Sebastian 0 Isabella 1. ¡LAS AMO!
CAPÍTULO 88: ¿REGALO PARA QUIEN?Lucy terminaba de inflar el último globo mientras Isabela agarraba otro. Estaban en la sala decorada con colores vivos y globos por todas partes. Nicholas, el pequeño, estaba en otra habitación, emocionado por la fiesta.—Así que vas a hablar con él —dijo, tratando de sonar casual.Isabella suspiró profundamente, sintiendo un nudo en el estómago. La presión en su pecho aumentaba cada vez que pensaba en enfrentar a Sebastián. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones contradictorias: amor, dolor, y una pizca de esperanza.—No tengo otra opción —respondió—. Nuestras empresas están ligadas, y si es un poco inteligente, aceptará rescindir y separarlas.Lucy observó a su amiga con preocupación. Conocía a Isabela lo suficiente para saber que toda esta situación la afectaba más de lo que dejaba ver. Se acercó y la tomó de los hombros.—Isabella… ¿Por qué no intentas darle una oportunidad? —sugirió.Isabella la miró atónita y le tocó la frente.—¿Estás
CAPÍTULO 89: UN DESEO.Sebastián se tensó ligeramente, pero mantuvo la calma.—Para Nicholas —respondió con firmeza—. Hoy es su cumpleaños y voy a su fiesta.Inesa arqueó una ceja, claramente sorprendida. Había algo más en su mirada, una chispa de celos y resentimiento que trató de ocultar.«Así que esa maldita lo invito, ¿eh? Bueno, parece que tendré que adelantar mis planes» pensó con maldad.—¿De verdad? —preguntó, tratando de ocultar su incomodidad—. No sabía que estabas invitado.—Bueno, ahora lo estoy —respondió Sebastián, sin apartar la mirada de ella—. Y no pienso perderme su cumpleaños.Mateo, notando la tensión, decidió intervenir.—Sebastián, deberíamos irnos ya. La tienda de juguetes cierra pronto y todavía necesitamos encontrar el regalo perfecto para Nicholas —sugirió Mateo, intentando aliviar la tensión.—Sí, vamos —respondió Sebastián, agradecido por la distracción.Inesa los miró a ambos, sintiendo una mezcla de celos y frustración.—Bueno, espero que encuentres algo
CAPÍTULO 90: NO TE VAYAS.Sebastián miró a Isabella, esperando su respuesta. Y ella, sintiendo la desesperación de su hijo y el peso de la situación, asintió lentamente.—Está bien. Tu padre puede quedarse esta noche —dijo, tratando de mantener la calma en su voz.Nicholas sonrió ampliamente y abrazó a su Sebastián con fuerza. Pero justo en ese momento, Elijah intervino.—Isabella, acabo de recordar que hay unos asuntos legales urgentes que necesitamos discutir. Y no podemos dejarlo para mañana —dijo, mirando a Isabella con seriedad.Isabella frunció el ceño, claramente sorprendida por la urgencia del asunto.—¿Esta noche? —preguntó, tratando de entender la situación—. ¿No puede esperar hasta mañana por la mañana?—Lo siento, Isabella, pero es crucial que lo revisemos ahora.—insistió Elijah.Sebastián le dio una mirada de odio y apretó los labios con impotencia, sintiendo una mezcla de furia y desesperación al darse cuenta de que Elijah estaba decidido a adueñarse de su familia. Nicho
CAPÍTULO 91: ME VUELVO A ENAMORAR DE TI.Sebastián susurró suavemente. ―No te vayas… ―mientras extendía su mano para acariciar el rostro sorprendido de Isabella. Ella estaba en shock, con el corazón latiendo a toda velocidad y la respiración agitada. Nunca imaginó que él se despertaría.Aunque se sentía tentada a decirle que sí, las palabras que brotaron de sus labios fueron:―No… no, yo… ―Retrocedió y trató de sonar firme. ―Yo solo bajé por un poco de agua, vi que la manta estaba en el suelo y… ―Frunció el ceño y negó con la cabeza. ―¿Sabes qué? No tengo porqué darte explicaciones, y entre tú y yo…Isabella se quedó sin palabras cuando Sebastián se puso de pie, revelando su torso definido y musculoso, y su falta de pantalones. Ella lo señaló, sorprendida y molesta.―¡Tú…! ¿Por qué estás en ropa interior? ¿Qué te crees?Sebastián ignoró su reclamo y caminó hacia ella. Isabella retrocedió varios pasos hasta que su espalda chocó contra la mesa del comedor.―¿Qué… qué… qué vas a hacer? ―
CAPITULO 92: ¿PAPÁ ME LLEVARAS A LA ESCUELA?Los labios de Sebastián se apoderaron de los de Isabella con dominio, sus manos ansiosas recorrieron su espalda lentamente, mientras ella se entregaba a la sensación de sus dedos cálidos deslizándose por su piel. Sus manos se cerraron en el cabello de su nuca y un gemido involuntario escapó de sus labios, lo que solo sirvió para aumentar el deseo en ambos.En un arrebato de pasión, Sebastián la alzó de las nalgas y la subió encima de la mesa, colocándose entre sus muslos ahora al descubierto. Presionó su erección contra su centro y otro gemido salió de los labios de Isabella. Estaba mal, ella lo sabía, pero no era lo suficientemente fuerte como para luchar contra los deseos que Sebastián despertaba en ella.Él se apartó de sus labios y comenzó a dejar un reguero de besos por su cuello. Su lengua húmeda y cálida lamió cada parte de su clavícula, e Isabella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, deseando que él llegara tan lejos como qu
CAPÍTULO 93: ¿HA BESADO A MAMÁ?En el auto, Nicholas miraba el paisaje de la ciudad. Sentía una emoción dentro de él, hoy su padre lo llevaría a la escuela y más tarde su madre lo recogería. Era como estar juntos de nuevo. De repente, la misma pregunta que le hizo a su madre volvió a su mente, y esta vez se la hizo a Sebastián.—Papá…—Sí, hijo —dijo Sebastián, mirándolo rápidamente.—Tú y mamá… ¿Se van a reconciliar?Sebastián sonrió y suspiró.—Es lo que papá está tratando de lograr. Solo qué mamá… —se rio de nuevo—, es un poco testaruda.Nicholas asintió.—Sí, mamá es testaruda. No sé por qué no acepta que vuelvas a casa, si luego va a llorar sola en su habitación.Las cejas de Sebastián se apretaron y su semblante se tornó serio.—¿La has visto?Nicholas asintió.—Sí. Pero luego ella dirá que no es nada. Pero sé que lo hace por ti.Sebastián apretó el volante y sus nudillos se volvieron blancos. Se sentía como una mierda al ser el responsable del sufrimiento de Isabella.—Te prome
CAPÍTULO 94: SOLO HAY UNA MUJER A QUIEN AMO.Isabella leyó el mensaje y no respondió. Miró nuevamente las rosas, y la palabra “tíralas” quedaron atragantadas en su lengua. Sin embargo, la rabia aún bullía en su interior.—¿Crees que con rosas vas a arreglarlo todo? Después de todo lo que pasó, ¿piensas que unas flores pueden borrarlo?Agarró el bolso y las llaves de su auto, pasó como un vendaval y ni siquiera se molestó en contestarle a su secretaria. Cuando llegó al edificio de empresas Ashford, todos la miraban asombrados y murmuraban entre ellos. Louis, que salía del área de papelería, se apresuró a ir con ella.—Señora… digo, señorita… ¿Usted?—¿Dónde está tu jefe?—¿El jefe? Él… él está en la oficina, pero está en una reunión, si quiere puedo…—No hace falta, será breve.Isabella se dio la vuelta y fue hasta la oficina, abrió la puerta con decisión y se encontró con Sebastián reunido con otro hombre más. Ambos giraron sus rostros cuando la puerta se abrió, sin embargo, la cara d
CAPÍTULO 95: UNIÓN DE ALMAS.En su oficina, Inesa cerró la puerta con brusquedad, deseando descargar toda su rabia en algo o alguien. De repente, en un arrebato de furia, barrió todo sobre su escritorio. Las palabras humillantes de Sebastián no dejaban de repetirse dentro de ella.—¡Maldit@, mil veces maldit@! —gritó.Para ella, la culpable de todo era Isabella. Si ella no hubiera aparecido en la vida de Sebastián, lo habría conseguido. En este momento sería su esposa y tendría al hombre que quería desde que lo conoció. Pero Isabella había aparecido para arruinarlo todo, y no conforme, no dejaba de molestarlo.Caminó hacia la licorera y se sirvió un vaso de whisky. En sus ojos había un brillo oscuro y cruel.—Ya que insistes en ser mi principal obstáculo, no me dejas otra opción, Isabella.Bebió un sorbo y el líquido le quemó la garganta.—Porque siempre consigo lo que quiero, y lo que quiero en este preciso momento es que desaparezcas.Su teléfono vibró en el suelo. Se agachó para to