El maldito despertador es mi verdugo, me fui de tragos anoche con la teñida y llegué a la tres, después de disfrutar de una noche sexualmente explosiva. A Dios gracias el gato monstruo estaba encerrado y los tragos hicieron que la chica se comportara más dócil, así que: Frank -1, Orion - 0.
Después de haber quedado completamente desconcertado por el giro de mis emociones, el doctor llegó a revisarme y se excusó porque no era necesario el proceso de electroshock al que fuí sometido ¿En serio? ¿Exageraron? ¿Estuve expuesto a un choque de electricidad sin necesitarlo? ¡Esto si que es una mierda!Pero no todo fué tan malo es decir; Mis padres me llevaron a la clínica de mi tíoSam, son las ocho menos diez y ya quiero irme a trabajar, no me gusta el olor a desinfectante y cloro porque mi cabeza da vueltas. Frank me ha llamado tres veces ya y no deseo contestar porque Lucy me dijo que lo alejara de mi, ella golpea fuerte y no quiero ser otra vez su objetivo. Es mejor prevenir quCAPÍTULO 10. DESCUBIERTA
Ingreso al edificio, paso por recepción y saludo sin mirar, mi teléfono suena y me detengo frente al ascensor para: llamarlo y contestar. —¿Hola? – le contesté a mi padre cauteloso, no se donde se encuentra. Frank—¡Elizabeth Cambridge! Eres lo mas bonito y dulce que me ha pasado. ¿Quieres ser mi novia? ¿Te atreverías a aceptarme como tu novio? – su rostro enrojeció y sus ojos se agrandaron de manera graciosa. Llegué a mi oficina luego de conversar con mi padre y constatar que Elizabeth estuviera bien en la suya. Es extraño, me siento muy bien, estoy tan relajado que me parece mentira, yo que pensé en un principio meterla en mi cama y ahora: solo la quiero proteger; entre otras cosas, por supuesto que mi cuerpo reacciona de manera extraordinaria mientras con otras chicas he tenido que tocarlas para excitarme: con Elizabeth Cambridge mi cuerpo enloquece al punto de pasarme factura y estar excitado por días enteros, nunca pensé que eso me sucediera. Al salir del café, nos dirigimos a casa de Elizabeth pero al reconocer el camino me pidió no seguir adelante.—¡Yo-yo no quiero ir a casa! – me miró con los ojos humedecidos, no se por qué no quiere ir. Elizabeth Me estiré en la cama con flojera y cuando giré tropecé con algo duro y blando a la vez, me tallé los ojos y los abrí para encontrarme con un par de pozos de agua de mar tan claros como divertidos. Abrí los ojos de par en par y quise levantarme pero Frank no me lo permitió. Llegaron a mi memoria los momentos en que caCAPÍTULO 12. PROPOSICIÓN
CAPÍTULO 13. CRUELDAD
CAPÍTULO 14. CONFESIÓN
CAPÍTULO 15. DESEO
—Elizabeth, cielo – poco a poco abre los ojos y luego se tapa la cara de nuevo. Sonrío .—¡Hola! – me sonrió tímida y me derretí un poquito.—¡Hola! Me asusté hor