PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 11. La respuesta a todoVan Beek era un hombre inteligente, capaz de captar la indirecta y mucho más, aunque junto a Niko la muchacha pareciera absurdamente desentendida de lo que su jefe acababa de inferir, al punto de que ni siquiera se había sonrojado. Esa era mucha in
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 12. Un poquito de todo sin querer—¡A dormir, Gigi, a dormir! —suspiró Niko con el mismo tono en que cualquier padre mandaría a su hija a acostarse, pero la verdad fue que él mismo apenas fue capaz de dormir en toda la noche.La escena del club con Van Beek lo atormentaba
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 13. Verdades al anochecerGigi escuchó la ducha mientras alcanzaba una botella de agua, y suspiró pensando en su jefe. Nada malo, por supuesto, porque por aquella cabecita no podía pasar nada malo, simplemente se sentía bien porque ese día había sido menos hosco que todos
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 14. Una chica a punto de rebelarseNiko quería que la tierra se abriera y se lo tragara primero a él, y luego a todo lo que quedaba de aquella Zona Roja de Amsterdam. La expresión de Gigi era desencajada, como si no pudiera creer lo que estaba viendo, aunque para ser hone
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 15. "Esto"Niko abrió la boca, completamente desconcertado por lo que acababa de escuchar. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Ella estaba insinuando...? No, no podía ser, pero... la idea de Gigi desnudándose cruzó su mente, y rápidamente apartó el pensamiento con un bufido.
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 16: Entre tentacionesNiko no podía dormir. El desastre de hacía algunas horas, aunque algo cómico en retrospectiva, lo había dejado más agitado de lo que le habría gustado admitir. Intentaba no pensar en Gigi, pero su mente no dejaba de regresar a la imagen de ella levan
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 17: El precio de un tratoNiko entró en la oficina del señor Van Beek con paso firme, decidido a terminar con el asunto contrato de una vez por todas para poder regresarse a casa. El día anterior había sido un caos emocional, pero ahora tenía algo más claro: debía concent
PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 18: La ConfianzaNiko cerró la puerta de la habitación del hotel con un suave clic y se encontró a Gigi sentada en el borde del sofá, jugueteando nerviosamente con sus manos. Su rostro reflejaba una mezcla de ansiedad y agotamiento, seguramente pensando en cómo había ido