Capítulo 36SantiagoHelena se había ido de mi vida y yo pasaba por una metamorfosis en mi estado de ánimo, había días que sí la extrañaba y otros que no lo hacía. Yo no quería sentir nada por ella y agradecía que se hubiera ido antes de volver a sufrir lo que pasé, por ello me metía de lleno en mi trabajo y en varias fiestas para ser quién era.–Hola amigo, ahora sí se puede decir que ya regresó el Santiago de siempre.Mi amigo Arturo ya estaba percatándose del cambio en mi forma de ser y eso me gustaba que vieran al Santiago que era, antes de todo, mi fracaso con Helena y con Alicia.–Nunca se fue amigo, hoy nos vamos de fiesta nuevamente y ya he convocado a unas mujeres que están de lujo.Mi vida volvía a ser la de antes, que todo lo malo se quedara allá donde lo había dejado, nadie podía señalarme, porque yo había ahecho las cosas bien, porque en ningún momento yo le había ofrecido el cielo y las estrellas a Helena, ella se había creado falsas esperanzas, que era muy distinto.–Mu
Capítulo 37HelenaHabía pasado tiempo desde que dejé la casa de Santiago y aunque me había dolido demasiado, yo no se lo iba a demostrar, pesé a que mi mamá y mi hermana ya se habían ido porque se terminaron sus vacaciones. Hoy era un día muy importante y nada lo iba a empañar, hoy Julieta ingresaba al kínder.–Mamita, hoy voy a ir al kínder, ¿va a ser divertido?Mi hija, estaba muy despierta y ahora estaba en esa etapa que todos los niños tienen de querer saber lo que pasará, al entrar a otra escuela.–Será más divertido que la guardería mi amor.La tomé en mis brazos y le puse unos moñitos que le compramos Ximena y yo para que los luciera en este día tan especial.–Me gustaba más el uniforme de la guardería mamita.–Aquel no era uniforme mi amor, era una batita y en el kínder te darán uno nuevo.Julieta ya estaba lista y salimos de la que ahora era nuestra casa, para ir a llevarla al kínder y me alegré y al mismo tiempo me indigné al no ver a Santiago para ir a llevar a Julieta, pe
Capítulo 38HelenaEstuvimos ocupadas Ximena y yo en la tienda y su hija era un angelito, se quedaba dormida casi todo el día dejando a su mamá trabajar y por la tarde, vino su papá para llevársela. Yo había salido solamente para recoger a Julieta del kínder y ella, estaba aquí con nosotras.–Helena, te he visto meditabunda y pensativa en este tiempo. Sé que no soy una persona que se meta en asuntos ajenos, pero no quiero que sufras por lo que pasaste hace años.Ese no era el motivo de mi desgano en todo lo que hacía, últimamente, eso ya lo había superado, no podía vivir con eso, además Julieta había sido la cura para todos mis males. –No sufro por eso Ximena, lo que pasó hace años me marcó y me afectó para siempre y, pero no es por ello que yo estoy más pensativa de lo que debería.Julieta, aunque estaba presente, no estaba pendiente de Ximena y de mí. Mi hija estaba feliz jugando en una alberca de pelotas que pusimos para ella y para Tammy.–Sufres porque hubieras deseado criar a
Capítulo 39SantiagoMi hermana menor Clara había tenido más suerte que yo, en cuanto a la postura de Helena, ella llevaba una semana aquí en Playa del Carmen y había obtenido buenos resultados en cuanto a su contacto con Helena y con mi hija. Julieta se convirtió en una niña muy sociable y aceptó a su tía desde que la conoció.–Hola Santiago, te he traído a alguien para que vayamos los tres a comer juntos.Mi hermana se apareció en mi oficina muy sonriente, y yo estaba demasiado ocupado para atenderla.–Hola Clara, pasa y espérame aún no me he desocupado.–Papito, vine con mi tía a verte.Mi hermosa Julieta entró a mi oficina y se acercó a mí. La abracé y la besé como tenía tiempo que no lo hacía, agradecía a Clara por haber logrado que el hielo, que es Helena, le prestara a Julieta al menos por un rato.–Ella es la invitada especial a la comida de hermanos. Te dije que lograría que la vieras.Clara es muy tenaz y no hay nada que ella se proponga y no lo consiga, es un imposible.–Gr
Capítulo 40HelenaEsta semana con la presencia de Clara y su compañía me había sentido mucho mejor, además con ella podía hablar sinceramente de todo cuanto había pasado con Santiago y ella era bastante independiente para hacer sus propios juicios y a Julieta le hacía bien, pasar tiempo con su tía que era idéntica a ella.–Mami ya llegamos, vi a mi papi.–Qué bueno, mi amor. Vamos a prepararte para que duermas temprano, mañana tienes que ir al kínder.–Helena, mi sobrina es un encanto. Se portó muy bien y lo siento por ti y por Santiago, pero toda la gente piensa que es mi hija.Clara me estuvo haciendo compañía en lo que preparé a Julieta para dormir, y ya que la dejamos durmiendo, nosotras comimos una ensalada y tomamos un té.–Se parecen mucho, cuando te vi el día que nos conocimos en la tienda me percaté de ese parecido y claro que iba a ser así, es tu sobrina de sangre.No se podía ocultar que entre Julieta y ella había un parentesco, porque Julieta también se parecía a Santiago
Capítulo 41SantiagoLa ocasión que no llegué al evento de mi hija de padres e hijos, tuve un fuerte problema con Helena, uno que hubiera deseado no tener porque me resultaba tedioso estar discutiendo nuevamente con ella, por ello esta noche me iré de juerga con mi primo Iván con el motivo de celebrar su divorcio.–Señor Santiago, va a salir de nuevo. Pensé que ya se iba a establecer un poco más en casa, después de fallarle a la pequeña Julieta.Gloria siempre se había preocupado por mí y se lo agradecía, se podía decir que más que una empleada ella había sido mi nana, pero no por ello se iba a meter en mis asuntos.–Saldré solo un rato, aquí está Iván y por favor te pido que le arregles una habitación, lo pienso instalar aquí en casa.–No veo prudente que instale en la casa a nadie, señor Santiago. Hasta no saber si su relación con la señora Helena se va a retomar.Aquí nadie iba a retomar nada, eso ya se había acabado, yo no le iba a rogar a nadie que estuviera en mi vida, si ella s
Capítulo 42SantiagoPasaron días después de la fiesta de Osvaldo en los que yo no me sentía para nada bien y caí más en la adicción del alcohol. Mi primo Iván y Gloria estuvieron ayudándome a que pudiera comer y hacer mis necesidades básicas y hasta estuve ausente en la empresa por ese motivo.–Santiago, tienes que olvidarte ya de Cinthia. Ella formó parte de tu vida y cuando se casó con Alexis ya no era nada tuyo.Pero ella se había burlado de mí, me había dejado, tanto como yo la había amado, sí me dejó sin darme ninguna explicación.–Todas las mujeres me abandonan Iván, no sé qué tengo por lo que ellas siempre deciden huir de mi lado.Me lamentaba en cada oportunidad que tenía, toda la culpa era mía por no saber escoger al tipo de mujeres con las que me relacionaba, era un estúpido en ese aspecto.–Primo no quería decirte esto, tú con tus malos tratos alejas a las mujeres y no solo a ellas, a muchas personas que te rodean.Ahora el culpable era yo, pues ellas sabían a qué se atení
Capítulo 43SantiagoEstaba yendo bien en mi camino por rehabilitarme y me estaba ayudando eso también, para atreverme a hacer algo que llevaba tiempo postergando, el ir a visitar a mi madre. Clara me ha estado llamando y ahora que por fin logró que le dieran el cambio de su trabajo aquí, quiere que podamos convivir en familia.–Santiago, me da mucho gusto primo la decisión que estás tomando de ir a ver a mi tía.Mi primo Iván fue alguien que me apoyó en eso de forma incondicional.–Lo sé primo, pero no sé mi madre como va a tomar el que no ha sabido nada de mi vida y menos no sé si aceptará a Julieta como su nieta, por eso la iré a ver yo solo primero.No quería que mi hija sufriera algún rechazo, en su vida, ya con los que había sufrido yo, era más que suficiente.–Santiago, las madres siempre serán nuestras madres. Eres muy suertudo primo por tener aún a mi tía con vida, yo quisiera volver el tiempo atrás para disfrutar de momentos con mi mamá. Mi primo, se había visto demasiado a