Capítulo 41SantiagoLa ocasión que no llegué al evento de mi hija de padres e hijos, tuve un fuerte problema con Helena, uno que hubiera deseado no tener porque me resultaba tedioso estar discutiendo nuevamente con ella, por ello esta noche me iré de juerga con mi primo Iván con el motivo de celebrar su divorcio.–Señor Santiago, va a salir de nuevo. Pensé que ya se iba a establecer un poco más en casa, después de fallarle a la pequeña Julieta.Gloria siempre se había preocupado por mí y se lo agradecía, se podía decir que más que una empleada ella había sido mi nana, pero no por ello se iba a meter en mis asuntos.–Saldré solo un rato, aquí está Iván y por favor te pido que le arregles una habitación, lo pienso instalar aquí en casa.–No veo prudente que instale en la casa a nadie, señor Santiago. Hasta no saber si su relación con la señora Helena se va a retomar.Aquí nadie iba a retomar nada, eso ya se había acabado, yo no le iba a rogar a nadie que estuviera en mi vida, si ella s
Capítulo 42SantiagoPasaron días después de la fiesta de Osvaldo en los que yo no me sentía para nada bien y caí más en la adicción del alcohol. Mi primo Iván y Gloria estuvieron ayudándome a que pudiera comer y hacer mis necesidades básicas y hasta estuve ausente en la empresa por ese motivo.–Santiago, tienes que olvidarte ya de Cinthia. Ella formó parte de tu vida y cuando se casó con Alexis ya no era nada tuyo.Pero ella se había burlado de mí, me había dejado, tanto como yo la había amado, sí me dejó sin darme ninguna explicación.–Todas las mujeres me abandonan Iván, no sé qué tengo por lo que ellas siempre deciden huir de mi lado.Me lamentaba en cada oportunidad que tenía, toda la culpa era mía por no saber escoger al tipo de mujeres con las que me relacionaba, era un estúpido en ese aspecto.–Primo no quería decirte esto, tú con tus malos tratos alejas a las mujeres y no solo a ellas, a muchas personas que te rodean.Ahora el culpable era yo, pues ellas sabían a qué se atení
Capítulo 43SantiagoEstaba yendo bien en mi camino por rehabilitarme y me estaba ayudando eso también, para atreverme a hacer algo que llevaba tiempo postergando, el ir a visitar a mi madre. Clara me ha estado llamando y ahora que por fin logró que le dieran el cambio de su trabajo aquí, quiere que podamos convivir en familia.–Santiago, me da mucho gusto primo la decisión que estás tomando de ir a ver a mi tía.Mi primo Iván fue alguien que me apoyó en eso de forma incondicional.–Lo sé primo, pero no sé mi madre como va a tomar el que no ha sabido nada de mi vida y menos no sé si aceptará a Julieta como su nieta, por eso la iré a ver yo solo primero.No quería que mi hija sufriera algún rechazo, en su vida, ya con los que había sufrido yo, era más que suficiente.–Santiago, las madres siempre serán nuestras madres. Eres muy suertudo primo por tener aún a mi tía con vida, yo quisiera volver el tiempo atrás para disfrutar de momentos con mi mamá. Mi primo, se había visto demasiado a
Capítulo 44HelenaSantiago se veía mejor desde que se volvió a rehabilitar y tengo que reconocer, que admiro su fuerza de voluntad para hacerlo por él mismo y por Julieta. Hoy, cuando nuestra hija salga del kínder, él se la iba a llevar para ir a ver a su abuela Esther y a sus tías Clara y Elsa.–Hola, Helena. No tenías que haber venido tú al kínder, yo me llevaré a Julieta.Yo tenía mi propia forma de hacer mis cosas, yo tenía una convivencia con Julieta, teníamos reglas y yo me iría a despedir de mi hija a donde fuera, no era por ningún otro motivo.–Hola, Santiago. Quise venir solo a despedirla, no he olvidado que hoy te llevas a nuestra hija.–Ya que aún no han salido los niños del kínder, quiero hablarte de algo si tienes tiempo y actitud de escuchar.Claro que lo iba a escuchar, no tenía caso seguir enojada por algo que no funcionó entre él y yo. Era obvio que él y yo siempre vamos a tener ese nexo que nos une, que se llama Julieta y que es nuestra hija y eso siempre estaría po
Capítulo 45SantiagoMi vida laboral y familiar con Julieta estaba estableciéndose normalmente, pero en el ámbito personal me estaba derrumbando, mi fracaso con Helena me recordaba mis anteriores relaciones fallidas en las que Cinthia y Alicia se marcharon de mi vida, sin importarles el amor que yo les daba.–Primo, no estés deprimido. Vamos a caminar un rato y así nos desaburrimos.–Me parece justo, que vayamos.Mi primo no quería estar tanto tiempo en la casa y por ello nos fuimos a caminar. Yo no acostumbraba esto de salir a caminar, porque eso inevitablemente te pone a pensar y eso era lo que yo quería evitar, pensar en las mujeres que me abandonaron.–Santiago, hay mucha gente para entrar en ese lugar. Vayamos a ver a lo mejor están dando de probar comida.–Primo, tú solo piensas en querer que nos den a probar comida. Pero, ya hiciste que me diera curiosidad y hambre, así que vamos.Nos mezclamos entre la multitud de personas que llegaban a ese lugar y nos dimos cuenta de que deb
Capítulo 46HelenaJulieta estaba creciendo muy rápido y me era cada vez más difícil ocultarle las cosas o tratar de explicárselas de otra manera. Ahora estando en el kínder, me preguntaba más seguido por su padre y eso afectaba porque yo, no quería tocar con ella el tema de Santiago.–Sé por lo que estás pasando cuñada y no es que yo quiera abogar por mi hermano, pero ha estado cambiando mucho para bien.Clara tenía días en Playa del Carmen y habíamos ido juntas a llevar a Julieta al kínder y ella me vino a acompañar un rato a mi tienda de regalos, ya que Ximena estaba de vacaciones.–Descuida, Clara, yo sé que no abogas por él con mala intensión. Tú quisieras que arregláramos lo nuestro por Julieta, pero como comprenderás lo que él me hizo ha sido imperdonable.Ni con todas las terapias de pareja eso se iba a quitar de mi mente, solo tendría que ocurrir un milagro, algo que de verdad hiciera cambiar definitivamente a Santiago.–Te comprendo y por eso no te pido que regreses con él,
Capítulo 47HelenaEstaba disfrutado del beso, pero no podía continuar o no me iba a poder contener. Deseaba a Santiago y había extrañado sus labios y esos besos, por todo este tiempo, a él no le importó, lo que le dije y volvió a besarme más apasionadamente que en el beso anterior.Su boca me tomó con tanta intensidad, obligando a que la mía se abriera y a que su lengua y la mía se enredaran como tanto tiempo lo hicieron, presas del deseo y en mi caso, también del amor que seguía sintiendo por él. –Suéltame, Santiago.Lo empujé para alejarlo de mí. Necesitaba irme lejos de su alcance, para que no me volviera a hacer esto. Me regañé a mí misma por haber caído en la tentación de responderle el beso.–No sé a qué vienes, si sabes perfectamente lo que quiero de ti. No te hagas diciéndome que no es lo mismo que quieres tú.Yo no quería entrar en contradicciones, pues había ido única y exclusivamente para ver en que lo ayudaba y poder rehacer nuestra amistad por el bien de Julieta, el que
Capítulo 48SantiagoPasaron unos pocos días después del acercamiento que habíamos tenido Helena y yo, el día que hablamos en mi oficina y aunque me habría encantado seguir pensando más en cómo poder estar nuevamente con ella y en pelear por esa oportunidad, lo cierto era que en estos instantes de mi vida, no podía.–Primo, no he sido compatible yo tampoco con mi prima Elsa y el tiempo se le está acabando.Mi primo Iván se había ofrecido a hacerse las pruebas de compatibilidad para ver sí él podía ser un posible donador para mi hermana, pero no había resultado ser compatible.–Gracias, primo, por haberlo intentado. Yo seré el donante para Elsa, toda mi vida la he echado a la basura y quiero darle algo de mí a alguien que sé que lo aprovechará.Ya no había que pensarlo más, porque ya no íbamos a tener tiempo para esperar a otro posible donante y yo estaba listo para darle una oportunidad de vida a mi hermana.–Por nada, primo. Yo no quería que te tocara donarlo a ti, porque sabes que h