PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 17. Un ataque inesperadoCameron esperaba un día tranquilo. Por suerte Dandara había dejado de lado su inminente necesidad de ponerlo a mover sillas y mesas, aunque eso no significara precisamente que no lo usara de cuando en cuando para entretener a los niños.Resultaba
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 18. Una super heroínaY no hacía falta más, la verdad era que Cameron jamás había visto una fiereza como aquella en los ojos de ninguna mujer, mucho menos en una tan dulce como Dandara... Porque había que enfrentarlo: el hecho de que fuera loca y no tan inocente como su
PRINCESA DE DÍA... CAPÍTULO 19. No dejes que la diadema te confundaY por supuesto que aquella condenada mujer no podía ser como el resto de las mujeres normales, comunes, sin drama. Ella simplemente se giró hacia él y le dio un pequeño beso en la mejilla, como si fuera un cachorrito bueno o un polí
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 20. Una excelente punteríaDandara apretó los labios aunque no era precisamente por la rabia. Aún en medio de una situación tan difícil, el hecho de que a Cameron se le ocurriera decirle a un tipo que acababa de asaltar un museo que ella lo dejaría siendo “una señorita”,
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 21. Ni una sola palabraÉl ya se sabía el protocolo, lo levantaron de allí a pesar de todos sus gruñidos y lo metieron en la parte trasera de una patrulla de policía para llevárselo a la estación más cercana.Uno de los agentes se volvió hacia Dandara, y antes de que pud
PRINCESA... DE DÍA. ¿Algo que quiera decirme?Cameron apretó los dientes, porque por segundos a veces sentía que no podía respirar. Que le hubieran soltado las manos de la espalda era un gran avance, pero eso no quitaba el hecho de que un disparo a menos de cuatro metros con una nueve milímetros, es
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 23. Un hombre terco y una mujer inocenteY Billy lo había grabado, ¡pero por supuesto que lo había grabado! porque era una de las cosas más graciosas que había visto en su vida. Los hombres tercos no solían ser muy simpáticos, pero detrás de aquel cristal desde donde pod
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 24. Una comitiva de ayudantesPor supuesto que era una afrenta mayúscula, la más grande que podía hacerse a un detective que estaba acosando a alguien que creía culpable en una sala de interrogatorios, ¡y por supuesto que Hover quería hacer cualquier cosa en el mundo men