Jorge hace una expresión en su rostro de que no lo puede creer, así que mira hacia los lados pensando que es una broma, literal Selene lo tomó por sorpresa.Pero su reacción le preocupa a ella, porque la hace sentirse insegura y de que metió la pata.—yo...— Selene baja su mirada, por lo que Jorge entiende que es real—¡Selene!— posa sus manos en el rostro angelical de ella, y luego se acerca más, quedando a escasos centímetros —¿Dime qué es cierto?— susurra Y Parrow que los está mirando empuña sus manos y lanza una mirada asesina.—lo es... ¿Ya no quieres?—no te imaginas cuando lo deseo— la besa, tomándola por sorpresa, un beso apasionado, uno que tanto él necesitaba, pero pasa algo... Selene no siente calor en ese beso, esa marea de calor que le hace sentir Parrow Massimo no soportó estar más en ese lugar, pero ya vio lo que tenía que ver, justamente para continuar con su plan maquiavélico.Selene hace su rostro hacia atrás para que Jorge ya la dejará de besar, debido a que ella
Jorge observa el taxi hasta que desaparece, mientras en sus labios se dibuja una sonrisa amplia, ahora con más razón, desea poder terminar rápido su trabajo, para ir por Selene y lograr que ella se enamoré de él.En el taxi.Mariano está cruzado de brazos, observando por la ventana, las calles hermosas de Inglaterra, la noche la hace más hermosa y perfecta.—ya puedes decirlo...— Selene sabe que él está sumergido en sus pensamientos, que está a punto de estallar y decirle hasta de que se va a morir—¿Para qué? ¿Acaso mi opinión te va hacer retroceder en una decisión que ya tomaste?— le habla en tono de voz molesto, sin dejar de mirar las callesSelene suspira y hace su cabeza hacia atrás para relajar un poco su cuello, ya que está tenso hasta sus hombros.—no estés molesto, Mariano. Sé porque estoy haciendo esto —Selene, quizás Jorge te guste, pero es un estúpido gusto como decir que me gusta tus gafas, en un puto gusto que te das y luego ya te estorba ¿No pensaste en eso?—de verdad
Selene Villarreal se siente ansiosa. Sabe que la amistad que tiene Anastasia Parrow, con su madre y sus tías, es excelente, así que se siente mal al querer decir toda la verdad respecto a Massimo, pero siente que no puede callar eso que siente, eso que la está haciendo sufrir a muerte lenta.Ahora está frente a la mansión Parrow, y sus manos sudan, incluso, sus piernas tiemblan y la manera en que late su corazón, es como si se le fuera a salir. —tú puedes...— se dice mentalmente —es ahora o nunca, debes soltarte de ese hombre— respira profundamente y toma el valor que necesita, para tocar el timbre.En menos de un minuto le abren la puerta, y es Anastasia.—¡Oh mi bella Selene, que gusto tenerte en mi casa!— la abraza y Selene ya se siente más nerviosa de contar la verdad—gracias señora Anastasia, eres muy amable— le abraza de igual manera —estás fría cariño, adelante, te prepare un chocolate delicioso, debes tener hombre, creo que no has desayunado—no es necesario...— intenta det
Aquel beso para Selene, realmente la hacía sentir mariposas en su estómago, pero recuerda a Jorge, y recuerda lo mal que le ha hecho Massimo, por tal motivo lo aleja bruscamente y luego le propina otra bofetada, pero bien fuerte que dejó ardiendo la mejilla derecha del cruel hombre, dueño de su corazón.—¡No te lo permito!— lo señala y le lanza una mirada determinante —¡No sé a qué putadas estás jugando, pero no te permito que te burles de mí— continúa con su fuerte temple —y para responder a tu pregunta, sí, Jorge es mejor que tú, al menos él me da mi lugarParrow esboza una falsa sonrisa de felicidad, pero en realidad se está muriendo por dentro de la rabia, incluso, su sangre hierve y quiere acabar con el mundo entero en estos momentos.Selene al ver que ese hombre no habla, se pone más furiosa, así que ella, pasa su mano derecha por su boca y se limpia, sin dejar de mirarlo, y para el colmo, escupe mostrando su despreció hacia él.—¿A quién le quieres mentir, Selene Villarreal?— M
—¡Ni loca! Te voy a aclarar algo Massimo Parrow, no soy tu propiedad— Selene camina hacia la puerta, necesita salir de ese lugar, las palabras de Massimo la confundenPero él muy ingrato la agarra de la mano y la atrae hacia él. —¿Por qué te resistes? Si es eso lo que tú quieres —no te creo nada, y no pienso dejarme pistear de tí. Además, soy la novia de Jorge, y soy leal— intenta apartarlo —lo mejor es que me sueltes, no quiero formar un escándalo estando tu madre. Debería darte vergüenza, eres un poco hombre —lo acepto, soy un poco hombre, pero uno, que logrará lo que quiere. Ahora, querías saber si me gustas, y sí me gustas ¿Por qué no?— la mira de manera coqueta—deja de decir tonterías, no está tu madre para que mientas —tú lo has dicho. Es real que me gustas, y si tenemos una seria relación, quizás llegue a amarte —no estoy para recibir migajas —no me voy a rendir, siempre tengo lo que quiero— le guiña el ojo —eres mía, tu virginidad será para mí y sé que te vas a guardar p
El día transcurre lento para Selene, aunque no tardaron tanto en decorar el penthouse. En sí la decoración no es exagerada, pero está mejor que el apartamento donde vivía antes. El timbre suena y ya sabe Selene que es su hermano.—voy— dijo Mariano y Selene se sirve un poco más de vino. Está sentada en el cómodo mueble.Si no fuera por Mariano, ella estaría más triste y ni ánimos hubiera tenido para decorar el penthouse en poco tiempo, lo que hace el dinero y una buena amistad. Cuando Mariano abre la puerta, abre sus ojos como platos y su corazón se acelera. No es Israel, es un mensajero, y en sus manos trae un gran ramo de rosas rojas.—¡Santa madre!— exclamó Mariano—¿La señorita Villarreal?— pregunta él mensajero—¿Quién envía eso?— Mariano está sorprendido—es de parte del señor Massimo Parrow—¡Massimo Parrow! Sí... Adelante— Mariano lo deja entrar y cuando Selene vio el ramo de rosas rojas, por poco y escupe el vino —creo que se han equivocado de lugar— se apresura a decir Se
—¿Selene? ¿Nena?— dice Jorge, ya que ella está en silencio—Amm sí. Te espero, espero verte pronto—nena ¿Qué sucede? Te escucho extraña, sabes que si algo te pasa, puedes decirlo, somos novios, pero también amigos Ella hace silencio por segundos, y luego, dice.—solo estoy cansada, tuve un día agotador, te enviaré por texto mi nueva dirección. Sé que tienes preguntas, pero es mejor hablarlo personalmente—tienes razón nena, te dejo descansar, estoy emocionado por verte, por besar tus labios—también... Quiero verte, hasta luego— Selene cuelga la llamada Parrow vuelve a llamar, pero ella le cuelga la llamada. Así que él le envía un texto.—no puedes huir de mí, futura esposa— ella siente un fuerte palpitar en su pecho Sin embargo, no le responde, cierra sus ojos y trata de relajar su mente. —no te dejes Selene, tú eres más inteligente. Es mejor que piensen que eres vulnerable, para luego dar el gran golpe, como toda una Villarreal, tú puedes... —¿Qué haces ahí?— preguntó Mariano
—¡Vaya, que grata sorpresa!— sonríe Parrow, por nada del mundo se va a dejar intimidar por IsraelIsrael le da una buena jalada al cigarro y luego lo lanza al suelo. —¿Qué haces aquí?— Massimo detiene sus pasos —¡Oh, vaya!— exclamó al ver a los hombres de Israel, aparecer de la nada —¿Acaso te da miedo venir solo?— pregunta sin dejarlo de mirar Israel expulsa el humo del cigarro y luego emboza una sonrisa maliciosa. —¿Aún no has aprendido a conocerme? ¿O acaso se te olvida quién me engendró? —¡No me importa! De hecho tu presencia repugna mi alma. Y ni creas que los golpes que me diste los pasaré por alto, eso me lo vas a pagar —Eso es algo poco para mí, siento que te mereces mucho más, por lastimar a mi hermana, no eres suficiente para ella. Además, me alegra que esté con Jorge —¿Seguro? Conozco a Jorge como la palma de mi mano y puedo decir con seguridad, que soy mejor partido para Selene que él— sonríe —pero resulta que aquí no importas tú— ingresa sus manos en los bolsillos d