Capítulo 62HelenaNo quería saber de Santiago en mucho tiempo, sin querer mi llanto se presentó sin buscar que saliera. No era momento de llorar, era momento de sentirme furiosa con Santiago y solamente de eso.–No tienes que llorar Helena, tu hermana y yo estamos aquí para apoyarte.Mi mamá entró a la habitación y el patrón se repetía con ella siempre que tenía un problema, llegaba a reprenderme en lugar de ser empática conmigo.–Hola, mamá, que bueno que han podido venir ahora que es cuando más las necesito. –Siempre y cuando no me vayas a correr como lo has hecho con el santo de tu marido, ese hombre ha pasado un calvario cuidándote y descuidando a mi nieta para que lo hayas corrido así.Mi mamá, como era su costumbre, se ponía siempre del lado de cualquier otra persona, mientras que no fuera del mío. Ella nunca se haría de mi lado.–Mamá, que bueno que pienses que Santiago es un santo, tú no sabes lo que pasó hasta ahora y me alegro, no haberte dicho nada o me habrías juzgado.M
Capítulo 63SantiagoHelena pasó algunos días más, muy delicada todavía en el hospital. Me dolía que en todos los días que permaneció ingresada, no quiso verme ni saber de mí para nada y por ello me tuve que concentrar en la única mujer que me amaba mucho y que sí me quería a su lado, mi niña Julieta. –Papi, has venido todos los días por mí al kínder.Mi pequeña me abrazó con mucho amor, yo la cargué y la llené de besos.–Sí, mi amor, así va a ser de ahora en adelante. Voy a venir a recogerte todos los días.–Gracias papito, te quiero mucho.–Yo a ti también mi amor. Vamos a casa, para que comamos juntos y hagamos tu tarea.–Sí, papi.Mi pequeña y yo nos dirigimos a casa, comimos juntos y yo le ayudé a hacer la tarea como todos los días, después llegó mi primo Iván de la empresa y nos pusimos a jugar los tres.–Tío Iván, que bueno que llegaste. Vamos a jugar un rato más contigo.–Sí, mi hermosa sobrina.Iván y mi hermosa Julieta se entendían a la perfección y eso me agradaba, ellos j
Capítulo 64HelenaSeguí asistiendo a pláticas con la tanatóloga después de dejar el hospital, ella me estaba ayudando a tener resignación de la perdida de mi bebé, pero en algo ella no me podía ayudar, en que yo pudiera sentir las ganas o el ánimo de ver a Santiago, pensaba en ocasiones que nunca debí perdonarlo ni reconciliarme con él.–Cuñada, quiero que te pongas hermosa y que vayamos a dar una vuelta a la playa. Ya ha pasado tiempo desde que saliste del hospital y ya no corres peligro.Lo que Clara me estaba diciendo era verdad, yo ya no tenía problema en hacer mi vida normal, ya estaba recuperada de la cirugía y de la descompensación que tuve, podría ir a la tienda a trabajar como siempre, pero no quería hacer eso.–No, cuñada, te agradezco que desde que Santiago y Julieta volvieron a su casa, tú estés aquí conmigo viviendo y ayudándome, pero no saldré a ningún lado contigo y te pido que me entiendas.No era tan fácil como la gente pensaba, yo era la que se había muerto por dent
Capítulo 65SantiagoEra el día de la salida del kínder de mi hermosa hija, yo estaba orgulloso de ella por esta etapa que estaba terminando de su vida y porque cada día que pasaba, mi hija estaba más grande y más hermosa. Mi hermana Elsa, la peinó muy bonito para ir a recibir su certificado del kínder.–Qué sobrina tan bella tengo, te ves hermosa Julieta.No es porque fuera mi hija, pero Julieta, cada día se iba poniendo más bonita, y también se lo atribuía a su personalidad, porque era una niña que se hacía querer.–Gracias, tía Elsa, por peinarme te quiero mucho.–Yo también te quiero a ti, y te tengo muchos regalos en casa de tu abuela Esther.Mi hija estaba muy contenta por fuera, pero por dentro algo estaba opacando su felicidad y ese algo era que teníamos ya 5 meses, ella y yo, sin saber nada de Helena, nos había abandonado a nuestra suerte.–Gracias Elsa, por venir a peinar a Julieta, va a ser la niña mejor peinada de la graduación.Yo trataba por todos los medios de que mi hi
Capítulo 66SantiagoSí, Helena estaba decidida a no regresar con mi hija y conmigo, yo no la iba a estar esperando. Planee llevarme a mi hija a un viaje que a todos los niños les gustaría ir, planee llevármela a Disney y tenía que ver a Helena antes que se fuera al lugar que fuera a irse para que me firmara el permiso, era todo lo que faltaba ya habíamos sacado juntos el pasaporte y la visa de Julieta.–Hola Helena, me da gusto que ya estés de regreso en tu tienda.–Hola Santiago, lo que vengas a decir hazlo. No tengo ganas de verte.Habíamos retrocedido al lugar en el que empezó todo entre ella y yo, en ser dos personas que no se aguantaban la una a la otra. Excepto que ahora la del problema es ella y no yo. Yo estaba bien y no quería problemas con ella ni con nadie.–Helena, no vengo para discutir contigo y no quiero que sigas en esa actitud. Vine por el permiso de Julieta, necesito tu firma y para preguntarte de nuevo si no te interesa ir con nosotros a Disney.–Santiago, dame el
Capítulo 67HelenaSantiago creía que no me dolió todo lo que me dijo de estar perdiendo tiempo en la vida de mi hija y estaba equivocado. Al día siguiente de verlo yo iba a partir de viaje con la única persona que quería ver y que me entendía con mi hermanita Kelly, haríamos un viaje de hermanas para celebrar su mayoría de edad.–Helena, esto es de mi parte para Kelly. No la veré mañana y no sé si cuando vuelvan del viaje, pasen por aquí.Ximena seguía a mi lado a pesar de mis malos tratos y de mis cambios de humor tan bruscos e insoportables. Eso era la esencia de una verdadera amiga.–Ximena, siento mucho como me he comportado y sé que tú me entiendes. Sabes el dolor de perder a un hijo, tú perdiste a tu primer bebé antes que naciera Tammy.–Sí, te comprendo y no te pienso decir nada más. Te hará bien viajar con Kelly ustedes dos solas y conocer el mundo, así piensas en otras cosas y te distraes.–Gracias por tu regalo, le encantará a mi hermanita.Estuve un rato más en la tienda h
Capítulo 68SantiagoRentamos un avión familiar privado que nos llevaría a Disney a toda la familia, íbamos varios primos, tíos y sobrinos y Julieta estaba feliz. Allá nos instalamos en unas ocupaciones que reservamos para toda la familia y salimos a llevar a los pequeños a los parques temáticos, ellos estaban felices.–Papá, voy a conocer a los muñecos de la tele.Julieta era la más emocionada, no sé lo que le habían dicho su tía Clara y su tía Elsa, pero ella estaba feliz.–Sí, mi amor, espero que no quieran que te quedes tú en Disney. Eres una princesa y dirán que eres hermosa para vivir en un reino normal.–Sí lo soy. Papá he tenido sueños, dónde veo a una señora parecida a mí y me dice hija, pero no es mi mamá.Julieta me contó algo que me encendió las alarmas, ella podía estar soñando con Karla con su verdadera madre y la culpa de todo esto la tenía Helena. Por estar descuidando a nuestra hija, yo no quería que eso afectara a Julieta psicológicamente.–Julieta, mi amor, segurame
Capítulo 69HelenaMi viaje con mi hermanita Kelly resultó ser mucho mejor de lo que ambas lo habíamos planeado, recorrimos varios lugares hermosos y nos estaba ayudando mucho a las dos pasar ese tiempo de hermanas, además era un viaje de descubrimiento para Kelly y para que ella se fuera definiendo de lo que quería hacer en la vida.–Este hotel es hermoso, Helena. Ha sido un sueño este viaje para mí en el que celebro mi mayoría de edad.Mi hermana Kelly estaba contenta con el regalo que yo le había dado, al hacer este viaje juntas, estábamos saliendo de la rutina en la que estaban nuestras vidas.–A mí también me está gustando hacer este viaje contigo, hermana. Me siento muy feliz de poder viajar contigo y me ha servido mucho ¿Ya pensaste lo que vas a estudiar? Ya que mamá y tú se mudaron definitivamente a Playa del Carmen.–No lo sé, Helena. Quisiera que por el hecho de que vivimos donde hay mar, poder estudiar algo relacionado con la vida marina, sería lo máximo para mí.Mi hermani