—sería un honor que lo hicieras— dijo Miguel, rompiendo el hielo, ese silencio de Dulce María—será un placer— Dulce María desea desaparecer—sería maravilloso que puedas organizar nuestra boda— Natalia le hace ojitos—será mi regalo de bodas— Dulce, sonríe forzosamente, por lo tanto, Miguel se acerca y la abraza, ese abrazo lastima aún más el corazón de la chica —tenemos que hablar— súplica Miguel —¿Cómo pudiste ocultarlo?—te lo iba a decir pero...—¡Cariño!— lo llama Natalia interrumpiendo la conversación —tu prometida te llama— Dulce se aparta e inmediatamente Spencer le agarra la mano para atraerla hacia élMiguel frunce el ceño, es la primera vez que ve a Spencer. —creo que necesitas un trago— Oliver la lleva hacia la barra —suéltame— Dulce se suelta de su agarré, es evidente que su padre la está mirando desde una distancia, puede sentir su pesada mirada —lo lamento, pero no soy el culpable de ese dolor que sientes, ¿Lo amas?Dulce sonríe nerviosamente. —Es mi mejor amigo,
—hablamos en cuanto lleguemos al apartamento— pide Miguel y Dulce María fija su mirada en la ventana, no lo quiere mirar, siente que no es capaz de controlar sus emocionesEl gran silencio invade, por lo tanto, Miguel se enfoca en manejar mientras Dulce se pierde en la hermosa ciudad, de noche es demasiado hermosa.Al llegar al edificio, Miguel ingresa al estacionamiento, al estacionar y apagar el auto, golpea el volante, un fuerte puño que llamó la atención de Dulce María.—quería decírtelo, me molesta que pienses que no eres mi mejor amiga, eres más que eso— dice y el corazón de ella se acelera —eres como una hermana para mí —Dulce sintió un golpe en su pecho —estabas demasiado ocupada con la boda de mi hermano, y luego, cuando te llamé para que me regalarás 5 minutos de tu tiempo— Dulce María se acuerda cuando él la llamo —me dijiste que en otro momento porque estabas muy ocupada. Te di tu espacio, intenté decirte que Natalia vendría, pero luego ya no tuve el valor —¿Por qué Migue
—¿Qué estamos haciendo Dulce?— Miguel cierra los ojos y pasa saliva para sentir las caricias de Dulce Maria —solo... Dejémonos llevar— Dulce suaviza su tono de voz, aunque esta tan excitada que ni siquiera está pensando en que podría ser un gran error entregarse a su mejor amigo, dónde él también la ve como una amiga Pero de pronto, Miguel se aparta y ella queda tan caliente que sus manos están ansiosas por tocarse a sí misma.—Miguel...— lo menciona pero, él le da la espalda y luego dirige sus pasos hacia donde está la botella de whisky para servirse un trago, pero su mente está tan aturdida que deja el vaso de cristal a un lado y lleva el pico de la botella a sus labios, dónde bebió a zancadas sin importa el ardor en su gargantaDulce María al verlo desesperado, sabe que él está en una lucha por querer follar y por el respeto de la amistad.—¿A qué le temes, Miguel?— queda a un lado del hombre que tiene un cuerpo tan delicioso, esos músculos y su abdomen marcado, ella en otras oca
—y tú jamás tendrás a una mujer que se entregue en cuerpo y alma, quiero más Miguel, ya no siento dolor, quiero que acabes conmigo si es la última vez, hazlo como un salvaje, hazlo con pasión fingiendo que me amas— Dulce María lo dijo seguidamente, con su respiración agitada —tus deseos son órdenes Luego de esa corta conversación, la pareja de amigos se entrega sin límites, ni siquiera hubo más palabras, solo gemidos seguidos, rasguños, azotes, nalgadas, bofetadas, besos con lengua, estocadas intensas, suaves y matadoras. Ambos se quedaron dormidos, luego de tremenda maratón que se dieron, y lo mareados que estaban por el whisky, el sueño los venció.Al salir el sol, el celular de Miguel empieza a vibrar, causando molestia en Dulce, porque la vibración es fuerte y el móvil está al lado de ella.De paso su cabeza le duele y su cuerpo... Es como si un camión le hubiera pasado por encima, literal, Miguel la destrozó. Lo más difícil para ella fue abrir sus ojos y encontrarse con el ro
Miguel posa sus manos en su cabeza, y luego suspira profundamente. —¿Qué has hecho hijo?— Parrow se acerca a él, quedando frente a frente mirándolo con desdén —padre... No sé cómo explicarte —¡No mames Miguel! Ese vestido es de la señorita Dulce Maria ¿Cierto? Miguel baja sus manos y con sus hombros caídos asienta con la cabeza, para boom, sentir la fuerte bofetada de su padre en su mejilla derecha, jamás le había puesto una mano encima.—lo merezco, lo sé—¿Qué sabes cabrón? ¡Dulce Maria es la hija de Charles Villareal, el cabecilla de esa familia! ¿Sabes el gran poder que tiene ese hombre? ¿Cómo fuiste capaz?— le grita fuertemente —¡¡Es evidente que ella era virgen!!— agrega al percibir el silencio de su hijo —¡Tú y tu hermano nos están ocasionando problemas después de viejos!— le da la espalda y camina saliendo de la habitación—espera padre, por favor— Miguel lo sigue y Parrow se detiene —¿Y no era que solo la querías como una amiga?—ayer nos pasamos de tragos, no la obligue,
Massimo lo mira detenidamente. —¿Te has enamorado de tu mejor amiga?— pregunta, sin parpadear, literal, está sorprendido—No... No, claro que no. Por algo me comprometí con Natalia —Como dice mi esposa, el que ama no engaña, ¿Entonces por qué llegaste a ese punto?—Massimo no me estás ayudando, solo vine a ver cómo estabas...— Miguel camina hacia la ventana, necesita recibir un poco de aire fresco —¿Eres tonto o te haces?— Massimo lo mira con el ceño fruncido—no me entiendes, ni yo mismo me entiendo. Mi relación con Dulce siempre ha sido buena, mejores amigos que se cuentan todo, ella conoce todo de mí y viceversa. Ayer paso lo que pasó porque habíamos consumido alcohol y no puedo negar que Dulce es hermosa, es un Dulce néctar que probé sin remordimiento, lo disfrute, y eso me preocupa— voltea a mirar a su hermano —cuando desperté ella no estaba, quizás también está arrepentida, no sé si pueda ser capaz de mirarla a los ojos, no entiendo qué putadas paso. La he vestido en traje de
Frente al restaurante Blues, Dulce se debate si baja o no del auto. —¿Qué esperas?— pregunta Mariano que está de piloto —no sé qué carajos me pasa pero, pareciera que los pies no me dan— Dulce mira por la ventana hacia el restaurante Blues—prima, no lo pienses tantos, entre más pienses más miedo te da, acuérdate que heredamos el espíritu de valentía, baja del auto y haz todo lo que hablamos— le aconseja Selene Dulce Maria abre la puerta del auto, pero siente que no puede, literal está nerviosa, sus piernas le tiemblan.—¡A la m****a!— Mariano baja del auto muy enojado y luego se acerca a Dulce y la baja —¡Hey... Eres un idiota!— espetó furiosa —disfruta, pon todo en práctica— Mariano cierra la puerta del asiento trasero y regresa al asiento de piloto—¡Mariano me la pagarás!— lo señala Dulce María—como digas querida— dice con una sonrisa de oreja a oreja y enciende el auto —mucha suerte Dulce— le desea Selene sonriendo ampliamente, sabiendo que eso que siente Dulce, ella lo sin
—el destino quiere vernos juntos— le sonríe ampliamente mientras Miguel lanza su mirada afilada y Natalia lo agarra de la mano pudiendo percibir que algo extraño le está sucediendo a Miguel con Dulce Maria —Estás guapísimo. En estos momentos estoy organizando la boda de mi mejor amigo, por cierto, te lo presento, Miguel y su prometida Natalia Oliver extiende su mano hacia Miguel, el cual la recibe sin dejar de mirarlo a los ojos. —un gusto conocer al mejor amigo de Dulce. Felicidades por su compromiso, el matrimonio es un paso importante, debes amar mucho a tu prometida—claro que me ama, nos amamos con locura ¿Cierto, cariño?— Natalia sonríe forzosamente—así es— se suelta Miguel del agarre de Oliver para tomar a Natalia de la cintura —es la indicada. Pero llegaste en un mal momento, estamos hablando de nuestra boda ¿Te puedes retirar?— Miguel habla sin pelos en la lengua—¡Miguel!— exclama Natalia por el comportamiento de él—no seas grosero Miguel— lo mira con enfado Dulce María