48 UNA AVENTURA HELADACon el helado en una bolsa de plástico Yagiz, y Serem subieron tomados de la mano. Ella no se imaginaban se que iban las ideas de Yagiz, y por supuesto solo imaginaba que comerían el postre antes de irse a la cama. Aun no tenía la agudeza para saber que un hombre puede tener cientos de miles de fantasías sexuales con las cosas más inocentes del mundo, exactamente como lo hacía Yagiz con un inocente cubo de helado.Entraron en el ático, y él fue directo a la pequeña nevera ejecutiva de su habitación a dejar el cubo del helado, pues tal vez Serem se asustaría un poco si se la llevaba de una vez, directo a la cama.Ella no estaba acostumbrada a los avances sexuales de un hombre con necesidades urgentes, incluso le había costado decirle a él que quería ir a su apartamento, en lugar de que la llevara a otro sitio.Allí estaba, callada, a su lado, sabiendo deseada, y con la duda existencial de no saber en qué momento exacto, él la volvería a besar de ese modo deme
49 CALMA ANTES DEL CAOSEl contraste de temperatura lograba ponerle los pelos de punta. Ni siquiera tenía idea de que un hombre pudiera jugar así con su cuerpo, hasta el punto de que ella completa reaccionara a un placer culposo y desconocido anteriormente.Yagiz era un caballero, pero en la intimidad de ese cierto era un absoluto volcán. Ella se convertía en lava ardiendo corriendo alrededor de él.Él no perdió tiempo y siguió degustando el sabor único de aquel helado sobre la piel ardiente de la muchacha. Ella tenía, enloquecida cada vez que primero la helaba con el postre para luego calentarla a temperaturas solares jugando con los labios y la lengua experta sobre sus pechos, su abdomen y la pelvis, que parecía cobrar vida, deseando un alivio que solo él podía darle.Se había enamorado de él, y quizás fuera un error haber aprendido a hacer el amor y lo a tener sexo.Para el sexo cualquier cuerpo es bueno, cualquier forma. Al final de cuentas el procedimiento siempre será el mismo.
50 UNA VISITA NO DESEADAAsya subió la escalera de la entrada despacio, sin detenerse a pensar en las consecuencias de que aquella visita a la mansión Ozdemir podría tener. Se lo había planteado y lo haría, aunque la vida se le fuera en ello.Yagiz la odiaría… tal vez sí, una daño colateral; pero claro estaba que él no pasaría por encima de los deseos de su abuela, con tal de honrar a una mujer decente, y bien intencionada, como la que ella le haría creer a la anciana que obviamente era.Asya era caprichosa, calculadora y obstinada. Sobre todo se consideraba lo suficientemente bonita para lograr su cometido.Sabía las horas interminables que había invertido a los Ozdemir. Desde que era una niña, su padre no paraba de hablar de otra cosa que de los buenos patrones que eran los Ozdemir, y por supuesto sus incipientes estudios se pagaron con el dinero que salía de los bolsillos de esa familia, pero que su padre se ganaba con arduas jornadas de trabajo.Jamás recibió menos de lo Just
51 UN CONSEJO QUE NO ANDAS BUSCANDOAsya contuvo el aliento. No tenía caso ponerse a discutir con la endemoniada vieja, pues solo lograría que la odiara más, y eso es lo que no necesitaba.Se casaría con Yagiz Ozdemir, y ahora no solo tenía que convencerlo a él, tenía que convencer también a la abuela del hombre, abuela con la que ella había planeado aliarse, y ahora se daba cuenta que había sido una terrible estupidez de su parte haberse ido a meter en aquella casa, tratando de que la maldita vieja estúpida se pusiera de su parte.—¿Y bien?— preguntó la anciana, y Asya la miró con desagrado.—Yagiz no se casará con esa mujer— sentenció con parsimonia— No podrá hacerlo… no si…—Muchacha… porque señorita ya me dejó claro que no es…— acusó la anciana refiriéndose que a que si ella le había otorgado favores sexuales a su nieto sin haber tenido un compromiso, era cualquier cosa menos casta y pura—¿Qué cree que lograría con venir aquí?—¡Su apoyo!— casi grito Asya— Su nieto me prometió más
52 NO HAY PROSTITUTA VIRGENSerem salió de la su curso, y muy calmada tomó un taxi a casa. Ya no se sentía la misma, no era la misma. Ahora constantemente sentía la necesidad de verlo, de tenerlo, de olerlo, de pensarlo. Yagiz se había convertido en unas pocas semanas en el centro de su existencia.Estaba totalmente clavada al cuerpo de Yagiz, tanto que le dolía demasiado alejarse de él, aunque era lo suficientemente inteligente de saber que no podía sencillamente estar abrazada al cuello del hombre todo el día.Lo necesitaba, lo necesitaba como aire para respirar, y Alison ya se había percatado de eso.En esa semana solo le había programado dos días de trabajo, y ella, no sabía francamente como sentirse con eso. Alison era la persona en que más confiaba en el mundo. Había sido su salvadora, su amiga, y ahora su confidente.Había defendido su virginidad como si fuera la de ella, y Serem no podía hacer otra cosa que estar agradecida por ello; y más porque gracias a eso, Serem había
53 LA VERDAD SIEMPRE ES MEJOR … Serem llegó a casa y se sorprendió de encontrar a las chicas, todas sentada en la sala, y evidentemente ella era el tema de conversación pues se quedaron en absoluto silencio cuando ella entró. —¿Hablaban de mi?— preguntó sorprendida de que se hubieran reunido allí en el medio del living para tomarla como tema de conversación. Era evidente que todas estaban preocupadas por ella, ni por un segundo creyó que las chicas querían de alguna manera tomarla como tema de chisme o para quejarse de lo poco que trabajaba durante los últimos días. —Algo así— respondió Alison evitando el tema y tener que dar explicaciones. —¿Somos tan evidentes?— preguntó Margaret con una sonrisa culpable en los labios. —¡Lo son!— confirmó Serem— Guardaron silencio cuando entre… y eso significa… que era de mi que hablaban, o que no quieren que sepa de lo que hablaban. —No tenemos secretos para contigo Serem— musito Alison con sinceridad— Solo estamos preocupadas por ti. —¿Preo
54 ES UNA ESCORT Yagiz y Conrad bajaron en el ascensor, ambos tenían planes distintos para la tarde, pero llevaban días sin hablar, y a Conrad le preocupaba de más que Yagiz continuara ilusionándose con esa mujer que no le convenía. No podía enamorarse de esa forma casi adictiva de una put@, y mientras más se demoraban en abrir la boca , más Yagiz se iba metiendo en un terreno pantanoso del cual no parecía querer salir. Arena movedizas… esa zorra lo había metido en arenas peligrosas y movedizas. Se estaba metiendo hasta el cuello, y aún así se veía terriblemente feliz. —¿Qué harás el resto de la tarde?— le preguntó Conrad a su amigo, pensando que quizás ya había llegado la hora de hablar y contarle la verdad que había descubierto casi que por accidente— Hay un buen bar cerca de aquí. Es bastante discreto y podremos mantener el bajo perfil— musito el financista y Yagiz sonrió. —¿Es que planeas seducirme en ese bar?— bromeó el Ceo y Yagiz rodo los ojos con aburrimiento. —¿Vienes o
55 NADA QUE PUEDAS DECIR ME HARÁ CAMBIAR DE OPINIÓN Yagiz camino la joyería completa, pero nada parecía llenar sus expectativas. Conrad lo seguía con la boca abierta a unos pocos pasos, pues no podía creer como es que su mejor amigo no hubiera dicho ni una sola palabra al respecto de lo que le había contado. Al contrario, ahí estaba enloquecido tratando de encontrar una joya costosísima y especial, nada más y nada menos que para deslumbrar a una prostituta. Para el modo de pensar de Conrad, el sencillo hecho de que Yagiz le mostrara un anillo, él que era el hombre más rico de Estambul, era más que suficiente para que le diera el sí. nMás para Yagiz, aquel asunto era algo de suma importancia. No quería una joya vulgar, quería algo que aunque fuera de lejos se asemejara a la dulzura y la ternura que veía en Serem.El anillo de compromiso lo escogería él, y esperaba que la vendedora terminara de mostrarle una nueva colección que había llegado de Paris, para acabar de tomar una deci