Máximo Spencer, más conocido como el DESALMADO. hombre beneficiado por los dioses, tan guapo como millonario. Su poder sobrepasa a los mafiosos que quieren ser su competencia, sin embargo, para él la competencia no existe. Su mente posee un amplio conocimiento de la vida, sabiendo manejar todo a su antojo, pero no todo como él supone, pues a su vida, llegará una chiquilla que lo hará poner los pies sobre la tierra.—mi señor, no tengo cómo pagarle, por favor deme más tiempo —¿Escuchas eso Aquiles?— le pregunta a su hombre de confianza mientras observa con enojo al anciano de aproximadamente 61 añosAquiles sonríe maliciosamente, por algo es el hombre de confianza de Máximo Spencer. Tuvo que aprender a ser frío y calculador.—al parecer el señor Winner, no entiendo su advertencia, mi señor— Aquiles saca su arma de alto valor para deshacerse del anciano, el cual años atrás había pedido dinero prestado para no perder su casa, un gran valor para él porque la construyó por mucho tiempo ju
—Julieta— la menciona con lentitud, por lo que ella se aferra más a la cadenita que tiene una cruz colgando —no sé que estoy haciendo aquí ¿Dónde está mi padre?—no soy capaz de responder preguntas señorita Winner. Pero le diré el motivo por el cual usted está ante mi presencia— contempla el rostro de la chica, la cual pasa saliva y luego tiene sus labios entreabiertos —eres mi esclava —¿Qué...?— retrocede un paso y los nervios empezaron a ser estragos, cuando por un mal movimiento en su retroceso, su tobillo se dobla un poco y para no lastimar a alto riesgo, pierde el equilibrio, por lo tanto, cierra los ojos esperando el golpe, pero resulta que no fue así. Aquellos brazos bien formados la sostienen haciéndola sentir una sensación de su estómago Spencer la detalla a un más, sin embargo, cuando la chica lo mira con curiosidad porque tiene la máscara puesta, él retoma su compostura.—sé más cuidadosa, no estaré todo el tiempo evitando a que caigas— se separa de ella, así que Julieta
Julieta, trata de retomar fuerzas, tener así de frente a un hombre tan desafiante y malicioso como Máximo Spencer, no es fácil.—no... No lo haré— habló con firmeza —no pienso mostrarte mi cuerpo, no pienso ceder a lo que quieres. Una mujer no puede ser tomada a la fuerza, eso te hace ver como un violador —¡Silencio!— agarra la lencería y luego, la agarra fuertemente del brazo para así, llevarla al baño —¡Suéltame!— Julieta siente temor, y al Máximo tenerla en toda la puerta del baño le dice —¡10 malditos minutos! Si no lo haces, lo primero que tendrás aquí, es la cabeza de tu padre!— la ingresa al baño y luego le entrega la lencería —¡Cuidado con querer encerrarte porque tumbó la puerta— cierra fuertemente y ella siente un palpitar en su corazón de temor—ayudame Diosito, jamás he estado con un hombre, no permitas que esto me vuelva a pasar, no quiero, no quiero ser obligada a estoMientras Julieta se aferra en oración, el Desalmado está sentado en el sillón cruzado de piernas, f
—¿Qué está pasando?— Julieta le pregunta a Aquiles en voz baja —ven— la agarra de la mano y se la lleva a la cocina. Cuando están a solas le responde la pregunta —es el señor, está molesto, pobre de nosotros, cuando se pone irritado nos pone a trabajar el doble hasta cosas innecesarias —¿Por qué estás aquí?—Hemos sido él y yo por años y así seguirá siendo. Debes comer, llamaré a la sirvienta —¡Espera!— lo detiene, teniendo su atención —¿Tu jefe es un asesino?—el peor asesino— responde y Julieta palidece —¡Entonces me va a matar!— exclama con temor recordando que no le quiso obedecer —y si es así, no puedo hacer nada. Lo mejor que puedes hacer es tratar de sobrevivir— sale de la cocina para ir en busca de la sirvienta —¡Diosito no quiero morir! Antiguamente uno se podía defender y no era pecado, lo haré, no me pienso dejar de ese cruel hombre— se acerca rápidamente a dónde está toda clase de cuchillo y agarra el más pequeño. Lo guarda rápidamente cuando abren la puerta —¿Qué h
Máximo Spencer siente hambre, su mirada es aún más oscura, incluso su piel se eriza cosa que nunca le había causado una mujer. Verla ahí, solo para él, con esa lencería que deja mucho que ver, sentada en el orillo de la cama, su rostro sonrojado quizás por la vergüenza, eso, eso le hizo babear de ganas.Sus pasos son firmes hacia Julieta, que no se atreve a mirarlo por ahora, y que se le va a salir el corazón de lo acelerado que lo tiene. Lo único que puede ver son sus pies, ya que él está descalzo, y así que cierra los ojos y traga grueso, le es sumamente difícil estar en esta posición y vestida así, los malos recuerdos quieren venir ya que eso le causo pánico, pero se quiere calmar, quiere dominar ese mal.Su temor se hace mayor, porque él no le dice nada, absolutamente nada, solo la mira y es que literal, no puede dejar de mirarla, ella tiene unos grandes pechos y aquel coqueto lunar como si fuera arte en el pecho derecho de ella le llama más la atención, son grandes como a él l
Julieta, espera la agresión, el sentir ese dolor y ardor, pero lo que hace Máximo es apuñalar la cama con toda furia y observa cómo el pecho de ella sube y baja del temor.Necesita tomarse un trago, necesita liberar su furia de otra manera. Se coloca de pie sin dejarla de mirar. —¡Que sea la última vez Winner, que te atrevas a hacerme algo, ¿Es que aun no sabes quién soy?— le pregunta, pero le es imposible controlarse, toda su sangre hierve como un volcán, así que la agarra del brazo y la hace colocarse de pie a la fuerza —¡No! ¡Déjame!— le suplica aún con sus ojos cerrados —te lo ganaste— la agarra con más fuerza, y luego con su mano libre, agarra la sábana y le cubre el cuerpo. Lo cual es algo tonto por parte de él, literalmente no le molesta mostrar el cuerpo de las mujeres que se folla, pero inconscientemente hizo esa acción.—¿Qué haces?— pregunta al abrir los ojos para poder caminar bien y no tropezar —¡Verás de lo que soy capaz!—¡Me vas a matar!— Julieta empieza a patalear
—¡No es tu asunto! Vete, largo de mi presencia— Máximo ha perdido la cordura Aquiles se marcha rápidamente, pero antes de irse a hacer la investigación, pasa a la habitación de Julieta y abre la puerta. Ella aún está bajo la regadera.—señorita Winner— la menciona y ella escucha la voz del hombre—¡Quiero estar sola!— respondió con amargura en su corazón —quiero ayudarla, salga del baño— le pide amablemente y Julieta se coloca de pie muy furiosa, luego agarra la toalla y se cubre el cuerpo —¿Ayudarme? La única forma en que me ayudes, es sacándome de aquí— dijo al estar frente a él Aquiles la observa de pies a cabeza, claro, una mirada fugaz para no incomodar, y se percata del cuerpazo de la chica, lo cual no le agrada. —No puedo. Además, no puedes estar bajo el agua todo el tiempo, te vas a enfermar. Voy a casa de tu padre —¿Qué? ¿Acaso que, te mando hacer ese loco desquiciado?— Julieta se preocupa —¿Vas a lastimar a mi padre por lo que le hice a tu jefe?—baja la voz. Mi jefe n
—lo que necesitas es un castigo— la agarra de la manos para tenerla sometida —no necesito nada— responde y Máximo con su mano libre la nalguea para luego, hacerla abrir de piernas teniendo un buen acceso, por lo que ella lo puede sentir, así que cierra los ojos —¡El que manda soy yo!— roza su miembro con el trasero de Julieta, haciéndola sentir una extraña sensación, por tal motivo intenta levantarse, pero no puede, él está ejerciendo fuerza —¡Jamás podrás librarte de mí!— dijo con firmeza y ella siente ira porque se cree dueño de todo lo que se le dé la gana —no quiero que me toques, me da asco que lo hagas— Julieta pasa saliva y luego sus labios toman una posición entre abiertos, al sentir como la mano del despiadado hombre, recorre sus nalgas con determinación y aprieta Máximo es demasiado sucio en la cama, su nivel de placer y experiencia no tiene límite, sabe que hacer y no con una mujer para volverla loca, y si meterle miedo no funciona, entonces se va por lo que es todo