Capítulo 11SantiagoDormí con mi hija nuevamente y me percaté que cuando estaba con Julieta, todo mi enojo abandonaba mi cuerpo y cambiaba por una felicidad inexplicable. Mi bebé me hizo esa noche por primera vez unos ojitos de amor y con ese gesto de ternura cerré los ojos y me acurruqué con ella para dormir, era tan tierna y dulce.–Señor Santiago, vengo a traerle algo.Gloria me llamaba y me levanté de la cama para cubrirme con la bata y poder abrirle la puerta.–Buenos días, Gloria.–Buenos días, señor Santiago, le vengo a traer el biberón para Julieta. Lo manda la señora Helena, ella no lo quiso despertar y ha salido a correr.–Muchas gracias, Gloria. Yo se lo doy a mi hija.–Sí, necesita ayuda, estaré en la cocina preparando el desayuno.Mi pequeña pareciera que entendía todo lo que hablé con Gloria, se empezó a mover tiernamente y a agitar sus manitas para tomar su biberón. La cargué en mis brazos y la abracé para darle yo mismo su biberón, cada día que pasaba iba aprendiendo
Capítulo 12HelenaJulieta y yo, nos fuimos a mi tienda de regalos y estuvimos ahí con Ximena ocupadas en el trabajo y eso me distraía de mi espantosa realidad desde que me había casado con Santiago, yo soy una persona muy positiva, lo contrario a él y he llegado a pensar que es eso lo que más le molesta.–Helena, han llegado estos muñecos de peluche.Ximena desempacaba una caja de mercancía y estaba acomodando los peluches nuevos que habían llegado.–Están muy bonitos y vienen de varios tamaños, me llevaré uno para Julieta, ¿cuál te gusta, mi amor?Julieta abría sus ojitos y me entendía perfectamente. A Ximena y a mí nos enterneció que estiraba su manita para tomar el peluchito, mi niña era un amor.–Descuéntalo de mi sueldo uno de los peluches, yo se lo quiero regalar a Julieta.–Gracias, Ximena, por el noble gesto de tu parte. Ya no te diré que no, porque lo harás de todas formas.–A pesar de llevar mucho trabajando juntas, apenas me vas conociendo Helena. Yo he llegado a querer mu
Capítulo 13HelenaA la discusión de ese día siguieron muchas más en los días subsecuentes, porque él discutía por todo y por nada, para mí estaba siendo muy difícil soportar esa vida bajo el mismo techo que una persona como Santiago y necesitaba hablar con la persona que sabía que me iba a escuchar y a ayudar, tomé el teléfono y llamé a mi mamá.–Hola, hija, qué bueno que me has llamado, me tenías muy preocupada. Teníamos varios días sin hablarnos ¿te encuentras bien?–Hola, mamá, no me encuentro bien y necesito hablarte de algo. Por favor te pido que me escuches y que me digas que aunque no te guste lo que te diga, me vas a apoyar.Esto con Santiago, ya me estaba afectando anímicamente, y pensar que esta hubiera sido otra historia, la nuestra con Peter.–Sí, te apoyaré, ahora háblame hija.Desahogué y expuse lo que he vivido en éstos últimos días con mi mamá y ella sé que no estaba de acuerdo, no le pareció que me casara con Santiago y ella tenía razón, las cosas no se podían hacer
Capítulo 14SantiagoMi trabajo iba cada vez mejor, debido a que el proyecto del edificio para mi cliente Armando me abrió las puertas para nuevos contratos con otros clientes. Por algo nunca he dudado que yo he nacido para triunfar, por eso a mí siempre me llegan peticiones de empresarios importantes para que tome sus proyectos.–Permiso, Santiago. Vengo a traerte tu agenda del día.Así me gustaba que Alicia viniera a hacer su trabajo, como lo venía haciendo desde que es mi mano derecha, ¿qué le cuesta? –Pasa, Alicia y cierra la puerta con seguro.Aquí podía haber algo, si se me antojaba que lo hubiera.–Hoy tienes cita en una hora en la obra con el cliente del conjunto habitacional, el que vino ayer Edgar Palacios y después de eso, tienes una junta con la cámara de la industria de la construcción.–Prosigue ¿y después?–Más tarde, la comida con los miembros del colegio de ingenieros.Alicia era la mejor asistente ejecutiva que pude desear, además estaba preciosa y con todos mis cli
Capítulo 15SantiagoMe agrada mucho ejercer mi autoridad con Alicia y ella es afortunada, ya que a mi manera la amo y el que sea la única mujer virgen con la que he estado, tiene que tener alguna recompensa. Claro que jamás escuchará un te amo de mi parte, eso solo lo sabía yo y lo retendría en mi interior.–Santiago, ya te tienes que ir a tu casa.Alicia no me podía estar corriendo, no después de que la he llevado varias veces a lo máximo, solo así podía ver constelaciones.–Yo decido cuando irme y no se te ocurra decirme que vas a salir, si es así debo saber con quién y lo sabes.Ella era la única con la que permanecía abrazado después de hacer el amor en la mayoría de las veces cuando no tenía prisa, es mi mano derecha y muchas cosas para mí, Alicia jamás se irá de mi lado y está loca si cree que lo permitiré.–Es en serio, debes irte. Antes podías quedarte porque no estabas casado, pero tu esposa debe estarte esperando y también tu hija.Siempre lo haría por mi hija, Julieta, aho
Capítulo 16SantiagoHelena es una persona muy difícil para todo, hasta para tener cualquier tipo de plática era irritante convivir con ella, lo bueno es que todo lo hago por el bien de mi hija y solo por ella eso era lo que tenía que meterme en la cabeza siempre, para tolerar a esa mujer, si tan solo fuera sumisa como Alicia, nuestra convivencia sería más amena.–Permiso, Santiago.Alicia, siempre estaba presentable, es algo digno de ver. Nada que ver con la mujer con la que me he casado.–Pasa y cierra la puerta.–He venido a traer tu correspondencia y tienes una llamada de tu esposa, ya la pasé a tu extensión. Permiso.–Nada de permiso, dame un beso.–Santiago, tienes la llamada de tu esposa.–Cuando te doy una orden, la acatas y punto.Abarqué su boca con mis labios, besándola a la fuerza al principio para que después pasara lo de siempre, que la hiciera derretirse y me atrevo a decir que más que el aliento, robé de ella un orgasmo discreto.–Gracias, pero no salgas. Espera aquí,
Capítulo 17HelenaLa situación con Santiago había mejorado un poco, al menos él no se negaba a hacerse cargo de Julieta, en las pocas ocasiones en las que yo requería que lo hiciera. El trato entre él y yo, seguía siendo muy difícil de sobrellevar porque teníamos caracteres muy diferentes, él es una persona que vive siempre negativamente y yo, vivo cada nuevo día lleno de optimismo.–Helena, tenemos que hablar. He traído esta información para que elijamos juntos una guardería para Julieta.Santiago colocó varios folletos con información de guarderías en la mesa del comedor, esa noche.–No Santiago, yo no estoy dispuesta a que Julieta vaya a una guardería. Tú lo estás haciendo porque te la he encargado hoy y sí ese es el asunto, no te vuelvo a pedir que lo hagas. Me las arreglaré como pueda sola.–De todo tienes que poner una negativa, en eso se te borra tu vida optimista.–No se me borra nada, yo no estoy de acuerdo en dejar a Julieta en una guardería. Yo cuidaré de ella, hasta que p
Capítulo 18SantiagoYa yo lo había decidido y Julieta tenía que entrar a la guardería, debía formarse desde muy temprana edad, para que fuera una niña más extrovertida.–No la vamos a inscribir, hasta que mi esposo y yo lo discutamos con toda tranquilidad y que analicemos los pros y los contras que conlleva esto.–No se preocupe, señora Treviño. Por nosotros no hay problema.Helena me estaba haciendo quedar en ridículo como si mi opinión no valiera o no fuera lo suficientemente importante.–Tomaremos la visita guiada y mañana les informaremos la decisión que tomemos y si es positiva, vendremos a inscribir a nuestra hija.Tuve que mostrarme diplomático porque en caso de convencer a la terca de Helena, aquí iba a asistir mi hija y no iba a ponerme a armar un escándalo que pudiera perjudicar su ingreso, pues no iban a querer a padres problemáticos.–Cuando estén listos, vamos a la visita guiada.La directora era una señora muy amable y cordial.–No la demoremos más, vamos.Helena, Julie