CAPÍTULO 64: ÉL PUEDE AYUDARTE. ―Cariño, parece que están llamando a la puerta, ―murmuró Nick, el esposo de Lucy. ―¿Tú crees? ¿Quién puede ser a esta hora? ―respondió Lucy, medio dormida. ―No lo sé, pero será mejor que vayamos a ver. Los dos se levantaron de la cama y bajaron. Cuando abrieron la puerta, estaba Isabella con los ojos hinchados y una maleta esperando. ―¿Isabella? ¿Tú qué haces aquí? Isabella no dijo nada, simplemente tiró la maleta y se echó a los brazos de su amiga. ―Lo perdí de nuevo, ―sollozó entre lágrimas, ―lo perdí… Lucy abrazó a su amiga y la llevó dentro. ―Pero… ¿Qué pasó? ¿Qué perdiste? Nick tomó la maleta y entraron. ―Lo encontré, ―dijo Isabella, haciendo todo lo posible para calmarse. ―Encontré a mi hijo. Lucy abrió los labios y miró a su amiga incrédula. ―¿Me estás diciendo que… que…? ―Sí. ―Isabella asintió. ―El hijo de Sebastián es mi hijo. ―¡Santo Dios, Isa! No puede ser… ¿Cómo? ¿Dónde está? ¿Cómo lo supiste? ―preguntó Lucy, ans
CAPÍTULO 65: LIBRARSE DE ÉL. Dos días después… «Espero que cuando te des cuenta de todo no sea demasiado tarde…» Las últimas palabras de Isabella no habían dejado de repetirse en la mente de Sebastián. Habían pasado dos días desde que le pidió que se fuera y había sido un total infierno para él. Nicholas se negaba a comer, mientras que Sienna solo lloraba por su madre. No obstante, Sebastián se negaba a ceder; su ira y su dolor aún seguían haciendo estragos dentro de él. Había creído que lo había conseguido todo, solo para despertar y descubrir que nada más había estado viviendo en un sueño. Y su estúpido corazón no cooperaba, porque aunque Isabella fuera esa mujer cruel y desalmada, no podía dejar de estar enamorado de ella. Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Ajustó sus emociones y habló. ―Adelante. Mateo asomó la cabeza. ―¿Podemos hablar? Sebastián solo asintió. ―¿Qué pasa? ¿Y desde cuándo preguntas? ―Bueno… ―Mateo se metió las manos en los bolsillos y se de
CAPÍTULO 66: NO HAGO ESTO PARA QUE ME AMES. ―¿Estás seguro de que podemos ganar el caso? ―Isabella miraba ansiosa al hombre frente a ella. Elijah Davenport le dio una sonrisa y los hoyuelos en sus mejillas aparecieron. ―Isa, confía en mí, ¿de acuerdo? Tus hijos van a estar contigo más rápido de lo que te imaginas. Ella asintió nerviosa y trató de sonreír. Sin embargo, nada de lo que estaba sucediendo la hacía feliz, sentía un vacío profundo en su corazón, y también tenía miedo, miedo a lo que tendría que enfrentarse. Después de que Lucy le dijera que Elijah la ayudaría, se puso en contacto con él y, en consecuencia, él había volado desde Nueva York a Chicago sólo para atender su caso. Y luego de explicarle y contarle lo que hizo Marcus, Elijah le dijo que irían a corte. Que enfrentarían una batalla por la custodia de sus hijos, así que en resumen: ella iba a enfrentarse a Sebastián. El primer paso era solicitar el divorcio, alegando diferencias irreconciliables y una vez tramitado,
CAPÍTULO 67: ELLA ES SU MADRE.―Gracias por traerme a casa, ―Isabella le dio una pequeña sonrisa a Elijah. Él extendió su mano y sujetó la de ella.―No tienes que ser tan formal, Isa. ¿Desde cuándo nos conocemos? Además, no es nada lo que estoy haciendo. ―Elijah le devolvió la sonrisa con calidez.Isabella sonrió de nuevo y retiró su mano.―Lo sé, pero no dejo de pensar que… viniste aquí solo por mí. Tu trabajo…Escucha, él la interrumpió suavemente y la hizo mirarlo a los ojos.―Deja de dar las gracias por todo, deja de preocuparte por todo, ¿de acuerdo? Isabella, tienes que mostrarte fuerte, y más para lo que viene. Si mantienes esa actitud, me temo que… aunque mostremos pruebas, tu exmarido barrerá el suelo contigo.Isabella asintió lentamente, aunque su corazón latía con fuerza al pensar en enfrentarse a Sebastián en los tribunales.―Elijah, ¿no hay manera de qué… no vayamos a un tribunal?Él negó con la cabeza.―No, tu marido fue muy claro al decir que pediría la custodia legal d
CAPÍTULO 68: UN PADRE ABNEGADO.Finalmente, Elijah e Isabella llegaron al hospital, un edificio imponente con luces parpadeantes en la entrada. Isabella salió del auto casi antes de que se detuviera por completo, sus zapatos resonando en el pavimento mientras corría hacia la entrada con el corazón en la garganta.En la sala de emergencias, Coraline vio a Isabella entrar y se levantó rápidamente.―Gracias a Dios que estás aquí.―¿Dónde está? ―preguntó Isabella, desesperada.En la sala de emergencias, los médicos lo están atendiendo.Isabella se dirigió hacia la sala indicada, su corazón latiendo con fuerza.«Nicholas, mamá, está aquí, pensó con determinación. Voy a cuidarte, pase lo que pase»Mientras tanto, Sebastián, ajeno a todo, seguía atendiendo a los futuros socios en la oficina.A su lado, Inesa vio el teléfono encenderse y lo tomó. Sus labios se apretaron cuando vio que era Isabella.—Sebastián, ¿podrías darme un recorrido por la empresa? Me gustaría ver el área de publicidad —
CAPÍTULO 69: ¿AHORA TU AMANTE TE DEFIENDE?En la fría habitación del hospital, Isabella estaba sentada al lado de la cama de Nicholas, sosteniendo su pequeña mano con delicadeza. Los monitores emitían pitidos rítmicos y el aire olía a antiséptico mientras Nicholas seguía dormido.Elijah se mantuvo cerca, ofreciendo su apoyo silencioso con una mano en el hombro de Isabella.Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe y Sebastián entró apresuradamente, seguido de Inesa. Su mirada se dirigió inmediatamente a Isabella y Elijah, y su expresión se oscureció al ver la mano de Elijah tocando a su esposa. Sus puños se cerraron involuntariamente y sintió un calor abrasador subir por su cuello hasta sus mejillas.Sin embargo, aunque los celos lo consumían por dentro, Sebastián decidió callarse y centrarse en la situación de su hijo.―¿Cómo está Nicholas? ―Sebastián trató de mantener la calma, pero su voz temblaba ligeramente. No podía evitar lanzar miradas furtivas a Elija
CAPÍTULO 70: ¿QUE TIPÓ DE RELACION TIENES CON EL?Después de que Coraline llegará, logró convencer a Sebastián de que lo mejor Nicholas y Sienna era tener a su madre cerca, por eso, él había aceptado que Isabella se quedará en el departamento con Nicholas y él se quedaría en la mansión con sus padres.Esa noche, Isabella fue a la mansión para recoger las cosas de Sienna y Nicholas. Al entrar en la habitación de su hijo, los recuerdos de los días antes de que todo saliera a la luz la invadieron. Se llevó una mano al pecho, tratando de calmar su acelerado corazón.«Al menos estás con él, Isabella. Eso es algo, es algo hasta que Elijah encuentre a ese maldito abogado», pensó, intentando encontrar consuelo en sus propias palabras.De repente, la puerta se cerró de golpe. Isabella se giró y se encontró con Sebastián, quien la miraba fijamente mientras cerraba la puerta con seguro.—¿Así que ahora ni siquiera tienes el decoro de venir sola? ¿Tienes que traer a ese idiota contigo a todas par
CAPITULO 71: DECLINO TU OFERTASebastián la miró en silencio, viendo la furia y la determinación en su voz.—Me lo quitaron, me robaron a mi hijo. Me hicieron creer que había muerto por seis años, ¿tienes idea de lo que es vivir con eso? Primero lloraba frente a una tumba vacía. Me culpé, día y noche, por no haber sido una buena madre. Luego, cuando el infeliz que pensé era el hombre que amaba, y el padre de mi hijo, me dijo que estaba vivo, sentí mi mundo derrumbarse. Esa es la maldita verdad, Sebastián. Nunca planifiqué nada, y creo que fue Dios o el destino quien me llevó a cruzarme con Nicholas, pero no me arrepiento, ¿sabes por qué? Porque ahora lo he encontrado, y te juro que nada, ni nadie me va a separar de él de nuevo, ¿entiendes? ¡Nadie! —dijo Isabella, con lágrimas en los ojos.Sebastián quedó en silencio y tentado a creerle, pero todo le resultaba demasiado irrisible. Se rio, como si lo que ella le acababa de decir fuera una broma.—Demasiado fantasiosa, mi amor —dijo Seba