Capítulo 47HelenaEstaba disfrutado del beso, pero no podía continuar o no me iba a poder contener. Deseaba a Santiago y había extrañado sus labios y esos besos, por todo este tiempo, a él no le importó, lo que le dije y volvió a besarme más apasionadamente que en el beso anterior.Su boca me tomó con tanta intensidad, obligando a que la mía se abriera y a que su lengua y la mía se enredaran como tanto tiempo lo hicieron, presas del deseo y en mi caso, también del amor que seguía sintiendo por él. –Suéltame, Santiago.Lo empujé para alejarlo de mí. Necesitaba irme lejos de su alcance, para que no me volviera a hacer esto. Me regañé a mí misma por haber caído en la tentación de responderle el beso.–No sé a qué vienes, si sabes perfectamente lo que quiero de ti. No te hagas diciéndome que no es lo mismo que quieres tú.Yo no quería entrar en contradicciones, pues había ido única y exclusivamente para ver en que lo ayudaba y poder rehacer nuestra amistad por el bien de Julieta, el que
Capítulo 48SantiagoPasaron unos pocos días después del acercamiento que habíamos tenido Helena y yo, el día que hablamos en mi oficina y aunque me habría encantado seguir pensando más en cómo poder estar nuevamente con ella y en pelear por esa oportunidad, lo cierto era que en estos instantes de mi vida, no podía.–Primo, no he sido compatible yo tampoco con mi prima Elsa y el tiempo se le está acabando.Mi primo Iván se había ofrecido a hacerse las pruebas de compatibilidad para ver sí él podía ser un posible donador para mi hermana, pero no había resultado ser compatible.–Gracias, primo, por haberlo intentado. Yo seré el donante para Elsa, toda mi vida la he echado a la basura y quiero darle algo de mí a alguien que sé que lo aprovechará.Ya no había que pensarlo más, porque ya no íbamos a tener tiempo para esperar a otro posible donante y yo estaba listo para darle una oportunidad de vida a mi hermana.–Por nada, primo. Yo no quería que te tocara donarlo a ti, porque sabes que h
Capítulo 49HelenaSantiago pasó su última tarde feliz al lado de Julieta y esa noche se fue a internar al hospital para que lo prepararan para la cirugía. Mi hija, estaba muy triste y sé que, aunque Santiago no le explicó nada, ella por algún motivo se daba cuenta.–Mami, ¿mi papi se va a morir?Mi pequeña estaba asustada al punto de hacerme esa pregunta que no quería pensar, Santiago tenía que recuperarse, él tenía que salir bien de todo esto.–No mi amor, tu papá no se va a morir y no quiero que pienses eso, ¿se divirtieron? Le quería cambiar el chip a mi niña, a esta edad no podía estar pensando en la muerte, era un tema tabú, para los más jóvenes.–Sí, mami, fuimos a ver unos peces y a la playa. Hicimos castillos de arena y recogimos conchitas.Julieta sacó una de sus bolsitas y estaba llena de conchas de mar. Las colocó en la cama todas en una fila para mostrármelas.–Estaban en el fondo del mar, mami. Mi papi y yo nos metimos un poco y las sacamos, estas conchas son hermanas p
Capítulo 50HelenaLa mamá de Santiago fue de mi agrado por completo, tenía un carácter fuerte y agradable, no sé qué le habrá dicho Santiago de mí, pero sea lo que hubiese sido ella se pudo percatar que yo era una mujer de carácter y tal vez por eso le agradé para su hijo.–Mamá ya han pasado muchas horas, me está dando un poco de ansiedad.Clara manifestaba su desesperación, ella no tenía el carácter de la señora Esther y se le veía en su lenguaje corporal que hasta presentaba sudoración por no tener aún noticias de Santiago.–Ya no deben de demorarse mucho los doctores, no es una cirugía fácil. En ella influyen demasiados factores.Desde luego que ese era un procedimiento muy delicado y debían tomar todas las precauciones, pero a mi parecer también se estaban demorando demasiado.–No te preocupes, Clara todo va a salir bien y los doctores traerán consigo buenas noticias.Yo estaba nerviosa, pero no demasiado. Con Karla estuve mucho tiempo en los hospitales y me daba cuenta de que l
Capítulo 51SantiagoDías después de mi cirugía, pudimos vernos Elsa y yo estando internados los dos todavía en el hospital. Lo más increíble de ello era que ella se estaba recuperando antes que yo y a mí me estaba costando, siempre era sabido que los que somos donadores, nos cuesta más recuperarnos.–Hola, Elsa te ves muy bien hermana.–Hola, Santiago. No solo me veo, me siento muy bien y aunque sé que esto es un proceso largo, gracias a ti podré llevar una vida normal. Además, he descompuesto tu cuerpo, ahora tendrás una cicatriz enorme de por vida.En ese aspecto yo no me preocupaba, había salvado la vida de mi hermana, que era lo que teníamos que celebrar dada su importancia.–Eso no importa, esa cicatriz la llevaré con gusto por lo que significa que tendré marcado mi cuerpo, pero a cambio tendré mucho tiempo a mi hermana.Elsa y yo nos estábamos uniendo más como hermanos, ella se dio cuenta de lo que tuvo que ser para mí, el darle un riñón y el Santiago déspota que era antes no s
Capítulo 52HelenaSantiago se estaba recuperando favorablemente de la cirugía y una vez que estuvieron él y Elsa fuera de peligro y en condiciones de irse a casa, los doctores los dieron de alta. Julieta se quedó con Ximena en la tienda en lo que yo fui a recoger a Santiago al hospital para llevarlo a nuestra casa, Gloria ya se había instalado ese día temprano y tendría todo preparado para recibir a Santiago.–Hola, Santiago, he venido por ti para llevarte a casa.Ya tenía muchas ganas de que Santiago ya estuviera en la casa, va a ser algo diferente para los dos, ya que la convivencia se va a iniciar de nuevo.–Hola, Helena, es lo que yo más deseo el poder irme a casa. Esperé tanto para poder hacerlo, quiero ver a mi hija.Santiago estaba ansioso por irse de este lugar y en su lugar quién no lo estaría, no es grato para nadie pasar por cuestiones difíciles de salud y menos de algo tan delicado como a lo que él estuvo sometido.–Vamos a casa, te dejaré con Gloria en lo que regreso a l
Capítulo 53SantiagoHelena, quería estar lejos de mí porque no quería reanudar lo nuestro, al menos no me lo quería poner tan fácil y de ello yo me percataba al ver sus esfuerzos por alejarse de mí, yo trataba de no presionarla y lo hacía inconscientemente. No tenerla en mis brazos me desesperaba y aunque ella tenía muchas barreras entre nosotros, no estaba siendo capaz de sostenerlas.–Helena, no nos hagas esto. Sabes que los dos, nos estamos muriendo por estar de nuevo juntos y lo sabes.Por lo menos yo, estaba muriendo en vida al no poderla tener como me gustaría tenerla, entre mis brazos, amándola como debería ser.–Tengo mucho temor a ser engañada de nuevo por ti, no puedo permitir que me sigas besando cada vez que quieres. No está bien, Santiago.Ella tenía razón, en este largo tiempo en el que me he recuperado por completo de la cirugía, al estar viviendo con ella y con mi hija se me escapaba la tentación de besarla, cada vez que teníamos la oportunidad.–No haré nada que te l
Capítulo 54SantiagoEl doctor que me estaba atendiendo me permitió que pudiera salir de vacaciones unos cuantos días y eso iba a alegrar mucho a Helena, que estaba muy ocupada últimamente en su tienda de regalos, por todo el tiempo que dedicó cuidándome mientras estuve delicado. Me tomé el tiempo de comprar un ramo de flores antes de ir a ver a mi esposa.–Hola mi amor, no sabía que ibas a venir a esta hora.Ella no me esperaba y de eso se trataba, porque la sorpresa que tenía preparada para ella no me la podía callar mucho tiempo.–Hola, amor. Las flores son para ti, vine porque quiero decirte algo, ¿podemos hablar en tu oficina?La rodeé con mis brazos y la besé como siempre con mucho amor y con pasión, algo que nunca nos faltaba a nosotros dos.–De acuerdo, pasemos amor.–Te sigo, mi vida.Saludé a Ximena solo de lejos con un movimiento de mi mano, ella estaba demasiado ocupada atendiendo a unos clientes. Helena y yo entramos a su oficina, ella acomodó las flores en un florero y v