CAPÍTULO 45: ¡TU LO PROVOCASTE!Sebastián buscaba a su esposa con desesperación. La voz de Inesa hizo que se girara bruscamente.—¿Estás buscando a tu esposa? —preguntó Inesa con una sonrisa maliciosa.—Sí, ¿sabes dónde está? —respondió Sebastián, ansioso.—La vi conversando con un hombre, parecía que se conocían muy bien —Inesa dejó caer su veneno deliberadamente. No le había quitado los ojos de encima a Isabela y, por supuesto, la había visto discutir con Marcus. Después de haberla investigado, lo reconoció como el exmarido.Sebastián frunció las cejas al escuchar que estaba hablando con un hombre. No perdió tiempo y se dirigió hacia el baño de damas. Una sonrisa malvada adornó los labios de Inesa mientras lo seguía, no quería perderse ni un segundo del espectáculo que estaba por comenzar.En el baño, Isabela luchaba con todas sus fuerzas.—¡Déjame, Marcus, no me toques! —gritó, desesperada.Pero él no la escuchaba, el alcohol había nublado su juicio.—No seas mojigata, Isabela, div
CAPÍTULO 46: LO VOY A RECUPERAR POR TI.Durante todo el camino, Sebastián no dijo una palabra. Estaba furioso, y las palabras de Amanda seguían resonando en su cabeza. Ella había dicho que Isabella escondía algo, y él también lo sospechaba, lo cual indicaba que era cierto. Giró su rostro y la vio mirando a través de la ventana, su expresión perdida en pensamientos.Por otro lado, las manos de Isabella temblaban ligeramente mientras intentaba controlar su respiración. Desde su lugar, podía sentir la furia de Sebastián. Pero lo que más le preocupaba eran las dudas que Amanda había sembrado entre ellos.«Tienes que decirle la verdad, Isabella, tienes que contarle todo», se dijo a sí mismaCuando llegaron al departamento, Nicholas ya estaba dormido. La niñera que habían contratado se quedó para cuidar de él, por lo que Isabella y Sebastián fueron directamente a la habitación. Él cerró la puerta y fue directo al grano.—¿Qué hacías con tu ex marido a solas? —sus palabras salieron frías y d
CAPITULO 47: ESPERALO POR LA MAÑANA.En una mesa apartada del club Dark Rose, Sebastián, Inesa y el inversionista esperaban sus bebidas.―¿Has visto cómo ha fluctuado la bolsa de valores últimamente? Es una locura. ―dijo el inversionista entablando una conversación con Sebastián.―Sí, especialmente con las acciones tecnológicas. Han estado muy volátiles.Mientras tanto, Inesa tecleaba en su teléfono. “Él está aquí", escribió. La otra persona respondió rápidamente: "¿Seguiremos el plan?" "Por supuesto", respondió ella.La verdad era que Inesa había preparado todo con antelación, así que la proposición del inversor no fue una casualidad. Ella le había dicho que hiciera la invitación, alegando que Sebastián estaba teniendo demasiado estrés en casa.Mientras tanto, en el departamento, Isabella terminaba los últimos detalles para la sorpresa. Había colocado la prueba en una caja de regalo y además había preparado una cena especial. Sin embargo, Sebastián no contestó su mensaje. Miró nueva
CAPITULO 48: ABRE LA PUERTA.El taxi se detuvo delante del club, e Isabella salió hecha un demonio. En su mente solo se repetía una oración: no permitiría que nuevamente le vieran la cara. Aunque esto le dolía más que cuando Marcus la traicionó con Amanda, esta vez no sería la estúpida que permitiría que le quitaran a su marido. Entró al club y se dirigió a la recepción.—¿Sebastián Ashford? —preguntó con voz firme.La recepcionista dudó en darle el número de habitación, pero al ver la furia emanar de Isabella, finalmente cedió.—Habitación 201 —dijo con voz temblorosa.Isabella se dirigió al ascensor y, una vez dentro, respiró hondo. Al llegar al piso, se plantó frente a la puerta de la habitación 201 y comenzó a golpear con fuerza.—¡Abre la puerta, Sebastián! ¡Sé que estás allí! ¡Abre la m*****a puerta y dame la cara!Dentro de la habitación, Amelia abrió los ojos con sorpresa al escuchar la voz de Isabella. No estaba en los planes que ella apareciera.—¿Qué hago? ¿Qué hago? —murmu
CAPÍTULO 49: ¡LO DROGASTE!—¡Sebastián, despierta! —gritó, sacudiéndolo con más fuerza.Al ver que no reaccionaba, Isabella comenzó a sospechar que algo más estaba ocurriendo. Observó a Sebastián con más detenimiento. Su respiración era irregular y su piel estaba fria.El pánico se intensificó en ella.Salió de la habitación y encontró a Amelia a punto de irse.—¿Qué le diste? —exigió, su voz cargada de furia.Amelia se puso nerviosa, intentando mantener la compostura.—Solo está borracho —dijo, evitando la mirada de Isabella.Isabella la miró fijamente, notando el nerviosismo en sus ojos.—¡No está borracho! —gritó—. ¡Lo drogaste, maldita! ¿Qué le diste?Amelia negó con la cabeza, pero no pudo ocultar el temor en su rostro.—No sé de qué hablas —dijo, su voz temblorosa.Isabella perdió el control y se abalanzó sobre Amelia, agarrándola por el cabello.—¡Me vas a decir ahora mismo qué le diste! —gritó, sacudiéndola con fuerza—. ¡O te voy a dar la lección de tu vida, desgraciada!Ameli
CAPÍTULO 50: FELICITEME, ESTOY EMBARAZADA.En el hospital, la tensión se podía cortar con un cuchillo. Isabella esperaba fuera de la sala de emergencias, cada minuto que pasaba sin noticias se sentía como una eternidad.Finalmente, el doctor salió, quitándose los guantes con un gesto serio.—¿Cómo está mi esposo? —preguntó Isabella, levantándose de un salto.—Estable, pero aún no recupera la conciencia. El somnífero que le administraron fue en una dosis bastante alta y más cuando el paciente había consumido alcohol en exceso. Vamos a mantenerlo bajo observación las próximas horas —explicó el doctor.Isabella asintió, sintiendo un alivio momentáneo.Estaba a punto de preguntar cuando podría verlo cuando llegaron los padres de Sebastián.―¡¿Cómo está mi hijo?! ―Coraline se apresuró a interrogar al doctor ―¿Dónde está quiero verlo?―Cálmate mujer ―dijo el padre de Sebastián ―Deja que el médico hable.Isabella le había pedido a Louis que los llamara, considero que en esa situación era nec
CAPÍTULO 51: UN SIMPLE PEÓN.Inesa terminaba de arreglarse el cabello cuando su celular vibró en la mesita de noche. Se acercó a contestar, y una sonrisa de victoria adornó sus labios.—¿Qué tal? ¿Está destrozada? —preguntó con una pizca de satisfacción.—¿Destrozada?! ¡La destrozada soy yo! —gritó Amelia, del otro lado, su voz llena de angustia.Inesa frunció el ceño, su expresión cambiando a una mezcla de confusión y preocupación.—¿Qué pasa?—¡Pasa que esa maldita fue al hotel! No sé cómo ni quién le dio la dirección, pero no se tragó el cuento. ¡Me golpeó! Estaba como loca y... —Amelia hizo una pausa nerviosa.—¡¿Y qué, Amelia?! —la instó Inesa, su corazón latiendo más rápido.—Y descubrió que Sebastián estaba drogado. Ella sabe que fue con somníferos. Él estaba mal, no me di cuenta, pero creo que se te pasó la mano.Las alarmas se encendieron dentro de Inesa. Su mente comenzó a trabajar a toda velocidad.—¡¿Cómo está él?! Dime, ¡¿cómo está?!—No lo sé. ¡No lo sé! Ella me enfrentó
CAPÍTULO 52: PREOCUPADA POR TI.Los ojos de Sebastián se abrieron lentamente, la luz del sol de la mañana calentaba su rostro. Cuando finalmente enfocó la visión, sus cejas se apretaron al no reconocer el lugar. Sin embargo, a su lado y sosteniendo su mano, estaba Isabella. Ella sintió el movimiento y también despertó.—Mi amor, al fin —dijo Isabella abrazándolo con fuerza.—¿Qué pasó? ¿Por qué... por qué estoy en un hospital? —preguntó Sebastián, su voz llena de confusión.—¿No recuerdas nada? —Isabella hizo una pausa, sentándose a su lado—. ¿De verdad no recuerdas nada?Sebastián negó con la cabeza.—No, lo último que recuerdo es que quedamos en ir a celebrar. Un inversionista importante cerró un trato con la empresa, Inesa nos acompañó y...—¿Inesa? —lo interrumpió Isabella, con una expresión de sorpresa.—Sí, amor, ¿por qué tienes esa cara? Dime por qué estoy en un hospital.Isabella tuvo una corazonada. Era demasiada casualidad que Inesa estuviera en el club y que Sebastián fuera