Capítulo 14SantiagoMi trabajo iba cada vez mejor, debido a que el proyecto del edificio para mi cliente Armando me abrió las puertas para nuevos contratos con otros clientes. Por algo nunca he dudado que yo he nacido para triunfar, por eso a mí siempre me llegan peticiones de empresarios importantes para que tome sus proyectos.–Permiso, Santiago. Vengo a traerte tu agenda del día.Así me gustaba que Alicia viniera a hacer su trabajo, como lo venía haciendo desde que es mi mano derecha, ¿qué le cuesta? –Pasa, Alicia y cierra la puerta con seguro.Aquí podía haber algo, si se me antojaba que lo hubiera.–Hoy tienes cita en una hora en la obra con el cliente del conjunto habitacional, el que vino ayer Edgar Palacios y después de eso, tienes una junta con la cámara de la industria de la construcción.–Prosigue ¿y después?–Más tarde, la comida con los miembros del colegio de ingenieros.Alicia era la mejor asistente ejecutiva que pude desear, además estaba preciosa y con todos mis cli
Capítulo 15SantiagoMe agrada mucho ejercer mi autoridad con Alicia y ella es afortunada, ya que a mi manera la amo y el que sea la única mujer virgen con la que he estado, tiene que tener alguna recompensa. Claro que jamás escuchará un te amo de mi parte, eso solo lo sabía yo y lo retendría en mi interior.–Santiago, ya te tienes que ir a tu casa.Alicia no me podía estar corriendo, no después de que la he llevado varias veces a lo máximo, solo así podía ver constelaciones.–Yo decido cuando irme y no se te ocurra decirme que vas a salir, si es así debo saber con quién y lo sabes.Ella era la única con la que permanecía abrazado después de hacer el amor en la mayoría de las veces cuando no tenía prisa, es mi mano derecha y muchas cosas para mí, Alicia jamás se irá de mi lado y está loca si cree que lo permitiré.–Es en serio, debes irte. Antes podías quedarte porque no estabas casado, pero tu esposa debe estarte esperando y también tu hija.Siempre lo haría por mi hija, Julieta, aho
Capítulo 16SantiagoHelena es una persona muy difícil para todo, hasta para tener cualquier tipo de plática era irritante convivir con ella, lo bueno es que todo lo hago por el bien de mi hija y solo por ella eso era lo que tenía que meterme en la cabeza siempre, para tolerar a esa mujer, si tan solo fuera sumisa como Alicia, nuestra convivencia sería más amena.–Permiso, Santiago.Alicia, siempre estaba presentable, es algo digno de ver. Nada que ver con la mujer con la que me he casado.–Pasa y cierra la puerta.–He venido a traer tu correspondencia y tienes una llamada de tu esposa, ya la pasé a tu extensión. Permiso.–Nada de permiso, dame un beso.–Santiago, tienes la llamada de tu esposa.–Cuando te doy una orden, la acatas y punto.Abarqué su boca con mis labios, besándola a la fuerza al principio para que después pasara lo de siempre, que la hiciera derretirse y me atrevo a decir que más que el aliento, robé de ella un orgasmo discreto.–Gracias, pero no salgas. Espera aquí,
Capítulo 17HelenaLa situación con Santiago había mejorado un poco, al menos él no se negaba a hacerse cargo de Julieta, en las pocas ocasiones en las que yo requería que lo hiciera. El trato entre él y yo, seguía siendo muy difícil de sobrellevar porque teníamos caracteres muy diferentes, él es una persona que vive siempre negativamente y yo, vivo cada nuevo día lleno de optimismo.–Helena, tenemos que hablar. He traído esta información para que elijamos juntos una guardería para Julieta.Santiago colocó varios folletos con información de guarderías en la mesa del comedor, esa noche.–No Santiago, yo no estoy dispuesta a que Julieta vaya a una guardería. Tú lo estás haciendo porque te la he encargado hoy y sí ese es el asunto, no te vuelvo a pedir que lo hagas. Me las arreglaré como pueda sola.–De todo tienes que poner una negativa, en eso se te borra tu vida optimista.–No se me borra nada, yo no estoy de acuerdo en dejar a Julieta en una guardería. Yo cuidaré de ella, hasta que p
Capítulo 18SantiagoYa yo lo había decidido y Julieta tenía que entrar a la guardería, debía formarse desde muy temprana edad, para que fuera una niña más extrovertida.–No la vamos a inscribir, hasta que mi esposo y yo lo discutamos con toda tranquilidad y que analicemos los pros y los contras que conlleva esto.–No se preocupe, señora Treviño. Por nosotros no hay problema.Helena me estaba haciendo quedar en ridículo como si mi opinión no valiera o no fuera lo suficientemente importante.–Tomaremos la visita guiada y mañana les informaremos la decisión que tomemos y si es positiva, vendremos a inscribir a nuestra hija.Tuve que mostrarme diplomático porque en caso de convencer a la terca de Helena, aquí iba a asistir mi hija y no iba a ponerme a armar un escándalo que pudiera perjudicar su ingreso, pues no iban a querer a padres problemáticos.–Cuando estén listos, vamos a la visita guiada.La directora era una señora muy amable y cordial.–No la demoremos más, vamos.Helena, Julie
Capítulo 19HelenaLos problemas con Santiago, en lugar de calmarse, eran peores y eso empañaba un poco mi forma positiva de ver la vida. Tenía que hacer algo para que él mismo se percatara que con sus actitudes no iba a lograr que yo cediera a lo que él quisiera y menos tratándose de Julieta, en quién yo también tenía derechos.–Helena, aquí están los datos de la guardería integradora que me pediste.Ximena colabora siempre con eficiencia en lo que le pido, por eso se gana cada aumento y propina extra que le doy por su buena disposición para trabajar.–Muchas gracias Ximena, me has comentado que tus sobrinos asisten a esa guardería, por estar muy bien.–Sí, ellos asisten ahí los tres. Está muy bien la guardería, bien vale la pena que vayas a verla. Aunque deseo que no te guste, no quiero que deje de venir Julieta a la tienda.Ximena estaba muy encantada con mi hija, sería una gran madre ahora que empezara a tener a sus hijos.–Yo tampoco quisiera, me gusta tener con nosotras a Juliet
Capítulo 20HelenaSantiago me estaba demostrando que, aunque tenía su mal carácter, las ocasiones que se había llevado o quedado cuidando a Julieta lo estaba haciendo bien. No tenía ningún inconveniente que se la llevara.–Puedes llevarla Santiago, te prepararé la mochila para que lleves todo lo que necesita Julieta.–Gracias.Acomodé en la mochila de mi pequeña todo lo necesario, incluida una muda extra de ropa, los niños siempre se ensucian y no falta que surja un inconveniente con ellos. Por eso yo prevenía y mandaba con todo a Julieta.–Aquí tienes la mochila. Por favor cuídala mucho y nos vemos más tarde en la casa.Santiago era un prepotente, no tenía ni educación para dar las gracias en muchas ocasiones y tampoco me dejaba despedirme de Julieta en las ocasiones que él se la llevaba, pero mi niña esta vez se había despedido de mí, sin nadie contar con eso.–Te han dejado sola Helena, deberías hacer algo para ti.Ximena se percataba de la carga que yo estaba llevando a cuestas y
Capítulo 21HelenaGloria salió a ayudarme a bajar unas bolsas que traía de la tienda de regalos, pensaba en ocupar el tiempo en lo que estaban ausentes Santiago y Julieta para hacer unos adornos de unas cajas de dulces nuevas que llegaron a la tienda.–Señora Helena, ¿gusta que le prepare algo de cenar?–Muchas gracias, pero ya cené. Si quieres, puedes ir a descansar Santiago y Julieta, supongo que tardarán en llegar.No quería molestar a Gloria, si se me llagaba a antojar algo, yo misma lo haría.–Buenas noches, señora Helena.–Buenas noches, Gloria.Ella se retiró a descansar y yo me fui a poner cómoda con un conjunto deportivo a mi habitación, salí y acomodé todo para ponerme a hacer lo de los adornos. Me senté a trabajar en ello y el recuerdo de Karla apareció, tal vez porque con ella siempre hacíamos esos arreglos juntas.–Flashback––Helena, es que no te imaginas a ese guapísimo hombre con el que pasé la noche de ayer, es algo de no creer, pues no pensé que se iba a fijar en mí