Mis estrellitas, llegamos a la escena del prólogo. Pero... hoy solo habrá dos capítulos, la migraña está muy cruel conmigo, pero como compensación les hare maratón mañana. Se vienen capítulos interesantes y la huida de Sophia y por supuesto los celos de Santino. ¡Que sufra el desgraciado! LAS AMO.
「 ✦ ME AMAS ✦ 」—Eres un asesino —Sophia murmuró, más para sus oídos que para los suyos — ¿Cómo esperas que acepte eso? —ella dio otro paso atrás, mientras su corazón latía desbocado en su pecho.—Lo aceptarás. Aprenderás a aceptarlo. —Santino la alcanzó en tres cortas zancadas y extendió sus palmas a ambos lados de su cabeza, enjaulándola—. Mato a quien se lo merece. Pero nunca te haría daño. Nunca a ti.—¡No quiero ser parte de tu mundo! —le gritó, dándole golpes en el pecho, pero él siquiera se inmutó—. No. ¡No puedo aceptarte!Los labios de Santino se apretaron con impotencia.—Sí. Acéptame como soy.Ella negó mientras sus ojos se nublaron de lágrimas.―Lo quieres todo de mí, pero no ofrece nada verdaderamente significativo a cambio. ¿Cómo podemos tener una relación sin confianza? ¿Crees que esto funcionara? No. No funcionará, porque lo que para mí está mal, para ti es normal. No puedo vivir con… con alguien así.—No vivimos en un mundo perfecto, amore. ―susurro él ―Y si el mi mun
「 ✦ HUIDA ✦ 」Sophia, con el corazón latiendo a un ritmo frenético, se abría paso a través de la escalera de la mansión cuando, de repente, Grecia aún estaba abajo.―¡Sophia! ¿Qué está pasando? ¿Por qué…? ―La preocupación teñía la voz de Grecia, sus ojos buscaban respuestas en el rostro agitado de Sophia.Pero ella no tenía tiempo para explicaciones. La urgencia de su escape la consumía.―¡Tu hijo es quien te debe explicar, no yo! ―exclamó con voz temblorosa, secándose las lágrimas con un gesto de determinación.Y sin esperar respuesta, pasó a su lado y abrió la puerta principal, de inmediato vio a los guardias patrullando. Su primer instinto fue detenerse, pero la determinación la empujó hacia delante. Se dirigió directamente al coche y al abrir la puerta del auto deportivo negro, los guardias se dieron cuenta de su intento de fuga y se movieron para detenerla.―Señora…―No se atrevan a detenerme ―les advirtió con una voz que brotó firme y peligrosa.Los guardias vacilaron, recordand
「 ✦ ES UN MENTIROSO ✦ 」En la mansión D’ Luca, Santino era atendido por el médico de la familia, Grecia a su lado miraba la escena con preocupación. Cuando el médico terminó, se puso de pie y guardó todas sus cosas en el maletín.—La bala no hizo mayor daño, afortunadamente —dijo, dirigiéndose a Grecia con una voz calmada —. Pero debe tener mucho cuidado con la herida y asegurarse de que tome los antibióticos según lo prescrito. Es vital para evitar cualquier infección.Grecia asintió y volvió a poner los ojos en su hijo. André, que estaba a su lado, se ofreció a acompañar al médico.Una vez solos, Grecia colocó la silla junto a la cama y lo miró.—Ahora sí, ¿vas a decirme qué pasó?Santino había recuperado el conocimiento casi al instante, simplemente se había desmayado del dolor y la pérdida de sangre. Sin embargo, el dolor que sentía dentro no mermaba, solo se hacía mayor.—Santino…—Siempre lo has sabido, mamá —la interrumpió—. Supongo que quieres saber quién me dio un balazo.Gre
「 ✦ DEBES VENIR CONMIGO ✦ 」Sophia, con una mezcla de rabia y desilusión reflejada en su rostro, se acercó a Janna y asintió brevemente antes de caminar directamente hacia Artem. Y sin previo aviso, levantó la mano y lo abofeteó con fuerza, dejando un eco de sorpresa en el aire.―Me mentiste ―le espetó con la voz cargada de traición ―eres igual que él.Artem, lejos de reaccionar al dolor, se mantuvo impasible.―Todo fue por una razón ―respondió, su voz calmada contrastando con la tempestad en los ojos de Sophia.Ella se rio amargamente, una risa que no alcanzaba sus ojos.―Estoy cansada de las mentiras. Lo único que quiero es que me dejen en paz ―dijo con firmeza ―Así que vete.Pero Artem no se movió.―Tenemos que hablar ―insistió, su voz adquiriendo un tono de urgencia. ―Esto es importante.Sophia sacudió la cabeza.―No tengo nada que hablar contigo.Él dio un paso hacia delante, deteniéndose muy cerca de ella.―Es sobre tu padre ―dijo simplemente.Sophia frunce el ceño, confundida.
「 ✦ SU PADRE ✦ 」 Sophia y Artem llegaron a la mansión y fueron recibidos por Yuri. Artem tomó la mano de Sophia y la condujo adentro. A pesar de su nerviosismo, la curiosidad por saber más sobre su pasado la impulsaba a seguir adelante. Artem abrió la gran puerta de un estudio y, al entrar, Sophia vio al hombre sentado detrás del inmenso escritorio. Sus miradas se encontraron y Sophia supo al instante que tenía delante a alguien que no era demasiado simple. Alexei se puso de pie y rodeó el escritorio, deteniéndose delante de ella. Sus ojos azules la escanearon de arriba abajo, y luego una pequeña sonrisa se formó en sus labios. ―Ты Антонов (eres una Antonov) ―dijo con una voz que denotaba satisfacción. Sophia miró a Artem, preguntándole indirectamente qué había dicho. Él sonrió y le tradujo. ―Dice que eres una Antonov. Sin embargo, Sophia no estaba dispuesta a bajar la guardia tan fácilmente. Dándole una mirada desafiante, le instó. ―He venido en busca de explicaciones, no para
「 ✦ ES MI PRIMA✦ 」Sophia se encontraba mirando por la ventana de su habitación, perdida en sus pensamientos. Habían pasado dos días desde su llegada, y cada momento le revelaba más sobre esta nueva realidad que se había convertido en su vida. Aunque ahora tenía una familia, la ironía de que esta familia encarnara todo lo que había rechazado en Santino no escapaba a su percepción. Lo extrañaba, lo amaba, pero la traición, la mentira de otra mujer, era una herida demasiado profunda para perdonarlo.Alguien llamó a su puerta sacándola de sus pensamientos.―Señorita, el desayuno está listo ―informo el ama de llaves.―Bajaré en un momento ―respondió Sophia, dirigiéndose al tocador para arreglarse el cabello.Mientras se miraba en el espejo, un pensamiento se asentó en su mente: esta era su familia ahora, y debía dejar a Santino en el pasado. Con determinación, abrió la puerta y se dirigió al comedor. Sin embargo, al pasar frente al estudio de Alexei, escuchó sin querer la conversación que
「 ✦ ES UNA ANTONOV✦ 」André abrió la puerta del estudio de Santino y la cerró suavemente detrás de él. Santino, que había estado absorto en una pila de documentos, levantó la vista y fijó su atención en él. La seriedad en el rostro de André era una señal que Santino había aprendido a reconocer y temer.―¿Tienes algo? ―preguntó, intentando leer en el rostro de su subordinado.André asintió, pero su expresión seguía seria.― ¿Qué pasa, André? Tienes esa cara… fue la misma que cuando perdimos la mercancía con los colombianos.Tomando una respiración profunda, él dejó sobre el escritorio toda la información que había conseguido sobre Sophia.―No te va a gustar ―fue todo lo que dijo.Santino tomó el sobre y extrajo los papeles. Sus ojos recorrieron rápidamente la información, y a medida que leía, sus manos apretaban lentamente el papel, mientras su mandíbula se tensaba en señal de creciente ira y frustración. Su ceño se frunció más con cada palabra, cada revelación. Cuando terminó, miró a
「 ✦ ¿DE QUÉ LADO ESTÁS?✦ 」Sophia vio a Tatiana en el jardín cortando rosas y se acercó a ella con cautela.―Hola. ―la saludó y Tatiana se giró abruptamente, como si estuviera asustada. Sophia le ofreció una sonrisa tranquilizadora.―Lamento haberte asustado. ―Tatiana se recompuso rápidamente. ―Está bien, simplemente me tomaste desprevenida.Sophia notó el nerviosismo en ella y no pudo evitar preguntarle.―¿Estás bien? Tatiana asintió y continuó con su tarea.―Son hermosas ―dijo Sophia al momento que se acercaba para tocar una.―Son mi pasatiempo favorito ―confesó Tatiana ―es la única manera de perderme en esta gran casa.Sophia vio la complicación en ella y se atrevió a preguntar.―Tú y Alexei no se llevan bien, ¿verdad?Tatiana soltó una risa burlona.―Debiste haberlo deducido después de lo que pasó.―Sí, pero no entiendo por qué. ¿Por qué permites que te trate de esa manera? ―preguntó Sophia, su curiosidad evidente.Al escuchar esto, Tatiana palideció. Un recuerdo cruel y frío de