REGLA # 1. CAPÍTULO 34: La verdad sale a la luzEl ambiente en el salón era tenso, cargado de miradas de reprobación y murmullos. Leon giró sobre sus talones y encaró a Verena, mientras su rostro parecía completamente encendido de la rabia.Había estado buscando a Mariel como loco por todo el castil
REGLA # 1. CAPÍTULO 35. Esa Mariel KellerEl salón quedó sumido en un silencio absoluto. Todos los ojos estaban puestos en Mariel, que permanecía firme y serena frente a la incredulidad general. Su declaración había caído como un trueno en medio de la reunión, y ni siquiera el conde parecía capaz de
REGLA # 1. CAPÍTULO 36. La familia políticaHabía mucho que decir, pero realmente ni una sola palabra le parecía en aquel momento importante a Leon. No tenía idea de cómo aquella hadita podía hacerlo sentir que estaba en un horno más grande que el de la cocina, pero así lo hacía sentir la condenada.
ENERO SEATTLE —¡¿Cómo fuiste capaz de hacer esto?! —El rugido furioso de Zack Keller detuvo a su novia en la misma puerta de la casa apenas la vio llegar. Giselle vio una hoja en su mano y ni siquiera sabía de qué estaba hablando, pero jamás lo había visto tan alterado como en ese momento. —No s
NOVIEMBRE. VANCOUVER —¡Andrea! ¡A mi oficina! ¡Ahora! El grito de su jefe, un gerente medio en la compañía SportUnike, la hizo saltar en su asiento, angustiada, porque sabía que estaba de muy mal humor ese día. —¿Esta es una maldit@ broma? —gruñó lanzándole una carpeta de documentos a la cara—.
Pero si Zack creía que algo en aquella empresa iba mal, su instinto se disparó cuando bajó al estacionamiento y vio a la mujer apoyada en una de las paredes. Intentaba cambiarse los zapatos de tacón por unos tenis bajos, pero las manos le temblaban. Estuvo tentado a ir a hablarle, pero algo en él t
El rostro de Trembley enrojeció visiblemente y la dureza de sus ojos se mantuvo. —¿Esperando a Andrea? —gruñó—. ¿Te estás haciendo el gracioso o acabas de llegar y no sabes que las relaciones interpersonales están prohibidas en esta empresa? —Pues soy de lento aprendizaje pero tiendo a la imitació
Furioso... no, pero sí frustrado y mucho. No podía entender que ella fuera tan sumisa con un tipo que era un impresentable. Ya sabía que era el jefe, ¡pero que Dios le mandara un rayo directamente a la cabeza si algún día él llegaba a comportarse así con alguno de sus empleados! Andrea no solo trat