41 UN AMIGO QUE ADVIERTEYagiz por fin entró en la enorme torre de acero y cristal que confirmaban la sede central del conglomerado Ozdemir.Estaba furioso, ya no sabía si poner a Asya en su lugar, romperle el cuello, o despedirla.El señor Mohamet, padre de la muchacha estaba enfermo, y ella contaba con ese empleo para pagar los costosos tratamientos de su padre, pero estaba cada vez más pesada, autoritaria y celosa.Antes al joven Ceo no parecía importarle, pero ahora era totalmente distinto.No quería que nada pudiera interponerse entre Serem y él. Y si… Asya haciendo una escena de celos era un inconveniente mayor.El auto aparcó en la parte privada del parqueo destinada a los altos ejecutivos de la firma. Se desmontó enojado y camino hacia el ascensor.Tan pronto tomó el elevador destinado a la presidencia, bufeo un sonoro suspiro y se recostó despacio a la pared metálica.«Solo Asya es capaz de arruinar una mañana que iba perfecta»Recordó a Serem, la noche entera en sus brazos
42 VENENO A CONTRARESTARYagiz espero pacientemente para que Asya entrara en la su oficina, la había mandado a buscar hacia ya unos quince minutos, y nada de aparecer.Sin temor a equivocarse, Asya estaba terminando con su paciencia… y que era bastante grande, pero ella no dejaba de estirar la cuerda y terminaría rompiéndose.Al fin la ejecutiva dio la cara y fue anunciada por la secretaria de Yagiz. La muchacha entró y a Yagiz no le pasó por alto los detalles de su rostro, había llorado, y eso solo empeoraba las cosas y la ira que estaba sintiendo.Ella solo guardo silencio, como si fuera una esposa que acaba de descubrir que su marido le es infiel.No dijo nada, solo se quedó allí de pie, esperando que fuera Yagiz quien hablara en primera instancia.El hizo un gesto con la cabeza, y la invitó a sentarse de una buena vez.—¿Qué asuntos querías hablar conmigo esta mañana?— preguntó él, con su tono más ecuánime. Le constaba mantenerse tranquilo ante el teatro que insistía esa mujer en
43 NO ME GUSTA ESA MUJER El resto del día Yagiz estuvo ocupado en ponerse al día con los asuntos referentes a la empresa. Le costaba concentrarse pues todos el tiempo su mente le recordaba a la mujer de sus sueños, desnuda de bajo de él, regalándole la mejor de las vistas de ese par de ojos.Pasarían mil años, y no olvidaría su piel de alabastro, ni su pureza.Claro que todo eso iba en contra, de lo que había creído de ella. No le había importado en absoluto que ella no hubiera sido Virgen, pero esa sorpresa era más que lo que su subconsciente podía manejar. Era demasiado para él, saber que era el primer hombre en el cuerpo de la única mujer que lo había impulsado a perseguirla, durante los últimos dos años.Conrad a su modo extraño le había hecho ver que era probable que Serem fuera igual que las otras cientos de mujeres que solo se le acercaban motivadas por el dinero de la familia Ozdemir, pero él se negaba a creer eso.Si así fuera, tuviera todos las características propias de un
44 VISITA FAMILIARSerem estaba muy nerviosa, todo había pasado tan rápido que no creyó que él hablaba en serio cuando le dijo que quería presentarle a su abuela.Pero ahí estaban, frente a la mansión Ozdemir, y con toda la intención de entrar en los próximos minutos. La muchacha miró hacia adentro de los muros que ocupaban mucho más de una manzana, y se quedó estupefacta al ver la grandeza y el lujo que guardaban. Junto aquella casa, la mansión que compartía con las muchachas, parecía ser una casa de muñecas.—No estoy segura de hacer esto—musito asustada y Yagiz sonrió al verla divagar entre abrir la puerta del coche o deslizarse por el asiento, hasta que nadie pudiera verla—¿Tu si estás seguro?— le preguntó y él sonrió y asintió con la cabeza.—Eres perfecta, es obvio que quiero que mi abuela te conozca, y claro que estoy seguro. ¡Mi abuela te adorará!— le aseguró y la muchacha pasó saliva asustándose un poco más.Los ancianos tienen ese sexto sentido para saber que algo está mal,
45 COMPRASTE ESE ANILLO?—¿Ya le compraste el anillo?— la abuela lanzó la pregunta, y Yagiz tuvo que sonreír y frotarse la cabeza, despeinándo su cabello en el proceso. Su abuela era demasiado directa, y sin dudas quizás Serem no tomara sus avances acerca del matrimonio demasiado bien.—No, aún no— respondió mirando a Serem que le ardían las mejillas pintadas de un delicioso rubor—. ¡Nos estamos conociendo mejor! — musito él mirando el efecto que la pregunta había causado en su acompañante; y lo cierto es que se estaban conociendo “muy bien”.Fue una suerte que aún no hubieran servido el té, pues Serem creyó que, si lo tuviera entre sus manos, lo hubiera podido dejar caer. Se había entregado a Yagiz… y si a eso se refería él con lo de conocerse «mejor», era bastante Valiente de decirlo frente a la matriarca a la cual le debía respeto.—¿¡Conocerse!?—indagó la abuela con una sonrisa picara, que lógicamente le daba un doble sentido a aquello de “conocerse”— ¡No me vengas con eso, Yagi
46 UNA ESCORT LOS MIÉRCOLES...Salieron de casa de la abuela de los Ozdemir, y Serem recuperó un poco la compostura. No se sentía bien de hacerle creer a una anciana que ella era una señorita respetable.Ni siquiera el día anterior en que era aún Virgen se hubiera sentido preparada para conocer a la familia Ozdemir.Podía estar fascinada por Yagiz, por su encanto natural, pero sabía que los estándares del príncipe azul, junto a él se quedaban por el piso.Él era un caballero de los pies a la cabeza, y ese físico, no hacía otra cosa que tornar más difícil la decisión de alejarse de él.—¿Quieres que te lleve ya a casa?— preguntó al verla en el coche tan callada y ausente sumisa en sus propios pensamientos.Aún después de entender un poco a su Serem, a él le quedaban lagunas.Aún antes creía que esa inocencia para algunas cosas podría ser fingida, pero descubrió de primera mano que no.Que era Virgen, y eso la hacía un poco desconocedora del deseo que era capaz de levantar en los hombre
47 UNA LLEGADA INESPERADAAmanda Stranger cerró la última caja con cinta adhesiva y con eso terminaba todo. El desalojo había sido efectivo. Otra vez estaba a la deriva y sin rumbo fijo. Una larga lista de malas decisiones la habían llevado a esto.Ya no era tan hermosa, era viuda, y estaba endeudada hasta en el nombre. Ya no quedaba nada en Londres para ella.Su esposo, mucho mayor que ella, había muerto seis meses después de casarse, y solo entonces Amanda había descubierto que la había engañado, y no era para nada acaudalado como le había hecho creer.Ella también lo había engañado, porque la verdad era que no lo amaba, no podía hacerlo… en su frio corazón solo había lugar para un hombre, y a ese lo había perdido años atrás en Estambul por su propia idiotez.Caminó hacia un espejo enorme que había junto a sus pertenencias. Le encantaba observarse de cuerpo completo, admirarse y satisfacerse con lo que veía. Mas los años y perderlo a «él» ya habían comenzado a pasarle la factura.Y
48 UNA AVENTURA HELADACon el helado en una bolsa de plástico Yagiz, y Serem subieron tomados de la mano. Ella no se imaginaban se que iban las ideas de Yagiz, y por supuesto solo imaginaba que comerían el postre antes de irse a la cama. Aun no tenía la agudeza para saber que un hombre puede tener cientos de miles de fantasías sexuales con las cosas más inocentes del mundo, exactamente como lo hacía Yagiz con un inocente cubo de helado.Entraron en el ático, y él fue directo a la pequeña nevera ejecutiva de su habitación a dejar el cubo del helado, pues tal vez Serem se asustaría un poco si se la llevaba de una vez, directo a la cama.Ella no estaba acostumbrada a los avances sexuales de un hombre con necesidades urgentes, incluso le había costado decirle a él que quería ir a su apartamento, en lugar de que la llevara a otro sitio.Allí estaba, callada, a su lado, sabiendo deseada, y con la duda existencial de no saber en qué momento exacto, él la volvería a besar de ese modo deme