CAPITULO 42: EXTASIS EN LA CENA Sus bocas chocaron en un beso posesivo, Isabella gimió cuando la lengua de Sebastián se adentró en su boca y jugó con la de ella. Se estremeció cuando su cuerpo sintió la calidez del de él. El sujeto su nuca y ladeo la cabeza para besarla más profundamente, era como si quisiera tragársela entera, su otra mano le sujeto la cadera con posesividad, pegando su pelvis contra la de ella y haciéndola temblar su Isabella sintió la dureza de su polla a través de los pantalones. De repente la hizo girar haciendo que sus pechos se presionaran contra la mesa, Isabella soltó otro gemido cuando lo sintió deslizar sus manos debajo de su vestido y recorrerle los muslos. Su tacto era áspero, rudo, varonil. ―Me encanta tu piel ―susurro a medida que las yemas de sus dedos delineaban el interior de sus muslos ―Pero más me encanta esto… ―dijo cuando llego a la elástica de sus bragas. ―Sebastián… ―Isabella murmuro mientras apretaba las manos sobre el mantel. ―Por favor…
CAPÍTULO 43: ATRAPADA EN SU PROPIO JUEGO.Sebastián y Mateo se encontraban en el coche, estacionados a unos metros del edificio donde creían que se escondía su objetivo. La noche era fría y la tensión palpable.—¿Estás seguro de que vive allí? —preguntó Sebastián, rompiendo el silencio. Hacía una hora que había salido del departamento, después de la llamada de Mateo. Isabella y él habían acordado volver y posponer la luna de miel. Ella se había quedado en el departamento con Nicholas, no quería apartarse ni un segundo.Mateo miró levemente a su amigo y vio la sonrisa que, aunque intentaba disimular, aún era evidente.—Sí, lo confirmé dos veces. También llamé a las autoridades. No voy a arriesgarme a que lo asesines.Sebastián hizo una mueca, su expresión se endureció.—No voy a negar que tengo deseos de retorcerle el cuello. Ese maldito arruinó un gran negocio. Lo mejor será que le saquemos la información. Tenemos que descubrir quién está detrás. A ese sí deberías retorcerle el pescue
CAPÍTULO 44: ATAQUE EN EL TOCADOR.Al día siguiente, Isabella terminaba de arreglarse frente al espejo. Sebastián apareció detrás y rodeó su cintura.—Voy a ser el más envidiado de la noche —dijo orgulloso.Ella sonrió y continuó acomodándose el cabello.—Adulador.—¿Por qué? Digo la verdad, mi mujer será la más hermosa de la noche. No voy a dejarte ni un segundo.Sebastián le besó el cuello y se apartó. Isabella llevaba un vestido negro que resaltaba cada curva de su cuerpo, pero lo más llamativo era el escote en su espalda acompañado de un collar Lariat, un regalo de Sebastián. Se miró una última vez y se sorprendió al ver el brillo en sus ojos. Parecía una mujer diferente, una mujer amada y sobre todo dispuesta a ser feliz.Pronto llegaron al hotel donde se daría la velada. Sebastián entró agarrado de la mano de Isabella. Todos no podían evitar murmurar entre ellos; Sebastián Ashford jamás se había comportado de tal manera con ninguna mujer. Apenas habían entrado, cuando una pareja
CAPÍTULO 45: ¡TU LO PROVOCASTE!Sebastián buscaba a su esposa con desesperación. La voz de Inesa hizo que se girara bruscamente.—¿Estás buscando a tu esposa? —preguntó Inesa con una sonrisa maliciosa.—Sí, ¿sabes dónde está? —respondió Sebastián, ansioso.—La vi conversando con un hombre, parecía que se conocían muy bien —Inesa dejó caer su veneno deliberadamente. No le había quitado los ojos de encima a Isabela y, por supuesto, la había visto discutir con Marcus. Después de haberla investigado, lo reconoció como el exmarido.Sebastián frunció las cejas al escuchar que estaba hablando con un hombre. No perdió tiempo y se dirigió hacia el baño de damas. Una sonrisa malvada adornó los labios de Inesa mientras lo seguía, no quería perderse ni un segundo del espectáculo que estaba por comenzar.En el baño, Isabela luchaba con todas sus fuerzas.—¡Déjame, Marcus, no me toques! —gritó, desesperada.Pero él no la escuchaba, el alcohol había nublado su juicio.—No seas mojigata, Isabela, div
CAPÍTULO 46: LO VOY A RECUPERAR POR TI.Durante todo el camino, Sebastián no dijo una palabra. Estaba furioso, y las palabras de Amanda seguían resonando en su cabeza. Ella había dicho que Isabella escondía algo, y él también lo sospechaba, lo cual indicaba que era cierto. Giró su rostro y la vio mirando a través de la ventana, su expresión perdida en pensamientos.Por otro lado, las manos de Isabella temblaban ligeramente mientras intentaba controlar su respiración. Desde su lugar, podía sentir la furia de Sebastián. Pero lo que más le preocupaba eran las dudas que Amanda había sembrado entre ellos.«Tienes que decirle la verdad, Isabella, tienes que contarle todo», se dijo a sí mismaCuando llegaron al departamento, Nicholas ya estaba dormido. La niñera que habían contratado se quedó para cuidar de él, por lo que Isabella y Sebastián fueron directamente a la habitación. Él cerró la puerta y fue directo al grano.—¿Qué hacías con tu ex marido a solas? —sus palabras salieron frías y d
CAPITULO 47: ESPERALO POR LA MAÑANA.En una mesa apartada del club Dark Rose, Sebastián, Inesa y el inversionista esperaban sus bebidas.―¿Has visto cómo ha fluctuado la bolsa de valores últimamente? Es una locura. ―dijo el inversionista entablando una conversación con Sebastián.―Sí, especialmente con las acciones tecnológicas. Han estado muy volátiles.Mientras tanto, Inesa tecleaba en su teléfono. “Él está aquí", escribió. La otra persona respondió rápidamente: "¿Seguiremos el plan?" "Por supuesto", respondió ella.La verdad era que Inesa había preparado todo con antelación, así que la proposición del inversor no fue una casualidad. Ella le había dicho que hiciera la invitación, alegando que Sebastián estaba teniendo demasiado estrés en casa.Mientras tanto, en el departamento, Isabella terminaba los últimos detalles para la sorpresa. Había colocado la prueba en una caja de regalo y además había preparado una cena especial. Sin embargo, Sebastián no contestó su mensaje. Miró nueva
CAPITULO 48: ABRE LA PUERTA.El taxi se detuvo delante del club, e Isabella salió hecha un demonio. En su mente solo se repetía una oración: no permitiría que nuevamente le vieran la cara. Aunque esto le dolía más que cuando Marcus la traicionó con Amanda, esta vez no sería la estúpida que permitiría que le quitaran a su marido. Entró al club y se dirigió a la recepción.—¿Sebastián Ashford? —preguntó con voz firme.La recepcionista dudó en darle el número de habitación, pero al ver la furia emanar de Isabella, finalmente cedió.—Habitación 201 —dijo con voz temblorosa.Isabella se dirigió al ascensor y, una vez dentro, respiró hondo. Al llegar al piso, se plantó frente a la puerta de la habitación 201 y comenzó a golpear con fuerza.—¡Abre la puerta, Sebastián! ¡Sé que estás allí! ¡Abre la m*****a puerta y dame la cara!Dentro de la habitación, Amelia abrió los ojos con sorpresa al escuchar la voz de Isabella. No estaba en los planes que ella apareciera.—¿Qué hago? ¿Qué hago? —murmu
CAPÍTULO 49: ¡LO DROGASTE!—¡Sebastián, despierta! —gritó, sacudiéndolo con más fuerza.Al ver que no reaccionaba, Isabella comenzó a sospechar que algo más estaba ocurriendo. Observó a Sebastián con más detenimiento. Su respiración era irregular y su piel estaba fria.El pánico se intensificó en ella.Salió de la habitación y encontró a Amelia a punto de irse.—¿Qué le diste? —exigió, su voz cargada de furia.Amelia se puso nerviosa, intentando mantener la compostura.—Solo está borracho —dijo, evitando la mirada de Isabella.Isabella la miró fijamente, notando el nerviosismo en sus ojos.—¡No está borracho! —gritó—. ¡Lo drogaste, maldita! ¿Qué le diste?Amelia negó con la cabeza, pero no pudo ocultar el temor en su rostro.—No sé de qué hablas —dijo, su voz temblorosa.Isabella perdió el control y se abalanzó sobre Amelia, agarrándola por el cabello.—¡Me vas a decir ahora mismo qué le diste! —gritó, sacudiéndola con fuerza—. ¡O te voy a dar la lección de tu vida, desgraciada!Ameli