Capítulo 91HelenaEl día de la boda llegó y me era muy rara una sensación de nerviosismo, pensando que eso ya no me iba a ocurrir a mí, siendo que lo que yo más quiero es casarme con Santiago por la iglesia, como siempre debió ser.–Helena, ya llegó todo el equipo que envió Alicia para peinado y maquillaje, te arreglarán a ti primero y después a nosotras las damas.Kelly, mi hermanita, fue a darme aviso de la llegada del séquito enviado por Alicia, algo de lo que no había necesidad alguna, pero lo agradecía de cualquier forma.–Gracias, Kelly. Puedes decirles ahora que pasen, por favor.Yo ya había elegido de qué manera me iba a maquillar, no iba a ser algo muy elaborado, pero sí muy natural, pues así quiero estar para Santiago, porque me ama así como soy.–Sí, ahora les digo y tienes que calmarte. Te estás viendo muy nerviosa y tienes que ver el día de hoy, como el día que realizarás tu mayor sueño de vida, te vas a casar con el hombre al que amas.–Estoy nerviosa, lo admito. Aunque
Capítulo 92SantiagoMi madre y mis hermanas, Clara y Elsa me estaban ayudando a acomodar mi corbata que se rebelaba a ser acomodada. Me sentía ansioso por casarme con mi esposa ante la máxima entidad religiosa y me emocionaba mucho hacerlo.–Santiago, tienes que quedarte quieto o no te podremos acomodar la corbata. –Me quedaría quieto, pero todas ustedes me hacen montón y así no puedo dejarme que me acomoden nada.–No me digas eso, hijo. Yo soy tu madre y tienes que estar impecable para cuando entres conmigo a la iglesia.Mi madre estaba demasiado emocionada, hoy va a entregar en la iglesia a su único hijo varón y al único de sus hijos que se ha casado, razón de más para que lo esté.–Esto no es un trabajo para las mujeres, tía y primas, Brad y yo le ayudaremos a mi primo a terminar de arreglarse.Mi primo, Iván y Brad, llegaron a salvarme del séquito de mujeres de mi familia que me estaban haciendo las cosas a su manera y se los agradecía mucho a ambos.–Gracias por venir a corrern
Capítulo 93HelenaMi boda con Santiago fue mucho más hermosa de lo que yo me había imaginado, que podía ser una boda. Me sentía feliz y realizada en todos los aspectos de mi vida, por si fuera poco, nos habían acompañado nuestra familia a ambos y nuestros amigos más queridos y ahora sí, seríamos esa hermosa familia de 3 junto con nuestra hija Julieta.–Felicidades, papi y mami.Nos abrazó nuestra hija a la salida de la iglesia. Ella estaba muy emocionada por nuestro matrimonio y porque ya nunca nos íbamos a separar. Le habíamos prometido a nuestra hija y nos lo habíamos prometido ambos, esta clase de amor, no se podía terminar nunca, estábamos hechos para seguir amándonos por mucho tiempo.–Gracias mi amor, te amo mucho, Julieta.Eran una dicha verlos así a los dos, era lo mejor que me había tocado en la vida, el hombre más tierno del mundo y una hija adorable.–Gracias, hijita. Eres el mejor regalo para tu papá y para mí.Se lo decía porque era la verdad, aunque Santiago no estaba
Capítulo 94HelenaSantiago y yo pasamos una buena madrugada de bodas, amándonos como le corresponde a una pareja de recién casados, era como sí para nosotros nuestra vida hubiera comenzado ayer con la boda a la iglesia. Me desperté y no encontré a mi esposo a mi lado y cuando levanté la mirada, me percaté que él ya estaba preparado para salir al aeropuerto.–Hola, señora Treviño, usted luce muy guapa, aún recién levantada. Nos iremos en breve al aeropuerto, pero tiene tiempo de darse un baño.Lo miraba embelesada, este hombre era hermoso, ya estaba completamente arreglado y me había dejado acostada en lo que se bañaba, me hubiera gustado hacerlo con él.–Hola, señor Treviño, usted no luce nada mal y por supuesto que me tengo que dar un baño, no me iré sucia a nuestra luna de miel.–Tú te ves increíble, ya sea sucia o limpia y ayer marcaste tendencia en la boda. No hay casi novias de cabello corto y tú te veías magistral, más de muchas mujeres te van a envidiar, Helena.Abracé a mi es
Capítulo 95SantiagoEl tiempo de nuestra luna de miel, a pesar de ser una semana completa, se nos fue como agua entre los dedos, sin poder hacer nada para detenerlo. Helena y yo, estábamos recogiendo todo y empacando nuestras maletas para volver a casa.En ese viaje habíamos hecho muchas cosas y conocido muchos lugares por el paquete que contratamos en el que tuvimos un guía personalizado, nos la pasamos lo mejor que nos fue posible a ambos. –Si no fuera porque muero de ganas de ver a nuestra hija, te pediría que nos quedáramos, Santiago, han sido días y noches inolvidables.La verdad era que estábamos conectados en todo, también me hubiera gustado que nos quedáramos unos días más, pero teníamos que regresar, también extrañaba con locura a Julieta. –Yo también quisiera que nos quedáramos mi amor, pero Julieta entra a la escuela el lunes y tenemos apenas tiempo para pasar con ella el fin de semana y llevarla a algún lugar.También tenía que disfrutar de nuestra felicidad, ella siemp
Capítulo 96HelenaEl regreso a casa transcurrió de la mejor manera y llegamos con bien a casa, en el aeropuerto Santiago y yo recogimos las maletas y en el momento que nos dirigíamos ya con nuestro equipaje a la salida, escuchamos una voz muy familiar para ambos.–Papi, mami, vine por ustedes.Unos pequeños pasos y una hermosa niña se dejó ver entre la multitud de gente del aeropuerto, ella corrió a nuestros brazos, lo que provocó que Santiago y yo tiráramos las maletas al suelo para cargar y abrazar a nuestra hija que había ido a recibirnos, la vimos sola que nos preguntábamos quién la había llevado.–Hola, mi amor, te ves hermosa hija. Te hemos extrañado mucho.Estaba llena de vitalidad, Julieta era la luz que iluminaba nuestro camino, ella era la protagonista principal de nuestra historia, sin ella no seriamos nada. Estaríamos cada quien con su vida por otras partes. –Yo también a ustedes, los quiero papitos. Ahora sí, ya vamos a vivir para siempre solo nosotros tres juntos.–Sí,
Capítulo 97SantiagoEl fin de semana previo a que entrara Julieta a la primaria lo disfrutamos enormemente como familia, divirtiéndonos, jugando y nos fuimos de pícnic a la playa. Helena se acostó a leer el periódico en lo que Julieta y yo jugábamos a levantar un castillo de arena.–Papi, no es justo que apenas lo vamos armando y viene el mar y lo derrumba.Estábamos muy cerca de la orilla de la playa y por consiguiente cuando llegaba una ola mucho más alta de lo habitual, y cuando llegaba esa onda, derribaba lo que ya estaba armado.–Así son estas cosas hija, no podemos hacer nada para evitar que venga el mar.–Ya sé, vamos a hacer una barrera protectora.Disfrutaba mucho ver como mi hija a su corta edad, ya buscaba soluciones para los problemas que se presentaban como eso que dijo de hacer una barrera para evitar que el mar nos derribara el castillo.–Papi, es que no me gusta que el mar nos eche a perder todo nuestro esfuerzo. No me gusta.–Mi amor, no pasa nada. Pasaremos todo el
Capítulo 98SantiagoHelena y yo fuimos juntos a acostar a nuestra bellísima Julieta en su cama, nuestra hija se veía hermosa ya preparada para dormir y había preparado con mucha dedicación su mochila para la primaria, eso me gustaba mucho que desde ahora ella estuviera preparada y con ganas de ir a atender sus obligaciones.–Buenas noches, mi amor. Mañana tienes que madrugar para ir a la primaria.Estaba encantado con el progreso que había notado en Julieta, era una niña muy responsable, pues no era de las que se quedara despierta hasta altas horas de la noche, por eso habíamos implementado un horario para sus actividades.–Buenas noches, papi y mami.Le dimos un beso a nuestra hija y nos salimos de su habitación, apagamos su luz y la dejamos dormir, ella tenía que descansar y muy bien, ya que en la primaria entraba más temprano que en el kínder.–Santiago, eres muy buen padre con Julieta y me imagino que el tiempo que no estuve con ustedes, la pasaron muy difícil.De eso que no le c