PEQUEÑA AMADA MÍA: CAPÍTULO 29: Discusiones y DeseosGigi parpadeó, sorprendida por la pregunta de Niko. ¿Estudiar repostería? No se lo había planteado nunca. ¿Podía hacer eso? Pero antes de dejarse llevar por la emoción de la idea, sacudió la cabeza y respondió con firmeza.—No, claro que no… ¿De q
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 30: El trabajo perfectoNiko frunció el ceño al escuchar a su hermano.—¿Perdón? —preguntó, levantándose de su silla.—Eso, ¡no sabes besar! Seguro la besaste como un pez muerto y ahora la pobre está por ahí pensando qué diablos hizo para merecer esto —replicó Logan, agit
PEQUEÑA AMADA MÍA: CAPÍTULO 31: Unos calzones imaginariosNiko se quedó mudo ante la pregunta de Gigi.El mundo pareció detenerse por un segundo mientras las palabras resonaban en su cabeza: “¿Y también tengo que averiguar… cómo hacerlo feliz a usted?”Ella ya lo hacía feliz, eso era lo peor de tod
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 32. A toda velocidadNiko no pudo contener la risa mientras Gigi lo miraba completamente desconcertada, todavía tratando de procesar lo que acababa de suceder.—¡Tú… eres un demonio! —exclamó, apuntándolo con el dedito como si lo hubiera descubierto cometiendo un crimen…
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 33. Una propuesta extrañaNiko quería que la tierra se abriera a sus pies mientras le ponía el seguro a la puerta de su habitación y miraba la carpa de circo que traía en los pantalones.—¡Maldición! Si sigo así voy a acabar en el médico —suspiró levantando la mano derech
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 34. Media vida de ventajaNiko la besó con una desesperación que parecía contener todos los momentos de tensión entre ellos desde que se habían conocido. Su cuerpo, firme contra el de Gigi, la mantenía atrapada entre él y la fría pared de la sala de juntas, mientras su le
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 35. Una mujer perfectaEl ambiente en la casa de los Keller estaba lleno de risas y bromas desde el primer momento. Gigi apenas podía procesar la rapidez con la que todos la aceptaban, le sonreían, y le encargaban tareas como al resto de las primas, como si ella siempre h
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 36: Un nombre para lo nuestroEl aire se volvió denso mientras Gigi cerraba los ojos y se dejaba arrastrar en aquella vorágine de deseo. Padecía de una inexperiencia feroz, pero dos cosas estaban de su parte: la primera era que estaba muy segura de lo que estaba sintiendo