Chicas he estado con gripe, en cuanto me sienta mejor les hago maratón. Igual nos falta poco.
「 ✦UN LUGAR PARA LOS DOS✦ 」El cielo se tiñó de gris y plateado, interrumpidos sólo por pequeños parches de nubes blancas, manchadas por los últimos rayos de sol que se ocultan en el horizonte. Las escarpadas formaciones rocosas del desierto y los cactus erizados se entrelazan con el paisaje, creando una escena primitiva y completamente vacía. Sophia, sentada un poco más erguida, asimilaba el entorno con la misma intensidad que Santino.Encontrando una zona despejada, él aparcó el vehículo. La ausencia de cobertura celular enfatizaba su aislamiento, permitiéndoles observar el cielo sin distracciones. Una gruesa luna creciente dominaba el firmamento, siendo la única fuente de luz en la oscuridad que los rodeaba.Tan pronto como el vehículo se detuvo, Sophia salió y se dirigió hacia uno de los árboles cercanos, con los brazos enrollados alrededor de su cuerpo, como si intentara mantenerse entera. Santino la observó desde la distancia, lleno de incertidumbre sobre qué tan a salvo estaría
「 ✦¿LA AMASTE?✦ 」Sophia abrió lentamente los ojos y se encontró con el abrazo de Santino, pero ahora no estaban en el maletero del auto, sino en una cálida cama. Ella buscó su mirada y lo vio dormido, sonrió y acarició su áspera mejilla con suavidad.De repente Santino abrió los ojos y le regaló una sonrisa.―¿No te han dicho que es de mala educación mirar fijamente cuando uno duerme?Sophia sonrió.―No cuenta cuando se trata de su marido, y que además es tu culpa por ser tan guapo.Santino se inclinó hacia ella y le robó un beso.―¿Ya estás más calmada? ―le preguntó con dulzura.―Sí, creo que fue un momento de ansiedad, pero estoy calmada. ―Él la atrajo a sus brazos y suspiró. ―Te prometo que haré todo para protegerte, amore. Incluso si tengo que morir por ti, lo haré sin pensarlo.―¡Oye, no digas eso! Nuestro bebé te necesita. ―Sophia lo abrazó más fuerte y susurró. ―Vamos a salir de todo, estoy segura, solo tenemos que enfrentar a Rocco con fuerza.Santino sonrió un poco y se perd
「 ✦ES POR EL BEBÉ✦ 」 ―No. No es tu culpa ―ella acunó su cara ―Fue un accidente y además… ella te traicionó. No es tu culpa, Santino. No lo es. ―A veces pienso que solo soy oscuridad para ti, amore. —No. Te equivocas ―Sophia lo abrazo de repente ―Yo…vi mi destino el día que te conocí. DÍAS DESPUÉS… —Más fuerte, Santino —Sophia jadeó. ―Más fuerte. Ella meció sus caderas de un lado a otro sobre su esposo. Su cabello se movía alocadamente alrededor de su cabeza y sus labios separados dejaron salir un gemido que envío una sacudida de electricidad directamente a la polla de Santino. Las yemas de sus dedos rozaron su vientre y Sophia cayó sobre su pecho, con una respiración errática y llena de notas de placer. Él, la rodeo con sus fuertes brazos y la volteo dejándola debajo de él. Enterró la cara en el pliegue de su cuello y la embistió con fuerza. Pero para él no fue suficiente, así que engancho sus piernas sobre sus hombros para poder penetrarla más profundamente. —¡Sí! —Sophia gim
「 ✦IMPOTENCIA✦ 」—¿Hola? —André —hablo Santino. Un audible suspiro de alivio vino del otro lado.—¿Estás bien, hermano? —¿Cómo estás tú? —pregunto, André, ignorando su pregunta. Sin embargo, Santino, pudo oír el estrés en su tono. André se había quedado cerca de Chicago para poder vigilar a Rocco y sus negocios. Al parecer, había habido mucho movimiento últimamente, aunque se había filtrado poca información. No obstante, Santino esperaba tener buenas noticias de André esta vez y también de Alexei.—Estoy bien —dijo André con discreción—Me las arreglé para conseguir algo de información nueva. —Escupe. —Rocco está causando agitación —dijo André—Ha roto el tratado con los colombianos. Santino apretó el teléfono—Maldito cabrón, ellos han sido nuestros malditos aliados durante dos décadas. —¿Acaso es una sorpresa que la lealtad no signifique nada para Rocco? Santino apretó aún más el teléfono deseando fuera el cuello de Rocco. —Eso no es todo —continuo André —Se ha puesto en c
「 ✦DESEO DESENFRENADO✦ 」 En cuanto las palabras salieron de su boca, sus ojos se oscurecieron de lujuria. Se lanzó hacia ella y la atrajo hacia su cuerpo. Un grito de sorpresa escapó de los labios de Sophia mientras me golpeaba contra su duro pecho. Un segundo después, su boca se cerró sobre la de ella. Y Sophia se estremeció al sentir su aliento mezclado con el suyo. Cerró los ojos y se perdió en el beso. Sus manos recorrieron su pecho y sus abdominales duros como piedras. Mientras que las manos ásperas de Santino recorrieron su cuerpo y le subieron el vestido, ella esperó que la levantara en sus brazos y me la llevara a la cabaña. Pero no lo hizo, en cambio, la llevó a uno de los troncos lisos de un árbol que había cortado para obtener leña para la chimenea. Sophia sintió el roce de la corteza en sus muslos, antes de que Santino la empujara hacia atrás. Gritó sorprendida, pero entonces su culo aterrizó en la dura madera y Santino estaba encima de ella como un animal hambriento.
「 ✦IMPRUDENCIA✦ 」 —¿Estás segura de que quieres ir sola? —preguntó Santino, todavía reacio a dejarla ir… —Estoy segura —asintió Sophia—Estaré bien, cielo. No te preocupes. Se acercó a él y lo beso suave y lentamente en los labios. Él la agarró por la cintura y la atrajo hacia él con fuerza, profundizando su beso Para cuando la soltó, Sophia estaba sin aliento. —Si así me besas cada vez que voy a ir sola a la ciudad, debería ir más a menudo —bromeó. —Dos horas como máximo, amore ―Santino le dio una mirada seria ―Ni más, ni menos. ―Entendido, señor —le dijo con una sonrisa antes de depositar un último beso en su mejilla. Santino la soltó con un suspiro frustrado y la acompañó hasta el auto. Con las llaves en la mano, le guiñó un ojo y emprendió su viaje al pueblo. El pueblo estaba tranquilo cuando llegó. Primero fue a la librería y, cuando entró, encontró a Daria apilando libros en la parte de atrás. —Hola, Daria —ella le dio su mejor sonrisa. Normalmente, Daria se muestra
「 ✦¿DÓNDE ESTÁ ELLA?✦ 」 Mientras tanto, en la cabaña, Santino caminaba de un lado a otro, mirando su reloj cada cierto tiempo. Faltaba poco para que se cumpliera el tiempo acordado y Sophia no regresaba aún. Algo dentro de él se agitó, una voz interna le decía que algo no estaba bien, que ella no regresaría por su propia cuenta. Así que, sin querer esperar más, decidió ir al pueblo, aunque se enfrentaba al problema de que solo tenían un auto y Sophia se lo había llevado. ―¡Me lleva el diablo! ―gruñó, impotente. ―No debí haberte dejado ir, amore. ¡No debí! ―se reprochó a sí mismo. Sin embargo, no pensaba quedarse allí sin hacer nada; estaba dispuesto a ir al pueblo, incluso si tenía que hacerlo caminando. Cuando finalmente llegó ya era bastante tarde. Conocía bien a su esposa y sabía que iría a la librería; tal vez esa Daría le daría información sobre a dónde había ido después. Santino podría parecer calmado por fuera, pero por dentro era un mar de emociones turbulentas. Abrió con b
「 ✦ES TU PRIMA✦ 」 En la penumbra de su habitación, el aire se llenaba con el aroma fuerte del vodka, mientras Alexei se servía otro vaso. La rabia y el dolor habían sido sus únicos compañeros desde aquel día fatídico. Con un movimiento brusco, su mano envió el vaso a estrellarse contra la pared, el cristal se hizo añicos como su corazón aquel día. Sus ojos azules, cargados de ira, se perdieron en el vacío, mientras su mente lo arrastraba de vuelta al aeropuerto, al día en que Tatiana decidió abandonarlo. «La ansiedad y la rabia de Alexei crecían con cada minuto que pasaba sin encontrarla. Se acercó a una de las taquillas, mostrando una fotografía de Tatiana a una de las empleadas. ―¿Ha visto a esta mujer? ―preguntó con una voz que apenas contenía su frustración. La mujer, tras examinar la fotografía, negó con la cabeza. ―Lo siento, no. Ordenó a sus hombres desplegarse cautelosamente por el aeropuerto, mientras revisaba frenéticamente el celular. La señal del GPS insistía en que T