—Señorita García, de verdad te he subestimado —dijo Camila con desdén—. Jessica seguía llorando y suplicaba: "Por favor, devuélveme a Sebastián. Si aceptas hacerlo, estoy dispuesta a olvidar lo que pasó hoy". En ese momento, la puerta del café se abrió y Sebastián entró. Al ver a la multitud, empujó a los espectadores a un lado y vio a Jessica tirada en el suelo. Con expresión seria, Sebastián la levantó y le preguntó: “¿Qué pasó?” —Seb... —gritó Jessica aún más fuerte cuando lo vio. Con expresión agraviada, dijo: —¡Invité a la señorita Reynad a tomar un café y charlar pacíficamente, pero se enojó y me echó ácido sulfúrico encima! ¡Me duele muchísimo la cara! Sebas, por favor, ayúdame. Los espectadores dieron testimonio a su favor, condenando a Camila por el hecho. Camila frunció los labios y explicó con calma mirando: a Sebastián “Señor Cole, ella fue quien quiso arrojarme ácido sulfúrico, pero se cayó y el químico terminó cayendo sobre ella misma”. —Seb, me duele muc
--- —¿Q-qué tiene de malo que quiera casarme con un profesor? —murmuró Camila—. ¡Sería mejor si fuera profesor de arte! Jeremy le selló los labios con un fuerte y feroz beso. Por mucho que ella luchó, no pudo soltarse de él. Jeremy la liberó después de un largo rato. —Tú… —Camila se cubrió los labios rojos por la intensidad del beso con una mano, exasperada—. Gritó —¡No tienes vergüenza! —¿No fuiste tú quien me obligó a actuar así? — —. ¿Por qué tengo la culpa si fuiste tú quien se aprovechó de mí? protestó Camila —Es tu culpa por decir esas tonterías —Jeremy le pellizcó la barbilla y le advirtió—: Tienes una oportunidad de corregir lo que acabas de decir. Intentémoslo de nuevo. Dime con quién piensas casarte. Camila le apartó la mano de un manotazo y se burló de él repitiendo: —Me casaré con un profesor. —Piénsalo dos veces, Camila —repitió Jeremy, esbozando una sonrisa maliciosa—. Si estoy de mal humor, enviaré a Lena a estudiar al extranjero y le organizaré una hermo
--- “Comí un poco”, respondió Liam tímidamente. “Tenía ganas de masticar algo porque estaba demasiado nervioso”. Jeremy se burló. “¿De verdad? ¡Compraré diez libras de naranjas más tarde y tú tienes que terminarlas todas frente a mí!”. ¡Eso es tan cruel! señor Langley Liam se quebró y confesó todo, casi al borde de las lágrimas. “Señor Langley, soy solo un empleado de poca montas. Todo fue idea de su padre. Muéstreme un poco de piedad”. El rostro de Jeremy se ensombreció y las venas de su frente se hincharon debido a la ira. Realmente se había preocupado mucho pensando que Frederick estaba realmente mal, pero ahora se sentía mucho más aliviado. Liam murmuró débilmente: “El viejo señor Langley está preocupado. Desea tener un nieto. Dejará de hacer tonterías una vez que usted cumpla ese deseo, señor Langley”. “¿Te di permiso para hablar?” El pobre asistente cerró la boca y se giró hacia la pared, abatido. ¡Mi vida es tan dura! Media hora después, Camila salió de la sala.
La mujer que amaba podía pronunciar sin preocupación que lo entregaría a otra mujer. ¡Qué frustrante!. Camila, Noé y Lena llegaron a la casa de Claudia y se dieron cuenta de que esta ya tenía invitados. Para su sorpresa, se trataba de Jenifer, que había estado en el extranjero durante unos meses para filmar una película, y también la acompañaba un joven. —Noé, ¡ha pasado mucho tiempo! —Guille se acercó y chocó los puños con Noé. Noé miró en dirección a la cocina y dijo con admiración: “Seguro que eres increíble por poder soportar la terrible personalidad de Jenifer”. —Noé, debes haberme mentido en el pasado. Jenifer tiene una gran personalidad, además de que es linda. Tengo mucha suerte de estar con ella —defendió Guille a su novia. Noé se quedó sin palabras. Jenifer se llevó un buen susto cuando se enteró de que Lena y Noé estaban saliendo. Después de todo, Lena la había intimidado muchas veces en el set en el pasado. Era natural que tuviera algún prejuicio contr
--- Cuando Jeremy la vio parada en la entrada de la casa con la cara larga, le preguntó con curiosidad: —¿Qué te pasa? —¡Nada! —resopló Camila y se dio la vuelta para irse. Jeremy caminó rápido y la alcanzó. Le tomó la mano y le preguntó: —¿No estás aquí para traerme la cena? ¿Por qué te vas sin dármela? —¡Ya no tengo ganas de dártela! ¿Por qué no dejas que la mujer que está dentro te prepare la cena? Jeremy estaba desconcertado y respondió: —No hay nadie en mi casa aparte de nosotros dos. —¡No mientas! Jeremy, de repente, se dio cuenta de algo. Al ver el rostro enojado de Camila, esbozó una sonrisa. La tomó en brazos y entró en la casa. Camila forcejeó. —¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! ¡No voy a entrar! —Tengo que demostrar mi inocencia. Después de entrar en la sala de estar, Jeremy la bajó y tomó el control remoto. —Escuchate esto. Luego, Jeremy encendió el televisor. La pantalla mostró un anuncio de un hospital para mascotas. En el anuncio, una muj
---Camila aprovechó y lo empujó con fuerza, caminando hacia adentro con el cachorro en sus brazos.Al abrir la puerta, apareció Verónica, vestida con un elegante vestido largo color vino. Lucía gentil y cautivadora. Sonrió levemente y saludó a Camila:—Señorita Reynad, disculpe la intromisión. Estoy aquí para llevarme algunas cosas.Camila, con las mejillas ardiendo, se levantó y la saludó antes de volver a su asiento.Jeremy intervino y dijo a Verónica:—Vamos al estudio.Subieron las escaleras uno tras otro mientras Camila los miraba desde su lugar.---Jeremy le había explicado que el matrimonio entre él y Verónica era falso. Aun así, Camila no podía evitar sentirse descontenta. Era como si todos tuvieran acceso a su casa.Camila pasó un rato jugando a la pelota con Lucky dentro de la sala de estar. De vez en cuando, sus ojos se dirigían al reloj de la pared, pero no estaba segura de qué estaba esperando.Media hora después, Jeremy y Verónica bajaron las escaleras. Ella se dio la
---Una sonrisa se dibujó en los labios de Camila. Cerró los ojos y recordó con detalle las palabras de Jeremy cuando la abrazaba al lado de la piscina. Sus promesas sonaban realmente sinceras, aunque en realidad no necesitaba depender de la protección de nadie.Su caótica infancia le enseñó a ser fuerte e independiente. Pero en ese momento, no pudo evitar que su corazón revoloteara de emoción.Él juró que no le mentiría nunca más. ¿Sería cierto que cumpliría esa promesa? La mente de Camila estaba muy confundida.Salió de sus pensamientos, y después de recoger su camisón del clóset, fue al baño, se dio una ducha y finalmente se fue a dormir.A la mañana siguiente, cuando Camila despertó y estaba a punto de salir de la habitación, escuchó algunos ruidos que venían de la sala de estar. Al salir, vio cientos de rosas rojas esparcidas por todas partes y a Edwin y a Hada charlando y comportándose amorosos y juguetonamente como siempre.Camila suspiró y puso los ojos en blanco.Edwin, al v
--- ¡Novia eres la primera! ¡Lo juro! —Era cierto que ella era la primera mujer que quería traer a casa de sus padres para formalizar una relación. Satisfecha con su respuesta, dejó de hacerle más preguntas. Edwin la llevó en su auto. —Señor González. —La vieja ama de llaves que abrió la puerta se sorprendió al ver a una joven junto a Edwin—. ¿Es ella su amiga, señor González? “¡Ella es mi novia!” corrigió Edwin. —Hola —saludó rápidamente Hada. “Un placer conocerte”. saludo el ama de llaves Luego condujo a la pareja al interior de la casa antes de avisarle a Pamela, la madre de Edwin, de su llegada. La majestuosa sala de estar estaba decorada con cuadros famosos que valían al menos decenas de millones. Mientras Hada observaba ansiosamente su entorno, Edwin de repente le dio una palmadita en el hombro. Hada tampoco la vista Vio a una mujer de mediana edad hermosa y elegante de piel muy clara que salía de la cocina y caminaba Asia ellos. —¡Mamá! —Edwin le dio un gra