6/EN MIAMI

Abri la puerta del dormitorio, quedando inerte al ver a mi marido y una mujer que era desconocida para mí, desnudos y en una postura que claramente se notaba que estaban follando en mi cama, sorprendiendose mi marido al verme inmovil en la misma puerta de mi dormitorio

— Hola Lorena cariño, ¿has vuelto pronto, quieres unirte a nosotros cielo? — me dijo mi marido mientras se acercaba desnudo hacia donde yo me encontraba

— Fuera de mi casa, cabron como puedes hacerme esto — le grite

Erik, me cogió el brazo con su mano, poniéndola en mi espalda con fuerza mientras me empotraba con la puerta del dormitorio

— Por que tu en la cama no sabes moverte y me aburres, aparte de que no satisfaces mis deseos y te aclaro que como se lo digas a alguien, te mandó a tres metros bajo tierra y Lorena cariño, sabes que soy capaz de hacerlo, asi que calladita, y ahora ves a la cocina a prepararme la cena, que tengo hambre ¿entendido? — me dijo gritándome

— Si te he entendido — le dije tartamudeando, ya que con su mirada, sabía que me decía la verdad.y que no me mentia cuando  decia que me mataría

Mientras Erik cenaba, yo cogi la maleta de mi armario para hacer el equipaje, ya que había quedado con mis amigas en el club, una vez que ya tenía el equipaje hecho, cogi con la mano la maleta llevándola hacia el salón, acercándose Erik a mi con el semblante muy serio

— ¿Dónde te crees que te vas? — me preguntó

— Nos vamos mis amigas y yo de viaje, nos ha dado la supervisora vacaciones — le dije, pareciendo mi cuerpo una gelatina, de la forma en que temblaba

— Lárgate de mi casa, haber si encuentras una polla que te enseñe cómo complacer a tu marido en la cama, que yo haré lo mismo, aunque se donde conseguir una mujer que valga mas que tu — me dijo

Me marché de mi casa al garaje donde tenía mi coche, deje la maleta en el maletero y subiendo a mi vehículo me marché de allí hacia el club. Nada más llegar, entre en el club muy nerviosa, dándose cuenta enseguida mi amiga Bianca, que se acercó a mi, ya que estaban ella y Melody sentadas en unos sillones

— Lorena ¿te encuentras bien? tienes mala cara — me dijo

Me senté con ellas, contándoles seguidamente lo que me acababa de pasar con mi marido, mientras lloraba sin consuelo

— Calmate, tienes a Kevin, que le den a ese hipócrita de m****a, — me dijo Bianca

— Pero en mi casa y en mi cama, se que Erik estaba borracho, pero no me esperaba encontrarme esa escena en mi propia cama chicas — les dije

— Ahora divorciate de él, no tienes porque aguantarlo, vete y pide el divorcio Lorena — me dijo

— Me mataría, ya me lo ha avisado y se que es capaz de hacerlo — les dije

— Vamonos de vacaciones y cuando volvamos ya veremos, pero tranquilizate por favor Lorena — me dijo Bianca 

“” Ya estamos aquí”” gritaron Melody y Bianca cuando salimos del Aeropuerto Internacional de Miami, ya que la decisión fue, porque mis amigas sabían que me hacía mucha ilusión conocer esta magnífica ciudad. Cogimos un taxi en la misma puerta del aeropuerto dándole al conductor la dirección de la casa que alquilamos las tres amigas por internet, ya que al quedarnos en un hotel no hubiéramos tenido la misma privacidad que en la casa particular y además nos hubiera costado bastante más dinero. 

Cuando llegamos a la vivienda, bajamos del vehículo entrando en la casa seguidamente con nuestro equipaje, ya dentro de la magnífica casa nos abrazamos las tres, saltando y gritando como si fuéramos unas colegialas locas. Dejamos nuestros equipajes en los dormitorios, nos duchamos y después nos vestimos para disfrutar de nuestra primera noche, noche loca de chicas, como le llamamos las tres. 

Primero nos fuimos a cenar a una pizzería cerca de la playa y cuando terminamos de cenar nos marchamos despues buscando un club donde tuvieran los asientos cerca de la playa, cuando lo encontramos pedimos en la barra del bar un cóctel para cada una y nos sentamos en los sillones, acercándose a nosotras poco minutos después unos hombres muy guapos con una sonrisa ladina en sus labios cada uno, que quedamos enamoradas cuando los vimos porque ya los conocíamos muy bien 

—Hola buenas noches, ¿qué tal el viaje en avión? — nos dijo Kevin sorprendiéndonos al verlos también en aquella bonita ciudad 

— ¿Qué hacéis vosotros aquí? ¿Nos estáis siguiendo?— contestó Bianca 

—Hemos venido por negocios, íbamos a tomarnos algo antes de volver al hotel, cuando os hemos visto aquí sentadas ¿Nos podemos sentar con vosotras? — nos preguntó Mario 

— No series peligrosas ¿verdad?,— les dije riendome 

— No tranquilas somos buenos chicos, — me respondió Kevin, rodeando mis hombros con sus brazos, acercando sus labios a los míos

Después de las presentaciones y de reirnos todos, los chicos pidieron otra ronda de bebidas mientras hablábamos, marchándonos todos del club ya de madrugada, caminando quisieron ellos enseñarnos lo que era un paseo por la parte de la ciudad nocturna, ya que según los tres chicos habían viajado mucho a esa ciudad por negocios acompañándonos los tres después paseando hasta la casa que alquilamos mis amigas y yo para para pasar las vacaciones en Miami

— ¿Quedamos mañana? — nos preguntaron, diciendo las tres que sí, muy ilusionadas, 

Los días siguientes a nuestra llegada a Miami, íbamos a la playa por la mañana o por la tarde, según estábamos dispuestas después de pasar las noches con los tres chicos. A veces los veíamos por la tarde y otras veces por las mañanas, pero en la noche siempre nos veíamos con ellos ya que nos recogían todas las noches en nuestra casa. Llevábamos tres semanas en esa preciosa ciudad cuando una noche, que fui a la casa yo sola `para coger un suéter porque que tenía frío y la noche era fresquita, empecé a sentí como si alguien me siguiera, empecé a andar más deprisa pero casi llegando a la casa, uno de los hombres que me seguían me tapo la boca arrastrándome a un sitio más oscuro fijandome que eran dos hombres, intente escapar, les di patadas y al que me tenía la mano en la boca le di un mordisco, dándome él un bofetón tirándome al suelo, me intentaron arrancar la ropa para, violárme los dos hombres que eran, pero pude correr encontrándome sola cuando me aleje de esos hombres y sin saber dónde estaba ya que no conocía aquel terreno. No sé cuánto tiempo estuve medio desnuda y tirada en ese terreno, pero agradecí cuando empecé a escuchar a una de mis amigas llamándome

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