— No tendrás que lucirte ni mostrar los grandes proyectos. Solo te darán la bienvenida, así que no hay por qué estar nervioso — Animaba Calisto a Ulises mientras se dirigen al punto de la reunión.—Entonces solo saludo y ya — se mofó el oji verde, consiguen que Calisto rodara los ojos.— Claro que no, muestra seriedad y profesionalismo por favor, eres un hombre muy capaz.— Si sigues diciendo esas cosas, me la voy a creer — alegó Ulises animado.— Eres imposible. Anda ve y demuestra todo lo que te he enseñado — lo empujó ligeramente fuera del elevador cuando las puertas se abrieron.— Que delicada — se quejó Ulises.Juntos caminaron por un largo pasillo franqueado por oficinas hasta llegar a la sala donde sería la reunión.Al llegar tres hombres mayores entre ellos Buck Silveira los esperaba.— Señorita Melker, no puede ser, así que usted está detrás del éxito de este prometedor muchacho, maldito Cooper, sí que se lo tenía bien guardado— exclamó con sorpresa al verla acompañar a Ulise
La dichosa cena tenía a Calisto demasiado inquieta, utilizó uno y miles de pretextos para no asistir; pero fue imposible, daba la impresión de que la vida misma conspiraba en su contra; pero ella sospechaba que esa conspiración tenía nombre y apellido, Abner Barbaren. Estuvo segura cuando se enteró que la cena se llevaría a cabo en el restaurante del hotel en el que se hospedaban ella y Ulises, ya que el líder de los Barbaren también se quedaba ahí. — Que conveniente — renegó, lanzando su maleta con todo y ropa al piso, frustrada — Maldito, maldito Barbaren, ¿Qué es lo que busca?, fastidiarme la vida más de lo que ya lo ha hecho — se decía a sí misma. — Pero no se lo voy a permitir, le mostraré en lo que su engaño me convirtió— como un mantra se repitió aquello durante toda la ducha y mientras se alistaba para acudir al encuentro con el hombre que más despreciaba en su vida. Un vestido color azul marino, de manga larga, cubría su cuerpo delineando sus delicadas curvas, zapatillas
— Cali — exclamó Dara en un hilo de voz al ver a su amiga, jamás se imaginó que se tratase de ella cuando llamaron a su puerta.— Hola — saludó Calisto con temor. Después de todo al irse también dejó a su amiga, al tenerla frente a ella comprendió que había sido demasiado egoísta, por la urgencia de alejarse de aquellos que le hicieron daño, no pensó en quienes le habían mostrado su cariño, y le brindaron una amistada incondicional como lo hizo Dara.—Hola — respondió Dara mirándola como si sus ojos la estuvieran engañando y en realidad Calisto no estuviera frente a ella.— Lo siento tanto — balbuceo Calisto, se lo debía y no esperaba que Dara la perdonara de inmediato, tendría que esforzarme demasiado para ganarse su perdón.— No…- no sé qué decirte — respondió la rubia. Se dejó crecer el cabello en su color natural, ya no quedaba ni rastro del morado y rosa que usualmente llevaba en el cabello, lo tenía más largo, su rostro lucía más delgado, ya no usaba el piercing en el labio ni l
Abner no bromeaba cuando aseguró que no le pondría a Calisto nada fácil el camino para hablar con él, ya había pasado una semana y la joven no había podido acercarse ni siquiera él, esté siempre encontraba un pretexto para escaparse.— Me está bloqueando —exclamó con frustración.— Es un tipo muy ocupado — alegó Dara.— Puedo soportar cualquier cosa; pero que tú lo defiendas, definitivamente no es una de ellas — rebatió su amiga.— No lo defiendo, me doy cuenta por Ilan que apenas y tiene tiempo de descansar, se queja muy a menudo que él y Kenzo apenas y lo ven — se excusó Dara.— ¿Dónde está viviendo?, ¿en la mansión Barbaren? — inquirió Calisto.— No convive con su abuela y ella está ahí.— El antiguo departamento.— No, ese lo vendió — Entonces…— No, se deshizo de él — se apresuró a responder Dara, sabía que Calisto se refería al departamento que compartieron juntos.—Oh — exclamó Calisto sintiendo un pequeño pinchazo en su corazón.—Según Ilan, pasa de hotel en hotel, renta por
Su mano temblorosa se encontraba a milímetros de la perilla de la puerta, dudaba de estar haciendo lo correcto y temía por lo que le aguardaba dentro, una sensación de que su vida cambiará por completo tras entrar a aquel departamental revoloteaba por todo su cuerpo y no estaba equivocada.llegó buscando la verdad y una explicación a todo su sufrimiento, ya nada le impedía obtener las respuestas a sus preguntas, solo una puerta se interponía.¿Qué pasaría después?, esa pregunta no la abandonan, se arraigó en su mente con firmeza, ¿qué sucedería con su vida, con la de Abner tras obtener las respuestas que ambos habían estado ansiando con tanto fervor durante casi dos años.Solo pasando aquella puerta lo descubriría, así que no le dio más vueltas al asunto, hizo acopio del poco valor que la acompañaba en aquel momento, tomó la perilla con fuerza y abrió la puerta.Nunca espero que aquel lugar luciera tal cual estaba cuando ella se fue, aun así, jamás imaginó que se viera como ahora, se
El silencio de aquella habitación fue interrumpido por el estruendo de un fuerte golpe, Calisto estrelló su mano en el rostro de Abner con todas las fuerzas de las que era capaz.— ¡Me crees estúpida!, ¡en serio Abner!, ¡cuando vas a dejar de burlarte de mí! — reclamó histérica — ¡crees que no me daría cuenta si estoy casada! tú y yo no estamos casados — espetó con los dientes apretados.Pese a que su mejilla ardía de dolor por el golpe, Abner sonreía triunfante, orgulloso de poder al fin decir que ella era su esposa, ya no habría nadie que lo detuviera, se lo gritaría al mundo entero, aun y cuando la mujer en cuestión se manifestar un poco reacia a aceptarlo.— Lo estamos — afirmó una vez más Abner.— No es posible, ¿cómo? — Calisto se encontraba más que desconcertada por la noticia, no sabía si llorar, reír, matar a Abner o volver a desaparecer.— Cuando firmamos los papeles de compra del departamento, le pedí a Ilan que arreglara todo — Abner suspiro pesadamente había llegado su t
Calisto se removió entre las sábanas, sabía que tenía que abrir los ojos; pero se negaba hacerlo, de solo pensar el día que le aguardaba le provocaba no querer levantarse nunca de aquella cama que compartía con Abner.Su cuerpo estaba adolorido y ella realmente exhausta, sin embargo, el recortada a que se debía aquello su pecho se inundó de felicidad, había pasado la mejor noche de su vida en los brazos de Abner, no tenía ninguna duda que todo su ser le pertenecía a aquel imponente hombre de ojos color pardo.Sin poder evitarlo más abrió los ojos y ahí estaba él, sonriéndole como si acabara de ver a un mismísimo ángel, aunque está mejor decir que el ángel parecía él, lucía fresco y radiante pese a su cabello desordenado que a cualquier otro no le sentaría bien; pero a Abner lo hacía lucir jodidamente sexy.— ¿Tienes mucho despierto? — este ensanchó su sonrisa apenas y se dio cuenta que estaba despierta— El tiempo suficiente — respondió con voz ronca y sensual.— ¿para qué? — preguntó
—¡Por dios! — chilló Dara con emoción al ver a su amigo. esta última estaba a punto de ser presentada con bombo y platino como la señora Barbaren, esposa del magnánimo y poderoso Abner Barbaren, medios de comunicación, empresarios y celebridades de todo el mundo se dieron cita para conocer a la misteriosa mujer que se había ganado el corazón del líder de la poderosa familia Barbaren.Calisto daba los últimos toques a su vestuario el cual consiste en un elegante vestido color azul verde con detalles dorado, de tirantes delgados y corte sirena con una abertura que le llegaba hasta el muslo, haciéndola lucir espectacular.Su cabello caía en ondas hacia un costado y aunque su maquillaje era natural este no dejaba de ser elegante.— Estoy muy nerviosa — confesó la joven a su amiga.— no tienes por qué, mereces ser feliz, después de todo lo que pasaron, la vida se los debe a ambos — la tomó de las manos — Verlos juntos nos da mucha paz a todos — con todo se refería a Kenzo e Ilan y ella mis