El silencio duró varios segundos antes de dejar paso a una ovación hermosa que llevó lágrimas a los ojos de Anja, y de inmediato le pidió a Milo que subiera para presentar a detalle cuáles serían las labores de la institución. El discurso de Milo fue breve y conciso, porque no quería opacar el mome
Instintivamente, Anja cubrió su boca y nariz, pero el vapor era demasiado fuerte. No tenía idea de lo que era porque los galones seguían vertiéndose de costado, pero sabía que tenía que ser algo de limpieza porque sintió el efecto de forma inmediata. El pánico se apoderó de ella cuando vio salir a H
—Este... la jefa de servicio dijo que iría por ella —murmuró una de las chicas—. Tuvimos problemas con la champaña. —¿Dónde está la jefa de servicio? —gruñó Milo y todos comenzaron a mirar alrededor para ver si la ubicaban. —No... no está aquí, señor Keller. Milo sintió una opresión en el pecho d
Un segundo después Milo se subía a aquella ambulancia mientras Speedy iba a contarle a la familia lo sucedido y a reunirlos a todos para que se fueran a casa. Él levantó al pequeño Niko y se fue en la primera camioneta. Un desastre por noche era más que suficiente, no pensaba quitarle los ojos de e
—Hay buenas y malas noticias —le explicó—. El gas cloro es altamente tóxico, pero el asma de Anja es quizás lo que haya hecho que las consecuencias no sean tan graves. Sus vías respiratorias se inflamaron y se cerraron con tanta rapidez, que el vapor apenas logró alcanzar sus pulmones. Eso es defini
Milo tomó el celular y comenzó a examinar los expedientes de cada camarero, comparando las caras de sus fotos con el recuerdo que tenía. Después de unos minutos encontró lo que buscaba. Se llamaba Mélanie y trabajaba como camarera desde hacía dos años. —Esta es —aseguró. —Deja, busco su dirección
—¿Qué quieres decir con que acabas de recuperarlo? ¿De dónde venías con él a esta hora? La mujer abrazó a su hizo con desesperación y negó. —Un hombre se lo llevó ayer —sollozó acariciando su cabeza—. Se lo llevó saliendo de la escuela y me llamó. ¡Me dijo que si no llevaba a Anja Lieben al cuarto
Las dos camionetas avanzaban a toda velocidad por la carretera, dirigiéndose hacia la frontera con Alemania. Los motores rugían mientras el viento soplaba furiosamente fuera de las ventanas. Billy, que iba en el asiento del copiloto, miraba fijamente su computadora portátil. A su lado otros dos homb