—Papi, falta poco para mi cumpleaños ¿Sabías?
Él estaba tomando una taza de café en un domingo y leyendo el periódico, el cual soltó para acariciar en la cabeza a su hija, por su inocencia a la hora de hacer su comentario.
—Claro que lo se princesa, si ese día celebro nueve años de inmensa felicidad ese día fue el más importante de mí toda mi vida, dime princesa ¿Qué quieres para ese día? Hacemos lo de todos los años ¿Te parece?
—Ya no papi, yo quiero bueno este que sea diferente—Algo tímida con su pregunta.
—Dímelo hija, no tengas miedo de decirle a tu padre lo que quieres—Sentándola sobre una de sus piernas como cuando era una pequeñita que aún no sabía caminar.
—E
ALGUNOS DÍAS DESPUÉS—Te entiendo preciosa, pero primero debemos preguntarle él es médico y sabe de esas cosas—Mientras estaba por tocar la puerta del consultorio de Esteban.—Ya mamá, yo me quedo aquí cruzando los dedos para que diga que si — De verdad lo estaba haciendo y cerrando los ojos como cuando vas a pedir un deseo a la hora de soplar la vela de su cumpleaños.Llego la hora, tal vez no debía hacerlo, pero cuando se trataba de Diana siempre había el valor para poder hacerla feliz.—Adelante ¡Oh Mariam! Que sorpresa me alegro mucho, pasa siéntate y dime en que puedo ayudarte.—Gracias Esteban y disculpa por interrumpir la mañana —Arreglando su cabello haciendo que Esteban se quedara prendado de lo hermosa que se ve&i
—Que cumpleañera para más hermosa, toma esto es para ti —Y le entrega un oso gigante y con moño rojo en medio.—Está muy bonito, gracias doctor Esteban además usted es el mejor doctor del mundo porque salvo a mi mami, vamos Susanita te voy a enseñar mi jardín tiene un montón de cosas bonitas también están mis amigos te los voy a presentar.Mariam estaba feliz de ver a su princesa tan contenta, mientras una chica vestida de Barbie las entretenía haciendo trucos y globos con forma de animales tan entretenida estaba que no se dio cuenta el momento en que William se puso a su lado.—Que mi esposa no me va a presentar a su AMIGO —Eso último lo dijo de una manera que era evidente que no le gustaba para nada esa visita. Mariam se puso algo nerviosa no por Esteban sino por el tono de William y la impres
A los minutos como no regresaba William, Manuel fue a buscarlo lo encontró en su despacho tomando un whisky y dando vueltas a punto de hacer añicos esa carísima alfombra persa.—No entiendo que haces aquí encerrado bebiendo a media tarde, teniendo el cumpleaños de la princesa ahí afuera, de verdad que no te entiendo—Tratando de hacerlo reaccionar.—Ella se atrevió a abofetearme cuando le exigí que sacara al DOCTORCITO de mi casa, se atrevió a defenderlo por encima de mí, ella cree que no me doy cuenta o que sigo siendo el mismo idiota de hace unos meses—Estaba de verdad molesto, no era por la bofetada, era por el hecho que ella haya defendido a Esteban, eran celos disfrazados de indignación.—¿De verdad es solo eso? No quieres ver más allá de tus narices, esa mujer ni hora le da al
—¡Estás loca para venir abofetearme! No sé qué tenías en la cabeza para atreverte a tanto, más bien creo que no estás pensando, en tu m*****a vida te atrevas a siquiera intentarlo nuevamente, so tu maldito esposo te guste o no te guste. Él no aguanto la rabia que emanaba de su ser, la tomo de los brazos zarandeándola de manera brusca, era como si quisiera hacerla pagar, sumando a que tuvo que tragarse el orgullo y permitir que el doctorcito con sonrisa estúpida como creía él, se quedara en fiesta solo por su hija, pero ahora que no había nadie en casa y que Diana descansaba no lo pensó dos veces y no iba a aguantar que ella quisiera tratarlo como un imbécil, mientras que ella temblaba, estaba asustada, nunca imagino que pudiera tratarla de esa manera. —Por favor William date cuenta, si no debí haberlo hecho, pero calma no me trates así, te lo suplico, no lo merezco, te juro que no lo merezco —Sentía pavor, su cuerpo temblaba de una maner
—¡Estás loca para venir abofetearme! No sé qué tenías en la cabeza para atreverte a tanto, más bien creo que no estás pensando, en tu maldita vida te atrevas a siquiera intentarlo nuevamente, so tu maldito esposo te guste o no te guste.Él no aguanto la rabia que emanaba de su ser, la tomo de los brazos zarandeándola de manera brusca, era como si quisiera hacerla pagar, sumando a que tuvo que tragarse el orgullo y permitir que el doctorcito con sonrisa estúpida como creía él, se quedara en fiesta solo por su hija, pero ahora que no había nadie en casa y que Diana descansaba no lo pensó dos veces y no iba a aguantar que ella quisiera tratarlo como un imbécil, mientras que ella temblaba, estaba asustada, nunca imagino que pudiera tratarla de esa manera.—Por favor William date cuenta, si no debí haberlo hecho
—Claro que vas a ir, mujer solo mírate, aunque no me agrade que estás más delgada igual estás preciosa y esos estirados tienen que darse cuenta—Sofía quería que su amiga se diera cuenta la hermosa mujer que era, que se diera cuenta de que nadie era competencia para ella. —Es que Sofí, este tipo de fiestas no son mi estilo, me voy a sentir como pes fuera del agua entre tanta gente extraña y estirada como tú le dices, voy a parecer una plebeya entre la realeza—Lo que quería evitar es hacer alguna tontería y que todos terminen de reírse de ella, tal cual lo hacían los amigos de Mateo cuando hacia reuniones que duraban días en los que tenían que hacer que ninguna mujer debía soportar. —Mira amiga tu eres como un diamante en bruta y haremos que esos pingüinos se den cuenta, vamos de compras te voy a conseguir un súper vestido que va a dejar a tu ogro marido babeando vas a ver, tu confía tus curvas en mis manos, además insistiré tanto hasta qu
Cuando Mariam salió Sofía se tapó la cara de la sorpresa, se veía realmente hermosa era un vestido color jade con los hombros totalmente descubiertos, con un cruce en el cuello como sujetando todo el vestido haciendo que un escote en forma de triángulo se formara delante haciendo que sus pechos resaltaran maravillosamente, le quedaba como guante al cuerpo, entallaba la cintura y sus caderas, una abertura despampanante y reveladora en la pierna derecha, la espalda era totalmente descubierta, realmente despampanante por donde la vieras ajustado detrás que a decir verdad era un atributo que Mariam no sacaba a resaltar muy seguido, pero que con ese vestido sobresalía de manera espectacular cuando su amiga la vio pudo apreciar que a Mariam le había igualmente encantado por cómo se veía en el espejo y daba vuelta viendo la espalda, parecía niña chiquita le brillaban los ojos, pero algo le fal
—Te estoy haciendo una pregunta, puedes contestar y no mirarme como si fuera yo el que llega a su casa luego de no decirle nada a nadie y no contestar llamadas. Eres una señora recuérdalo, aunque sinceramente no lo parezcas— mirándola de arriba abajo.Ella no sabía que decir otra vez estaba ahí él tratando de ofenderla como de costumbre, pero no se quería dejar no podía algo le decía contesta, defiéndete. Algo le decía que todo tiene un límite y aunque lo ames como loca, no puedes dejar que te trate como quiere.—Recuerda quien fue el que insistió con este matrimonio no fui yo y el que se olvida que es casado eres tú, que cuando quieres llegas oliendo a alcohol y traes a personas indeseables a la casa, y no William no me ofendes a mí, y que más me podrías ofender, pero piensa en tu hija en que las intencion