Ayudar a ese hombre a subir las escaleras parecía mucho mas facil en mi mente de lo que estaba siendo en la realidad.Lograr que saliera del despacho fue bastante sencillo, en comparación a la lucha que estaba resultando hacerlo subir cada peldaño.-Aquí está otro-Le indique, señalando hacía abajo, mientras mi delgado brazo izquierdo lo sostenía con firmeza-Un escalón más, ya falta poco-Lo anime.Y cuando solo nos quedaban cuatro peldaños por subir, se tambaleó y tuve que hacer un esfuerzo gigantesco para no dejarlo caer.-Casi...-Musito sonriente y mirando hacía atrás.-No me da risa señor Salvatore, es aterrador que pueda caerse.-Shhhhh-Coloco un dedo sobre mis labios-No te amargues tanto la vida y deja de llamarme señor que me haces sentir que tengo cuarenta años.No entendí el porqué de esa petici&o
El sueño y yo no nos reconciliamos durante toda la noche... Mi cabeza no paraba de dar vueltas, y yo tampoco sobre aquellas sabanas blancas. Recuerdo haber llorado unas cuantas veces durante mi desvelo, sintiendo la enorme culpa de haberlo estropeado todo. Y aún cuando estaba segura de que lo sucedido con Salvatore no era producto de mi imaginación, anhelaba que hubiese sido así. Un simple sueño del cual me avergonzaría a solas, pero no, dejé que sucediera, estúpidamente había dejado que el señor se propasara conmigo, o mejor dicho, yo me había propasado con el, porque tomando en cuenta su posición y su estado de ebriedad en ese momento, la situación solo se apreciaba de esa manera. Donde yo, quedo como la sirvienta interesada que buscó desesperadamente meterse en la cama de su jefe, aún cuando todo lo inicio él... Y lo peor es que por poco y el incidente llega mucho más lejos, gracias al cielo que mi cerebro conecto con su parte racional en el último instante, porque si no las c
No se que me resulta peor...Tener que atender a Elena, o pasarmela veinticuatro siete pensando en Salvatore.Se supone que éstos días sin el me ayudarían a ordenar las cosas en mi cabeza, sin embargo han pasado cinco días desde que se fué y literalmente he pasado cinco días sin poder sacarlo de mi mente, siento que se mudo a mis pensamientos y no a querido abandonarlos, no se si viajó a Italia o a mi cabeza la verdad.-¡¿Acaso están fabricando el alcohol?!-Grito Elena desde la piscina-¡¿Donde demonios está mi bebita?!Definitivamente lo peor es tener que atender a esa mujer, no se cómo pude llegar a dudarlo.Tome rápido el cóctel que Vittorio le preparó, que por cierto ya es el octavo que se a tomado en menos de dos horas, y salí a la parte trasera de la casa. Elena a sabido muy bien como aprovechar este tiempo sin su esposo, realizando fiestas en la piscina, aunque al menos hoy no vino demasiada gente como sucedió estos días atrás.-Aqui está señora, su cóctel-Le acerque la bandeja
Mi indiscreta llegada, hizo que no me diera chance de escapar sin que me vieran, porque el sonido de la bandeja al caer, llamo la atención las dos personas frente a mí.-¡¿Qué carajos haces aquí?-Pregunto Elena en un rugido, mientras se levantaba del regazo del pelirrojo con quién estuvo hablando solo momentos atrás.Ambos intentaban cubrir rápido su desnudes pero era demasiado tarde, para mí desgracia ya había visto más de la cuenta. Se reincorporaron de inmediato de la verde y corta grama del suelo.Estaban utilizando los muros del rosal como paredes para hacer sus... cosas.- señora no fue mi intención-Me cubrí la cara pero ya había visto demasiado-Solo quería traerle su bebida y me dijeron que se había venido para acá-Confesé nerviosa.Me agaché rápido y recogí las copas que extrañamente no llegaron a romperse, las puse en la bandeja y quise alejarme lo más rápido posible, tratando de no pensar en las consecuencias de haber visto algo tan comprometedor, pero solo alcance a dar un
SALVATORE.Cinco días lejos de casa no fueron suficientes para ordenar mis pensamientos... estar cerca de mi padre nunca a sido terapéutico, pero al menos me sirvió para visualizar mis objetivos.Y regresé estando muy seguro de algo, debo hacer que Stella firme otro contrato.-¿Que quieres?-Pregunto Elena, entrando de golpe a mi despacho y sacándome de mis pensamientos.-¿Se puede saber por qué haces fiestas en mi casa, y sin avisarme?-Tu te fuiste a Italia y no me avisaste tampoco, me dejaste aquí sola...una por una no es trampa-Se cruzo de brazos y se encogió de hombros.-Quiero que se vayan de inmediato, todos...-¿Ves como me ignoras?, ¿Por qué te fuiste sin avisarme?, Explícame eso primero.-Tenia cosas que arreglar, asuntos con las empresas-Menti-Pero no me cambies el tema, quiero que corras a todos esos buenos para nada.-¿Y si no quiero?-Pregunto de menera retórica.Yo intenté hablar con ella lo más calmado posible pero Elena tiene un habilidad impresionante para sacarme de m
STELLA.El día de ayer fue perfecto para grabar una película en mi nombre, titulada "La damisela en peligro", o no, tengo un título aun mejor, ´´La damisela carente de inteligencia´´ y eso por no llamarme directamente ´´estúpida´´, porque resulta que por flojera de leer el bendito contrato antes de firmarlo, ahora soy prácticamente propiedad de mi jefe, o mas o menos eso fue lo que entendí. No importan las insesantes ganas que tengo por renunciar y alejarme de la psicópata de su mujer, tengo que cumplir con las exigencias plasmadas un tonto papel. Y no conforme con eso, ahora quiere que firme otro, pero eso sí, este lo leeré con bastante detenimiento, no caeré dos veces con la misma piedra...Que cosas tiene la vida, después de creerme tan capaz, tan independiente y libre, terminé perteneciéndole a un hombre que me gusta y a parte casado... Siento vergüenza por mi misma.Y lo estoy admitiendo sin demasiados rodeos, en serio me gusta Salvatore, ¿A quien no podría gustarle semejante in
En lugar de irme a la habitación, decidí quedarme sentada frente a Salvatore y leer el contrato en su presencia.Me costó concentrarme durante las primeras dos páginas, porque cada vez que apartaba la mirada del papel y la trasladaba a su rostro me perdía un poco... aparte, no encontraba nada interesante en aquellas primeras líneas, nada que ya no supiera.Llevarle su ropa a la habitación a las siete y diez, su café a las nueve y bla, bla, bla... Todo con lo que ya estoy cincronizada.Me mordí el labio de vez en cuando para evitar sonreír, las veces que pillaba a Salvatore colocando un mechón rebelde de cabello detrás de su oreja, y a los pocos segundos esté volvía a salirse logrando acariciar su mejilla... Que envidia.Tenia la mano derecha reposada sobre el escritorio, justo al lado de su laptop y la izquierda la mantenía alzada, con el codo apoyado en el brazo de su silla, mientras su pulgar jugueteaba con un enorme anillo que tenía en el dedo anular, eso también llamaba mi atenció
Una vez en la habitación, cerré la puerta y me llevé las manos a la cabeza.¿Que carajos fué lo que firme?, ¿Acaso ese contrato me convierte en la amante de ese hombre?, O peor, en su prostituta, porque si me va a pagar para que lo atienda solo a él y eso incluye todo tipo de "atenciones", la palabra amante pareciera un eufemismo.-No, no, no y no-Me dije a mi misma.Después de haberme negado tanto en mi anterior empleo, no puedo caer tan fácilmente en este... Aunque si comparo a Salvatore con los clientes que frecuentaban el bar, la diferencia es kilométrica, pero igual no me creo capaz de dormir con el, y menos, estando bajo el mismo techo que Elena, sería muy descarado de mi parte, sin importar las libertades que ella se toma, ese asunto es entre ellos dos.No entiendo en que momento todo se complicó tanto, no llevo ni dos meses trabajando en está casa y ya me he metido en demasiados problemas, demasiadisimos...Y lo increíble es, que después de leer esa última parte del contrato no