Capítulo 44HelenaSantiago se veía mejor desde que se volvió a rehabilitar y tengo que reconocer, que admiro su fuerza de voluntad para hacerlo por él mismo y por Julieta. Hoy, cuando nuestra hija salga del kínder, él se la iba a llevar para ir a ver a su abuela Esther y a sus tías Clara y Elsa.–Hola, Helena. No tenías que haber venido tú al kínder, yo me llevaré a Julieta.Yo tenía mi propia forma de hacer mis cosas, yo tenía una convivencia con Julieta, teníamos reglas y yo me iría a despedir de mi hija a donde fuera, no era por ningún otro motivo.–Hola, Santiago. Quise venir solo a despedirla, no he olvidado que hoy te llevas a nuestra hija.–Ya que aún no han salido los niños del kínder, quiero hablarte de algo si tienes tiempo y actitud de escuchar.Claro que lo iba a escuchar, no tenía caso seguir enojada por algo que no funcionó entre él y yo. Era obvio que él y yo siempre vamos a tener ese nexo que nos une, que se llama Julieta y que es nuestra hija y eso siempre estaría po
Capítulo 45SantiagoMi vida laboral y familiar con Julieta estaba estableciéndose normalmente, pero en el ámbito personal me estaba derrumbando, mi fracaso con Helena me recordaba mis anteriores relaciones fallidas en las que Cinthia y Alicia se marcharon de mi vida, sin importarles el amor que yo les daba.–Primo, no estés deprimido. Vamos a caminar un rato y así nos desaburrimos.–Me parece justo, que vayamos.Mi primo no quería estar tanto tiempo en la casa y por ello nos fuimos a caminar. Yo no acostumbraba esto de salir a caminar, porque eso inevitablemente te pone a pensar y eso era lo que yo quería evitar, pensar en las mujeres que me abandonaron.–Santiago, hay mucha gente para entrar en ese lugar. Vayamos a ver a lo mejor están dando de probar comida.–Primo, tú solo piensas en querer que nos den a probar comida. Pero, ya hiciste que me diera curiosidad y hambre, así que vamos.Nos mezclamos entre la multitud de personas que llegaban a ese lugar y nos dimos cuenta de que deb
Capítulo 46HelenaJulieta estaba creciendo muy rápido y me era cada vez más difícil ocultarle las cosas o tratar de explicárselas de otra manera. Ahora estando en el kínder, me preguntaba más seguido por su padre y eso afectaba porque yo, no quería tocar con ella el tema de Santiago.–Sé por lo que estás pasando cuñada y no es que yo quiera abogar por mi hermano, pero ha estado cambiando mucho para bien.Clara tenía días en Playa del Carmen y habíamos ido juntas a llevar a Julieta al kínder y ella me vino a acompañar un rato a mi tienda de regalos, ya que Ximena estaba de vacaciones.–Descuida, Clara, yo sé que no abogas por él con mala intensión. Tú quisieras que arregláramos lo nuestro por Julieta, pero como comprenderás lo que él me hizo ha sido imperdonable.Ni con todas las terapias de pareja eso se iba a quitar de mi mente, solo tendría que ocurrir un milagro, algo que de verdad hiciera cambiar definitivamente a Santiago.–Te comprendo y por eso no te pido que regreses con él,
Capítulo 47HelenaEstaba disfrutado del beso, pero no podía continuar o no me iba a poder contener. Deseaba a Santiago y había extrañado sus labios y esos besos, por todo este tiempo, a él no le importó, lo que le dije y volvió a besarme más apasionadamente que en el beso anterior.Su boca me tomó con tanta intensidad, obligando a que la mía se abriera y a que su lengua y la mía se enredaran como tanto tiempo lo hicieron, presas del deseo y en mi caso, también del amor que seguía sintiendo por él. –Suéltame, Santiago.Lo empujé para alejarlo de mí. Necesitaba irme lejos de su alcance, para que no me volviera a hacer esto. Me regañé a mí misma por haber caído en la tentación de responderle el beso.–No sé a qué vienes, si sabes perfectamente lo que quiero de ti. No te hagas diciéndome que no es lo mismo que quieres tú.Yo no quería entrar en contradicciones, pues había ido única y exclusivamente para ver en que lo ayudaba y poder rehacer nuestra amistad por el bien de Julieta, el que
Capítulo 48SantiagoPasaron unos pocos días después del acercamiento que habíamos tenido Helena y yo, el día que hablamos en mi oficina y aunque me habría encantado seguir pensando más en cómo poder estar nuevamente con ella y en pelear por esa oportunidad, lo cierto era que en estos instantes de mi vida, no podía.–Primo, no he sido compatible yo tampoco con mi prima Elsa y el tiempo se le está acabando.Mi primo Iván se había ofrecido a hacerse las pruebas de compatibilidad para ver sí él podía ser un posible donador para mi hermana, pero no había resultado ser compatible.–Gracias, primo, por haberlo intentado. Yo seré el donante para Elsa, toda mi vida la he echado a la basura y quiero darle algo de mí a alguien que sé que lo aprovechará.Ya no había que pensarlo más, porque ya no íbamos a tener tiempo para esperar a otro posible donante y yo estaba listo para darle una oportunidad de vida a mi hermana.–Por nada, primo. Yo no quería que te tocara donarlo a ti, porque sabes que h
Capítulo 49HelenaSantiago pasó su última tarde feliz al lado de Julieta y esa noche se fue a internar al hospital para que lo prepararan para la cirugía. Mi hija, estaba muy triste y sé que, aunque Santiago no le explicó nada, ella por algún motivo se daba cuenta.–Mami, ¿mi papi se va a morir?Mi pequeña estaba asustada al punto de hacerme esa pregunta que no quería pensar, Santiago tenía que recuperarse, él tenía que salir bien de todo esto.–No mi amor, tu papá no se va a morir y no quiero que pienses eso, ¿se divirtieron? Le quería cambiar el chip a mi niña, a esta edad no podía estar pensando en la muerte, era un tema tabú, para los más jóvenes.–Sí, mami, fuimos a ver unos peces y a la playa. Hicimos castillos de arena y recogimos conchitas.Julieta sacó una de sus bolsitas y estaba llena de conchas de mar. Las colocó en la cama todas en una fila para mostrármelas.–Estaban en el fondo del mar, mami. Mi papi y yo nos metimos un poco y las sacamos, estas conchas son hermanas p
Capítulo 50HelenaLa mamá de Santiago fue de mi agrado por completo, tenía un carácter fuerte y agradable, no sé qué le habrá dicho Santiago de mí, pero sea lo que hubiese sido ella se pudo percatar que yo era una mujer de carácter y tal vez por eso le agradé para su hijo.–Mamá ya han pasado muchas horas, me está dando un poco de ansiedad.Clara manifestaba su desesperación, ella no tenía el carácter de la señora Esther y se le veía en su lenguaje corporal que hasta presentaba sudoración por no tener aún noticias de Santiago.–Ya no deben de demorarse mucho los doctores, no es una cirugía fácil. En ella influyen demasiados factores.Desde luego que ese era un procedimiento muy delicado y debían tomar todas las precauciones, pero a mi parecer también se estaban demorando demasiado.–No te preocupes, Clara todo va a salir bien y los doctores traerán consigo buenas noticias.Yo estaba nerviosa, pero no demasiado. Con Karla estuve mucho tiempo en los hospitales y me daba cuenta de que l
Capítulo 51SantiagoDías después de mi cirugía, pudimos vernos Elsa y yo estando internados los dos todavía en el hospital. Lo más increíble de ello era que ella se estaba recuperando antes que yo y a mí me estaba costando, siempre era sabido que los que somos donadores, nos cuesta más recuperarnos.–Hola, Elsa te ves muy bien hermana.–Hola, Santiago. No solo me veo, me siento muy bien y aunque sé que esto es un proceso largo, gracias a ti podré llevar una vida normal. Además, he descompuesto tu cuerpo, ahora tendrás una cicatriz enorme de por vida.En ese aspecto yo no me preocupaba, había salvado la vida de mi hermana, que era lo que teníamos que celebrar dada su importancia.–Eso no importa, esa cicatriz la llevaré con gusto por lo que significa que tendré marcado mi cuerpo, pero a cambio tendré mucho tiempo a mi hermana.Elsa y yo nos estábamos uniendo más como hermanos, ella se dio cuenta de lo que tuvo que ser para mí, el darle un riñón y el Santiago déspota que era antes no s