Al salir del café, nos dirigimos a casa de Elizabeth pero al reconocer el camino me pidió no seguir adelante.
—¡Yo-yo no quiero ir a casa! – me miró con los ojos humedecidos, no se por qué no quiere ir.
Elizabeth Me estiré en la cama con flojera y cuando giré tropecé con algo duro y blando a la vez, me tallé los ojos y los abrí para encontrarme con un par de pozos de agua de mar tan claros como divertidos. Abrí los ojos de par en par y quise levantarme pero Frank no me lo permitió. Llegaron a mi memoria los momentos en que ca
—Elizabeth, cielo – poco a poco abre los ojos y luego se tapa la cara de nuevo. Sonrío .—¡Hola! – me sonrió tímida y me derretí un poquito.—¡Hola! Me asusté hor
—¡Bueno se terminó la visita, nos vamos! – salimos del estudio de papá y mi “suegra" ordenó a todo el mundo irse a casa.Mi novia se acercó a abrazarme y colocó su mejilla en mi pecho. Ese gesto es tan intimo que me provoca tomarla en brazos y llevarla a mi habitación para encerrarme con ella y no devolverla nunca. Pero claro eso solo es un pensamiento, aunque se que soy de su confianza jamás la pondría
Aquí estoy de nuevo en el ático que me trae tantos recuerdos que me siento abrumado completamente. Pero no voy a quedarme en el pasado si tengo una nueva vida, trabajo y una chica sensacional que debo cuidar claro está pero me encanta.Al parecer mi padre adivina mis pensamientos ya que todo se encuentra limpio, cuidado y perfectamente arreglado. Ahora me dispongo a dormir y como estoy solo en mi espaci
Luego del mal rato que pasamos con las brujas de la oficina y al haber obtenido el permiso de mi padre de trasladarlas, ni siquiera lo pensé. Las transferí a la otra editorial y punto. Voy a buscarla para irme al cine con ella, veremos una película romántica que ella escogió, se que me dormiré en la silla pero lo haré por ella, si me pide una estrella se la bajaré ¿por qué? Porque estoy felizmente enamorado y no puedo estar más contento. Mi teléfono suena y respondo al segundo repique y sin mirar.
Su nariz estaba muy roja, se nota que había llorado mucho pero aún así se veía preciosa, su labio inferior temblaba y tenía miedo, bajé del auto corriendo y la llamé por su nombre. —¿Elizabeth? ¿Cariño? – cuando me miró juro que las piernas me temblaron de ver cuán vulnerable se veía mi pobre niña. Mi Elizabeth.
Se encontraba mirándome fijamente el torso, separó los labios y eso fue todo. Mi cuerpo volvió a sublevarse y cada fibra se excitó acelerando mi respiración y bombeando toda la sangre hasta mi miembro que sobresaltado se endureció al instante ¡maldita sea! Debo hablar seriamente con el pequeño Frank ya que es un desobediente de primera clase, al estar abstraído en mis pensamientos no me percate de la chica que enloquece mis hormonas hasta que siento sus dedos pequeños rozar mi torso, proferí un gemido doloroso y se
Después que mi novia me riñó porque había dicho una mala palabra y explicarle que nosotros los hombres fuertes somos los que tenemos él control de la relación y ¡no me creyó! Solo reía a carcajadas diciendo que su hermana Elena sabia bien de hombres y le había contado que babeábamos por un bonito trasero ¡eso es cierto! Pero como era un secreto la lancé a la cama y le hice cosquillas por todas partes. Reía feliz y me encantaba ese sonido, sentía paz y una revolución rara en el estomago que no era mas que hambre.
Último capítulo