afueras de un lujoso hotel. Ambos bajaron, llamando la atención de la prensa.A Sofía le llovieron miles de preguntas, la mujer simplemente guardó silencio y sonrió. Decían que el silencio es la mejor arma en algunas ocasiones. La mayoría tenía curiosidad por la hija de la mujer, la futura heredera Clark. Pablo estaba dentro del hotel cuando escuchó el alboroto en el exterior, tenía algo
Pablo se acercó a Erick. El hombre parecía estar perdido en sus pensamientos. —Me gustaría matarla en este momento, pero estoy tratando de controlarme —hablo mirando a Sofía —es tan presumida e insoportable. Erick no se levantó sin responder absolutamente nada y se alejó, perdiéndose entre la multitud. Pablo se molestó, desde unos días atrás, el imbécil de su abogado se comportaba de manera extraña. No confiaba en él, podía apuñalarlo por la espalda en cualquier momento, trabajaba para él por necesidad, no porque le gustara. Erick se acercó a Sofía lentamente, ella estaba tomando algunos aperitivos, tomó un plato e hizo lo mismo. —Sofía, necesito hablar contigo, disimula, no me mires, continúa con lo que estás haciendo, no quieres llamar su atención. Sofía respiró profundamente mientras tomaba algunas boquitas. Las palabras del hombre la tomaron por sorpresa. —¿Qué es lo que quieres? —Cuida a Gabriela, ella va a necesitarte. No dejes a mi familia desprotegida, te lo pido com
—¡Esto es una mierda! —replicó Pablo, molesto —¿Acaso estás intentando darme la espalda, eso es lo que está pasando? Estás intentando probar mi paciencia. Erick mantenía un rostro serio, mientras movía el líquido dentro de su vaso.Tenía que pensar en un plan, debía de hacerlo rápido, sentía el peligro respirándole en el rostro. Conocía a Pablo, estaba en desventaja numérica; escapar sería realmente imposible. Miró de reojo a los matones en la habitación. Respiró profundamente, debía de calmarse. Al ver a su sobrina ese día, se dio cuenta de lo tonto que fue al apoyar a Pablo; estaba cegado por el odio, la amargura y el resentimiento. Al verla al borde del colapso, con la mirada perdida, al saber que podía perder a su hija, lo hizo reflexionar. ¿Qué era lo que estaba haciendo? Si su hermano estuviera en vida, jamás le daría la espalda a su familia si ellos estuvieran en problemas. Pero él fue tan egoísta y una mala persona, que solo pensó en sí mismo, pero estaba por darle un g
Gabriela estaba almorzando, hacer cosas tan simples en su estado era realmente complicado, su brazo derecho estaba incapacitado. Soltó un suspiro de frustración, escuchó una risita divertida, levantó la cabeza y observó a Andrew. —Se nota que te está costando adaptarte, no es así.—Es horrible. —Tranquila, yo te ayudo. La joven negó con la cabeza, pero Andrew no le prestó atención y tomó la cuchara para alimentarla. Se sentía pena, iba a ser alimentado como un bebé. —Esto es vergonzoso. Andrew sonrió de una manera tan dulce que hizo que el corazón de Gabriela empezara a latir con más fuerza. ¿Cómo podía verse tan lindo haciendo algo tan común? —Abre la boca. —Puedes callarte y solo ayudarme. —Lo lamento, pero te ves tan linda. Gabriela negó con la cabeza, ella no quería parecerle linda, quería gustarle. —Tengo un brazo roto, eso te parece lindo. —No, tu rostro —respondió con total tranquilidad. El rostro de Gabriela se volvió rojo como un tomate, y se levantó de su asie
Sofía fue directamente A la oficina de su tío. Su primo se asustó al verla, jamás pensó que iría, mucho menos acompañada de tantas personas.—Necesito revisar las cámaras de seguridad, puede que haya estado aquí, eso me dará una pista.El joven la guio a la habitación indicada, los hombres se hicieron cargo de buscar, pero no había nada.No había pasado por la oficina el día de su desaparición.—¿Crees que le haya pasado algo malo?—Está bien, no te preocupes.Sofía abandonó el lugar, le había avisado a su esposo, iba a necesitar toda la ayuda posible.Recibió un mensaje de su esposo; no había rastro de su tío en ningún lugar. Estaba algo impaciente, de seguro su prima tampoco había tenido éxito. Darío conducía lentamente por las calles de la ciudad, debía de encontrar a Erick. Lo hacía para ayudar a su esposa, ya que la había escuchado muy preocupada. Era el abogado de Pablo, como había sucedido.Se detuvo a las afueras de la mansión de la familia Clark, bajó del auto, iba a llama
Erick recibió otro golpe en el rostro, escupió sangre; de seguro estaba irreconocible con tantos golpes.Pero pensaba morir con honor si era que existía algo como eso; estaba pagando por sus errores. —Estás cansado de tanto golpear a un hombre indefenso, nunca me caíste bien, no sé qué diablo miró mi sobrina en ti, un hombre de la peor calaña, bueno, quizás estaba ciega la pobre en ese momento, que tomó lo primero que se le cruzó en el camino. Pablo le dio un golpe en el abdomen al hombre, quien cayó al suelo, agonizando de dolor prácticamente. —Cállate, me tienes harto. Erick se río por lo bajo, sentía el sabor de la sangre en su boca; de todos modos iba a morir, daba igual lo que decía. —Te molesta que te diga la verdad eso es lo que pasa, Sofía fue buena, y tú lo arruinaste, si ella recupera su herencia, tú no tienes a donde ir, intentaste destruirla, pero el destruido serás tú, recuerda mis palabras cuando salga en todo los diarios su nombre como la legítima heredera de la fo