Capítulo 9SantiagoMe dirigí a la sala de juntas con un enojo que me iba a costar disimular frente a mi cliente, Alicia sabía que conmigo no iba, que ella quisiera hacer su voluntad y era infantil de su parte que ella estuviera actuando así, cuando sabe que para que ella haga algo, siempre debo permitírselo yo, era su jefe inmediato, no tenía que pedirle a una sustituta que me dijera que no iba a atenderme hoy.–Buenos días, Santiago.Alguien me dio una palmada en la espalda, me di la vuelta y vi a Armando Morales, mi cliente.–Buenos días, Armando, adelante por favor. Por poco y te me adelantas a esperarme.–Eso es imposible, eres la persona más puntual que he conocido amigo. Cedí el paso a Armando y pasamos a la sala de juntas para tratar un asunto que era del interés de ambos.–Amigo mío, te has olvidado que después de esta junta vamos a ir a la obra.Mi amigo se estaba riendo porque olvidé traer conmigo la ropa para ir a la obra y ahora, tendría que ir con la que llevaba puesta.
Capítulo 10HelenaArreglé a la hermosa Julieta y nos fuimos a mi tienda de regalos como todos los días. Mi estado de ánimo estaba de una forma que no podía ni describirlos, era tan notorio que Ximena, mi ayudante en la tienda, se percató de eso de inmediato, pues no podía disimular como me sentía.–Buenos días Helena ¿estás resfriada? Tienes muy colorada la naríz.–Hola Ximena, no estoy resfriada y no te preocupes ¿tienes algún recado para mí? –Te ha llamado tu mamá. Te dejó el recado que cuando llegaras aquí, la llames porque te ha intentado contactar al celular y le ha sido imposible.–Gracias, ahora la llamo. Échale un ojo, por favor a Julieta.–Si, yo cuido a esta niña hermosa. Huele muy rico a bebé.Ximena siempre me ayuda a cuidar en la tienda a la bebé y aparte de eso, lleva un control de todo. Me ha salvado en muchas ocasiones, cuando hemos tenido pedidos urgentes y realmente me facilita la vida y Julieta la quería mucho siempre se quería ir con ella, me fui a sentar a mi es
Capítulo 11SantiagoDormí con mi hija nuevamente y me percaté que cuando estaba con Julieta, todo mi enojo abandonaba mi cuerpo y cambiaba por una felicidad inexplicable. Mi bebé me hizo esa noche por primera vez unos ojitos de amor y con ese gesto de ternura cerré los ojos y me acurruqué con ella para dormir, era tan tierna y dulce.–Señor Santiago, vengo a traerle algo.Gloria me llamaba y me levanté de la cama para cubrirme con la bata y poder abrirle la puerta.–Buenos días, Gloria.–Buenos días, señor Santiago, le vengo a traer el biberón para Julieta. Lo manda la señora Helena, ella no lo quiso despertar y ha salido a correr.–Muchas gracias, Gloria. Yo se lo doy a mi hija.–Sí, necesita ayuda, estaré en la cocina preparando el desayuno.Mi pequeña pareciera que entendía todo lo que hablé con Gloria, se empezó a mover tiernamente y a agitar sus manitas para tomar su biberón. La cargué en mis brazos y la abracé para darle yo mismo su biberón, cada día que pasaba iba aprendiendo
Capítulo 12HelenaJulieta y yo, nos fuimos a mi tienda de regalos y estuvimos ahí con Ximena ocupadas en el trabajo y eso me distraía de mi espantosa realidad desde que me había casado con Santiago, yo soy una persona muy positiva, lo contrario a él y he llegado a pensar que es eso lo que más le molesta.–Helena, han llegado estos muñecos de peluche.Ximena desempacaba una caja de mercancía y estaba acomodando los peluches nuevos que habían llegado.–Están muy bonitos y vienen de varios tamaños, me llevaré uno para Julieta, ¿cuál te gusta, mi amor?Julieta abría sus ojitos y me entendía perfectamente. A Ximena y a mí nos enterneció que estiraba su manita para tomar el peluchito, mi niña era un amor.–Descuéntalo de mi sueldo uno de los peluches, yo se lo quiero regalar a Julieta.–Gracias, Ximena, por el noble gesto de tu parte. Ya no te diré que no, porque lo harás de todas formas.–A pesar de llevar mucho trabajando juntas, apenas me vas conociendo Helena. Yo he llegado a querer mu
Capítulo 13HelenaA la discusión de ese día siguieron muchas más en los días subsecuentes, porque él discutía por todo y por nada, para mí estaba siendo muy difícil soportar esa vida bajo el mismo techo que una persona como Santiago y necesitaba hablar con la persona que sabía que me iba a escuchar y a ayudar, tomé el teléfono y llamé a mi mamá.–Hola, hija, qué bueno que me has llamado, me tenías muy preocupada. Teníamos varios días sin hablarnos ¿te encuentras bien?–Hola, mamá, no me encuentro bien y necesito hablarte de algo. Por favor te pido que me escuches y que me digas que aunque no te guste lo que te diga, me vas a apoyar.Esto con Santiago, ya me estaba afectando anímicamente, y pensar que esta hubiera sido otra historia, la nuestra con Peter.–Sí, te apoyaré, ahora háblame hija.Desahogué y expuse lo que he vivido en éstos últimos días con mi mamá y ella sé que no estaba de acuerdo, no le pareció que me casara con Santiago y ella tenía razón, las cosas no se podían hacer
Capítulo 14SantiagoMi trabajo iba cada vez mejor, debido a que el proyecto del edificio para mi cliente Armando me abrió las puertas para nuevos contratos con otros clientes. Por algo nunca he dudado que yo he nacido para triunfar, por eso a mí siempre me llegan peticiones de empresarios importantes para que tome sus proyectos.–Permiso, Santiago. Vengo a traerte tu agenda del día.Así me gustaba que Alicia viniera a hacer su trabajo, como lo venía haciendo desde que es mi mano derecha, ¿qué le cuesta? –Pasa, Alicia y cierra la puerta con seguro.Aquí podía haber algo, si se me antojaba que lo hubiera.–Hoy tienes cita en una hora en la obra con el cliente del conjunto habitacional, el que vino ayer Edgar Palacios y después de eso, tienes una junta con la cámara de la industria de la construcción.–Prosigue ¿y después?–Más tarde, la comida con los miembros del colegio de ingenieros.Alicia era la mejor asistente ejecutiva que pude desear, además estaba preciosa y con todos mis cli
Capítulo 15SantiagoMe agrada mucho ejercer mi autoridad con Alicia y ella es afortunada, ya que a mi manera la amo y el que sea la única mujer virgen con la que he estado, tiene que tener alguna recompensa. Claro que jamás escuchará un te amo de mi parte, eso solo lo sabía yo y lo retendría en mi interior.–Santiago, ya te tienes que ir a tu casa.Alicia no me podía estar corriendo, no después de que la he llevado varias veces a lo máximo, solo así podía ver constelaciones.–Yo decido cuando irme y no se te ocurra decirme que vas a salir, si es así debo saber con quién y lo sabes.Ella era la única con la que permanecía abrazado después de hacer el amor en la mayoría de las veces cuando no tenía prisa, es mi mano derecha y muchas cosas para mí, Alicia jamás se irá de mi lado y está loca si cree que lo permitiré.–Es en serio, debes irte. Antes podías quedarte porque no estabas casado, pero tu esposa debe estarte esperando y también tu hija.Siempre lo haría por mi hija, Julieta, aho
Capítulo 16SantiagoHelena es una persona muy difícil para todo, hasta para tener cualquier tipo de plática era irritante convivir con ella, lo bueno es que todo lo hago por el bien de mi hija y solo por ella eso era lo que tenía que meterme en la cabeza siempre, para tolerar a esa mujer, si tan solo fuera sumisa como Alicia, nuestra convivencia sería más amena.–Permiso, Santiago.Alicia, siempre estaba presentable, es algo digno de ver. Nada que ver con la mujer con la que me he casado.–Pasa y cierra la puerta.–He venido a traer tu correspondencia y tienes una llamada de tu esposa, ya la pasé a tu extensión. Permiso.–Nada de permiso, dame un beso.–Santiago, tienes la llamada de tu esposa.–Cuando te doy una orden, la acatas y punto.Abarqué su boca con mis labios, besándola a la fuerza al principio para que después pasara lo de siempre, que la hiciera derretirse y me atrevo a decir que más que el aliento, robé de ella un orgasmo discreto.–Gracias, pero no salgas. Espera aquí,