Angello la observó intranquilo, pero de inmediato pensó que esa era su oportunidad de ser perdonado —Bueno, aunque me acosté a tu lado con la intención de solo estar cerca de ti, me quedé dormido y tú empezaste a tocarme, por lo que resulta obvio lo que hacía en tu cama y aunque no estabas del todo despierta estabas plenamente consciente de lo que hacías. Ella iba a responderle con una palabrota, pero Angello se le adelantó y la besó en la boca impidiéndole hablar, al principio se resistió, pero luego fue cediendo y respondiendo de manera apasionada al beso, se separaron para poder respirar sin dificultad.
—Si serás aprovechado, pretendes…—otra vez fue interrumpida por un beso de Angello. Y así cada vez como en cinco oportunidades que pretendía pelear, él la besaba para obligarla a callar.
—Cada vez que intentes pelear conmigo tendrás la misma respuesta. Escúchame, si estoy aquí es porque te amo, nunca había estado tan seguro de algo en mi vida, quiero amanecer contigo e
Martina se quedó mirándolo pensativa, mientras Angello la observaba con preocupación hasta que intervino Gianluca —¿Pretendes dejar a mi hermana embarcada cuando estabas estableciendo un compromiso con ella, por ir tras seguramente una muchachita malcriada y maleducada? Tú eres un descarado—interrogó con enojo.Angello respiró profundo, no soportaba la actitud del hermano menor de Martina, de hecho era más insoportable que una patada en su parte intima, pero debía controlarse, era impresionante lo que se hacía por amor, pensó, pero antes de que él hablara Martina intervino.—Hermanito, sabes que eres mi adoración, ¡Por Dios! Eres el niño de mis ojos, pero hay algo que no voy a permitirte, ni a ti ni a nadie—expresó observando también a su madre, a quien vio con la intención de intervenir—los problemas o situaciones entre Angello y yo, lo arreglamos entre nosotros, a menos que en un momento dado les pida a alguno de ustedes su opinión sobre un tema en particular. En este
Martina estaba demasiado consternada no podía creer que ese hombre se hubiese atrevido a soltar esa verdad sin importarle la reacción que podían tener los jovencitos, tanto era su odio por su hijo mayor que prefería dañar a los que decía que amaba con tal de hacer sufrir a Angello. Extendió su rostro hacia él y pudo ver sus facciones endurecidas, tenía la boca apretada tratando de controlar su genio.—¡Eres un insensato! ¿No te cansas de hacer daño? ¿Cómo puedes dormir tranquilo con tu conciencia? —Lo cuestionó Angello.—¿Papá que está diciendo mi abuelo? —Preguntó Franco turbado.—Franco no te tengo por un joven carente de inteligencia, lo que he dicho está claro, yo era el amante de tu madre Camelia antes que tu papá la conociera y la sonsacara para casarse con ella, y despué
Angello salió del baño, al verlo retirarse Martina comenzó a llorar con un profundo sentimiento, él la había despreciado y ni siquiera había pronunciado palabra respecto al embarazo, se entristeció, se levantó del inodoro, sintió alivió al no observar sangre, tomó una toalla, se cubrió, debía bañarse para ir al médico por su cuenta, pero cuando iba a ingresar en la ducha entró él trayendo en sus manos una ropa de ella para que se vistiera.Al verlo de vuelta comenzó a llorar con más fuerza, él se le acercó más y con una voz tierna le dijo —. No llores Martina, vamos al médico, no tengas miedo todo saldrá bien.—Yo, yo pensé que te habías ido y que no querías saber nada de…—comenzó a decir, pero Angello la interrumpió.—Luego hablamo
Angello sintió la mano de la madre de Martina, en su antebrazo y enseguida reaccionó —. Señora María Martha, está haciendo juicio de valores sin conocer la verdad.—¿Te atreves a decirme que me imaginé que el futuro esposo de mi hija, estaba siendo acariciado por la amante de su padre?—No imaginó en que ella me acariciarael rostro para consolarme, en lo que se equivoca es que exista una relación entre nosotros, está viendo situaciones donde no las hay—pronunció con firmeza Angello.—Por el bien de mi hija eso espero, porque jamás toleraré que te burles de ella—dijo soltándolo y alejándose de él.Angelló se pasó ambas manos por la cabeza, luego apretó el puente de su nariz, mientras daba un leve suspiro. Entró a la habitación donde yacía Martina, al verlo sus ojo
Martina lo observaba intensamente sin siquiera parpadear, su mirada era acusadora, eso molestó a Angello, ¿Por qué la mujer que amaba tenía que desconfiar siempre de él? Por un momento sintió ganas de retirarse y no darle ninguna explicación y que pensara lo que le diera la gana. Respiró profundo, para calmarse, mientras ella seguía soberbia, esperando su explicación.—Sabes que Martina, te juro que estoy cansando de tener que justificarme cuando no he hecho nada, de tener que dar explicaciones cuando no estoy ocultando nada, de que siempre salgas huyendo y molesta, sin darme el beneficio de la duda.«Das por sentado cualquier cosa mala de la que se me acuse, pareciera que estás esperando que haga algo que no te agrade para justificar dejarme, es como si estuvieras ansiosa de que me equivoque ¿Por qué? ¿En verdad eso es amor? ¿Qué sientes realment
Angello los observaba en espera de una respuesta, Martina no estaba segura hasta donde había escuchado él, pero necesitaba antes de decirle sobre sus sospechas conversar con Zoe, sabía que estaba enojado, pero debía buscar la forma de hacer que se le disipara el enojo.—En ningún momento mi familia está poniendo en dudas que tú seas digno de mi perdón, solo me preguntaron lo relacionado con Zoe y tú, yo les estoy explicando, en ningún momento estoy señalando algún vínculo entre ustedes—se arriesgó confiando en que él no hubiese escuchado toda la conversación—. Sé que mi familia te parecerá abrumadora porque tú no has tenido esto, pero así somos, nos protegemos entre todos, nos preocupamos cuando uno está pasándola mal y acudimos para ayudarlo, salimos todos a protegernos cuando pensamos que alguien quiere d
Angello se quedó observándola incrédulo, no podía procesar lo que le estaba diciendo Martina, sentía como una nube cubría su mente impidiéndole analizar sus palabras.—¡No entiendo! ¿Qué estás diciendo? —interrogó Angello, con mirada contrariada.—Anoche cuando te levantaste que estaba con mi familia, entre todos nos dimos cuenta del parecido entre Zoe y tú, por lo cual dedujimos que podían ser hermanos, está mañana la llamé y me lo confirmó, es hija de tu madre con otro hombre y tienes también una hermana de veinte años.Angello no daba crédito a lo que estaba escuchando, tenía dos hermanas, su madre estaba viva, no como creyó todos estos años que estaba muerta, tuvo dos hijas más y nunca lo intentó buscar, eso lo hería profundamente porque se daba cuenta de
Zoe al principio estaba decidida a entregarse a ese hombre, pero ahora la duda la invadía, si los abrazos y besos que le había dado hasta ahora, provocaban repulsión en ella, mucho más tener intimidad con él, de solo pensarlo sintió unas arcadas, que trató de contener.Defranco se le acercó y se paró frente a ella diciéndole con voz firme—¡Desnúdate! —Le ordenó mientras él se desvestía frente a ella sin siquiera desviar la mirada.Aunque era un hombre de sesenta años, se mantenía en forma a fuerza de ejercicios, pues era un vanidoso que le encantaba aparentar menos edad de la que tenía, sin embargo, su repulsión radicaba no en su aspecto externo, sino en lo oscuro y lo feo de su alma, ella no podía permitir que la hiciera suya, debía pensar en algo que impidiera que ese matrimonio se consumara, estaba arrepentida